Los fumadores pasivos tienen un riesgo cardiaco similar al de los consumidores moderados
Ser fumador pasivo es más peligroso de lo que se pensaba. Un estudio acaba de demostrar que el riesgo de sufrir una angina de pecho o un infarto de miocardio aumenta entre un 50% y un 60% entre aquellas personas que soportan diariamente a fumadores a su lado. Cuanto más humo ambiental mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiaca.
Hasta ahora se decía que convivir con un fumador aumentaba entre un 25% y un 30% el riesgo de enfermedad cardiaca. Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en 'British Medical Journal', ha encontrado que se ha subestimado el peligro. Probablemente, la razón de este cambio se deba a que no se han tenido en cuenta todas las fuentes de humo de tabaco ambiental como la exposición en el lugar de trabajo, en bares y en restaurantes, además de tener una pareja fumadora.
En España, el tabaquismo pasivo es responsable de 5.000 muertes al año. Sin embargo, todavía no se ha puesto en marcha el Plan Nacional de Prevención de Tabaquismo. Lleva un gran retraso. Hay muchos intereses económicos que hacen que la progresión sea a ritmo de hormiga. Por otro lado, estamos presionando a la Administración para que cumpla la normativa actual, afirma Víctor López García-Aranda, presidente del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Cardiología, que expone su extremada preocupación sobre el tema y los resultados del estudio británico.
El problema es más grave de lo que se había calculado, según han detectado los investigadores del London's St. George's Medical School después de evaluar a 4.792 hombres durante 20 años. Los participantes, de entre 40 y 59 años, completaron cuestionarios sobre sus hábitos de vida, historia médica y episodios previos de dolor torácico. También se les realizó un análisis para medir su nivel de cotinina, una sustancia sanguínea que muestra la exposición, activa o pasiva, al tabaco.
Tras analizar los datos, se observó que las personas con una concentración mayor de cotinina, es decir, que habían estado expuestas más tiempo al humo del tabaco tenían un riesgo similar al de aquellos fumadores 'moderados', es decir, cuyo consumo era de unos nueve o 10 cigarrillos al día.
Investigaciones previas habían situado el aumento del riesgo de enfermedad cardiaca entre el 25%-30%. No obstante, en este estudio se ha comprobado que las personas que más habían estado expuestas al humo del tabaco tenían la mayor probabilidad de padecer un trastorno coronario, entre un 50% y un 60%, en comparación con los que no eran fumadores pasivos.
Además, se ha observado que esta asociación es gradual, es decir, que a mayor exposición al humo ambiental del tabaco, más posibilidades de que el corazón se dañe.
Sin embargo, para otra enfermedad como es el ictus, o accidente cerebrovascular, no se detectó que la exposición pasiva al tabaco aumentara el riesgo de padecerla como anteriormente se había pensado.
Este es el primer informe que relaciona la exposición pasiva al tabaco, basado en medidas de cotinina, con el riesgo prospectivo a lo largo del tiempo de enfermedad cardiaca... Nuestro estudio fue realizado con una muestra de hombres de mediana edad geográfica y socialmente representativa, comentan los autores de la investigación.
Problema de salud pública
Los resultados sugieren que los efectos del tabaquismo pasivo pueden haberse subestimado en anteriores estudios... Con ellos hay mayor evidencia de que la exposición pasiva al tabaco es un grave problema de salud pública y debería minimizarse.
Ésta es una de las exigencias del presidente del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Cardiología: Todavía se sigue fumando en el Ministerio de Sanidad, en los departamentos oficiales de atención al público, en los hospitales y no pasa nada.
Un ejemplo sería la sanción de hasta 3.000 euros que contempla la Junta de Andalucía por fumar dentro de un recinto hospitalario. Sin embargo, ¿quién es el responsable de vigilar dentro de un hospital?, ¿cuántas multas se han llevado a cabo? Se pueden contar con los dedos de una mano porque sobran, comenta Víctor López.
Deberían existir unas medidas similares a las que se toman en la prevención de los accidentes de tráfico. Para que se cumplan las leyes de protección de los fumadores pasivos y detectar y sancionar a quienes no las siguen, de la misma forma que hay unas normas de tráfico, unas sanciones y unos guardias para la circulación, afirma este experto en tabaquismo.
Hasta ahora se decía que convivir con un fumador aumentaba entre un 25% y un 30% el riesgo de enfermedad cardiaca. Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en 'British Medical Journal', ha encontrado que se ha subestimado el peligro. Probablemente, la razón de este cambio se deba a que no se han tenido en cuenta todas las fuentes de humo de tabaco ambiental como la exposición en el lugar de trabajo, en bares y en restaurantes, además de tener una pareja fumadora.
En España, el tabaquismo pasivo es responsable de 5.000 muertes al año. Sin embargo, todavía no se ha puesto en marcha el Plan Nacional de Prevención de Tabaquismo. Lleva un gran retraso. Hay muchos intereses económicos que hacen que la progresión sea a ritmo de hormiga. Por otro lado, estamos presionando a la Administración para que cumpla la normativa actual, afirma Víctor López García-Aranda, presidente del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Cardiología, que expone su extremada preocupación sobre el tema y los resultados del estudio británico.
El problema es más grave de lo que se había calculado, según han detectado los investigadores del London's St. George's Medical School después de evaluar a 4.792 hombres durante 20 años. Los participantes, de entre 40 y 59 años, completaron cuestionarios sobre sus hábitos de vida, historia médica y episodios previos de dolor torácico. También se les realizó un análisis para medir su nivel de cotinina, una sustancia sanguínea que muestra la exposición, activa o pasiva, al tabaco.
Tras analizar los datos, se observó que las personas con una concentración mayor de cotinina, es decir, que habían estado expuestas más tiempo al humo del tabaco tenían un riesgo similar al de aquellos fumadores 'moderados', es decir, cuyo consumo era de unos nueve o 10 cigarrillos al día.
Investigaciones previas habían situado el aumento del riesgo de enfermedad cardiaca entre el 25%-30%. No obstante, en este estudio se ha comprobado que las personas que más habían estado expuestas al humo del tabaco tenían la mayor probabilidad de padecer un trastorno coronario, entre un 50% y un 60%, en comparación con los que no eran fumadores pasivos.
Además, se ha observado que esta asociación es gradual, es decir, que a mayor exposición al humo ambiental del tabaco, más posibilidades de que el corazón se dañe.
Sin embargo, para otra enfermedad como es el ictus, o accidente cerebrovascular, no se detectó que la exposición pasiva al tabaco aumentara el riesgo de padecerla como anteriormente se había pensado.
Este es el primer informe que relaciona la exposición pasiva al tabaco, basado en medidas de cotinina, con el riesgo prospectivo a lo largo del tiempo de enfermedad cardiaca... Nuestro estudio fue realizado con una muestra de hombres de mediana edad geográfica y socialmente representativa, comentan los autores de la investigación.
Problema de salud pública
Los resultados sugieren que los efectos del tabaquismo pasivo pueden haberse subestimado en anteriores estudios... Con ellos hay mayor evidencia de que la exposición pasiva al tabaco es un grave problema de salud pública y debería minimizarse.
Ésta es una de las exigencias del presidente del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Cardiología: Todavía se sigue fumando en el Ministerio de Sanidad, en los departamentos oficiales de atención al público, en los hospitales y no pasa nada.
Un ejemplo sería la sanción de hasta 3.000 euros que contempla la Junta de Andalucía por fumar dentro de un recinto hospitalario. Sin embargo, ¿quién es el responsable de vigilar dentro de un hospital?, ¿cuántas multas se han llevado a cabo? Se pueden contar con los dedos de una mano porque sobran, comenta Víctor López.
Deberían existir unas medidas similares a las que se toman en la prevención de los accidentes de tráfico. Para que se cumplan las leyes de protección de los fumadores pasivos y detectar y sancionar a quienes no las siguen, de la misma forma que hay unas normas de tráfico, unas sanciones y unos guardias para la circulación, afirma este experto en tabaquismo.
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