Denuncian la impunidad con la que se expolia el castro de Peña Amaya
Este castro fue un importante asentamiento en la Edad del Bronce, conservándose la base de algunas casas, el trazado de calles y parte de una pequeña muralla.
L.M.RIVAS CILLEROS
El yacimiento arqueológico situado en la Peña Amaya, en la zona norte de la provincia, viene siendo en los últimos días objeto de la visita de los amantes de lo ajeno.
Según han confirmado a Diario Palentino diferentes fuentes consultadas, el yacimiento ha sido «impunemente expoliado por furtivos buscadores de tesoros, que presuntamente provistos de detectores de metales y material ligero de excavación han peinado literalmente la zona en la que se encuentra un antiguo castro de gran importancia».
Este castro, indicaron ayer las mismas fuentes, fue un importante asentamiento humano desde la Edad del Bronce hasta épocas medievales, conservándose en la actualidad la base de algunas casas, el trazado de calles y una pequeña muralla en la ascensión a lo que en tiempos fuera la última barrera defensiva del emplazamiento elegido.
Situación estratégica. Su situación estratégica, al constituir un gran mirador natural sobre la zona norte de toda la Meseta palentina y burgalesa, lo convirtió en un vital bastión tanto en las guerras cántabro-romanas como en la época de la Reconquista.
La Peña Amaya está situada en el triángulo formado por las palentinas localidades de Herrera de Pisuerga y Alar, y la burgalesa Villadiego, y es visible en buena parte del trayecto de la N-611 desde Palencia a Herrera de Pisuerga.
Este mismo fin de semana el castro y varias zonas del perímetro han aparecido plagadas de socavones de diversa profundidad, «pudiéndose contar éstos por decenas», explicaron a DP.
sábado. Este hecho, al parecer, no ha sido aislado y el mismo sábado se presentaron a primera hora de la mañana en la base de la Peña Amaya efectivos de la Guardia Civil de la provincia de Burgos, atendiendo a los continuos avisos del guarda de la zona.
Los agentes personados procedieron a la inspección ocular de los agujeros así como a identificar a las personas que se encontraban a esa hora en las inmediaciones, sin ningún resultado positivo. Además, fuentes de la Guardia Civil de Palencia, confirmaron ayer que no se tiene constancia de la presentación de denuncia alguna relativa a la desaparición de efectos del castro.
Estudios. Estas actuaciones fuera de cualquier control denunciadas públicamente contrastan con las realizadas en años precedentes.
En concreto, una serie de excavaciones (catas) controladas por los correspondientes organismos patrimoniales para tratar de encontrar material arqueológico, excavaciones que se hallan en la actualidad paralizadas.
Los habitantes de la zona han mostrado su tristeza ante la escasa atención que se presta ante hechos tan flagrantes.
L.M.RIVAS CILLEROS
El yacimiento arqueológico situado en la Peña Amaya, en la zona norte de la provincia, viene siendo en los últimos días objeto de la visita de los amantes de lo ajeno.
Según han confirmado a Diario Palentino diferentes fuentes consultadas, el yacimiento ha sido «impunemente expoliado por furtivos buscadores de tesoros, que presuntamente provistos de detectores de metales y material ligero de excavación han peinado literalmente la zona en la que se encuentra un antiguo castro de gran importancia».
Este castro, indicaron ayer las mismas fuentes, fue un importante asentamiento humano desde la Edad del Bronce hasta épocas medievales, conservándose en la actualidad la base de algunas casas, el trazado de calles y una pequeña muralla en la ascensión a lo que en tiempos fuera la última barrera defensiva del emplazamiento elegido.
Situación estratégica. Su situación estratégica, al constituir un gran mirador natural sobre la zona norte de toda la Meseta palentina y burgalesa, lo convirtió en un vital bastión tanto en las guerras cántabro-romanas como en la época de la Reconquista.
La Peña Amaya está situada en el triángulo formado por las palentinas localidades de Herrera de Pisuerga y Alar, y la burgalesa Villadiego, y es visible en buena parte del trayecto de la N-611 desde Palencia a Herrera de Pisuerga.
Este mismo fin de semana el castro y varias zonas del perímetro han aparecido plagadas de socavones de diversa profundidad, «pudiéndose contar éstos por decenas», explicaron a DP.
sábado. Este hecho, al parecer, no ha sido aislado y el mismo sábado se presentaron a primera hora de la mañana en la base de la Peña Amaya efectivos de la Guardia Civil de la provincia de Burgos, atendiendo a los continuos avisos del guarda de la zona.
Los agentes personados procedieron a la inspección ocular de los agujeros así como a identificar a las personas que se encontraban a esa hora en las inmediaciones, sin ningún resultado positivo. Además, fuentes de la Guardia Civil de Palencia, confirmaron ayer que no se tiene constancia de la presentación de denuncia alguna relativa a la desaparición de efectos del castro.
Estudios. Estas actuaciones fuera de cualquier control denunciadas públicamente contrastan con las realizadas en años precedentes.
En concreto, una serie de excavaciones (catas) controladas por los correspondientes organismos patrimoniales para tratar de encontrar material arqueológico, excavaciones que se hallan en la actualidad paralizadas.
Los habitantes de la zona han mostrado su tristeza ante la escasa atención que se presta ante hechos tan flagrantes.
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