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MARSEL & CO

El Vaticano se 'casa' con la tecnología digital para preservar sus secretos

ROMA.- Las Nuevas Tecnologías han llamado a las puertas de la Iglesia, y esta ha abierto sus puertas… un poco. La digitalización, primero de las obras de arte de los Museos Vaticanos y luego de su biblioteca, ha llevado un poco de aire fresco los cerrados salones de la Santa Sede, que intenta así matar dos pájaros de un tiro: extiende la difusión cultural de sus tesoros a (casi) todo el mundo, y los preserva del paso del tiempo.

La digitalización permite ver los archivos en estos dispositivos.
De hecho, lo último en lo que trabaja el Vaticano, codo con codo con Hewlett-Packard, en en la digitalización de los importantísimos archivos de la Iglesia. Los números dan vértigo: más de 150.000 manuscritos en todo tipo de superficies (papel, papiro, pergamino…), 8.300 incunables (de los que 65 son de pergamino), 1.600.000 volúmenes impresos (antiguos y modernos), 100.000 impresiones sueltas, y 300.000 medallas y monedas.

Téngase en cuenta que la actual biblioteca data del siglo XV, aunque existen catálogos de obras para uso personal del Papa y la Curia Romana desde finales del s. XIII.

Es tan enorme el volumen y la importancia de este fondo documental que los trabajos para trasladarlos al mundo digital llevarán años. “Hay que tener en cuenta que existe un cúmulo de documentos en el Vaticano que físicamente ocupa 20 kilómetros de galerías”, afirma el portavoz de la Santa sede, Joaquín Navarro-Vals. “Los soportes además son muy variados, y son muy delicados por el material de fabricación y por el paso del tiempo”.

Además, el trabajo se tiene que realizar de manera lenta debidso a a menudo se encuentran con una “falta de labor documental previa”, es decir, con cierto desorden en el material original.

Archivos secretos

En el Vaticano aseguran que ya no se usa el calificativos “secreto”, sino que prefieren usar la expresión “Archivo Central”. ¿Qué ocurre con aquellos documentos que la Iglesia ha guardado celosamente durante siglos, alejados de miradas ‘indiscretas’?

Impresora HP Designjet para documentos de gran formato.
“Hay ciertos documentos, sobre todo los que se refieren a la doctrina de la Fe, o temas de conciencia, que no se difundieron en su momento, aunque muchos otros han sido presentados a la luz pública recientemente, tales como las cartas cruzadas de Enrique VIII con el Vaticano, con motivo de su divorcio con Catalina de Aragón, por ejemplo”, asegura Navarro-Vals.

La digitalización de este tipo de documentos ‘delicados’ (¿Quién no recuerda, por ejemplo, el ‘tercer secreto de Fátima’?) se encarga a expertos. Y aquí surge una duda: ¿puede el Vaticano confiar en cualquiera para esta labor?. “Revelar los contenidos al gran público, ‘venderlos’ es una cuestión moral. Nosotros apelamos al secreto profesional de los técnicos, exactamente igual que si fueran médicos o periodistas”, comenta el portavoz del Vaticano.

Navarro Vals ve en esta unión entre religión, cultura y Nuevas Tecnologías una doble ventaja: “pura conservación, y acceso más fácil para la consulta”. Una consulta que no estará abierta a todo el mundo, ya que sólo tendrán acceso al grueso de la documentación, como hasta ahora, los investigadores.

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