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MARSEL & CO

y este entiende de esto, o eso da a entender.

ANDRÉS PÉREZ DÍAZ VICARIO JUDICIAL DE LA ARCHIDIÓCESIS DE OVIEDO
«Habría que ser más exigente con la gente que quiere casarse»
«Hoy las parejas son más inmaduras y tienen menos sentido del compromiso» En 2003 cinco matrimonios quisieron anularse tras un mes de vida conyugal
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Experto en Derecho Canónico, Andrés Pérez (Puente Castro, León, 1959) es el vicario judicial de la Archidiócesis de Oviedo desde 1999. El arzobispo, Carlos Osoro, le ha ratificado en su cargo a través de la nueva organización de la curia de la diocesana.

-¿Qué tipo de temas enjuician en la vicaría?

-El 99% de los casos que llevamos se refieren a nulidades de matrimonio.

-Existe un tribunal eclesiástico para llevar a cabo esta tarea.

-Somos cinco jueces, además del defensor del vínculo y promotor de justicia, que actúa de fiscal, y de los notarios y el secretario, que es el que cursa las declaraciones.

-Este tribunal tiene más funciones que cualquiera de los que existen en el resto de diócesis españolas.

-Somos un tribunal de archidiócesis, con lo cual juzgamos en primera instancia las causas de Asturias y en segunda instancia, las que llegan de los obispados que dependen de Asturias, es decir León, Astorga y Santander.

-¿Cuántas causas reciben al año?

-Cuando tomé en 1999 las riendas de la vicaría había unas 159 causas pendientes. Ahora, se han reducido a 66. La verdad es que en 2003 bajó mucho la entrada de asuntos, pero este año han empezado a aumentar otra vez.

-¿A qué se deben estas oscilaciones?

-Son vaivenes. Fíjate: en el 2000 entraron 60 causas sólo de Asturias y unas 100 del resto de las diócesis dependientes. Después, el año pasado contabilizamos unas 29 causas del Principado. Y, sin embargo, ahora ya vamos por 23.

-¿Qué consejos les da a las personas que acuden a la vicaría para solicitar la nulidad de su matrimonio?

-En primer lugar, siempre les digo que no vayan a un abogado. Si lo hacen, éste siempre va a tratar de que tiren adelante con el proceso. Lo que trato de explicarles es que vengan aquí, donde les diremos si hay indicios de nulidad.

-¿Cómo es el proceso?

-Repartimos un cuestionario, en el que preguntamos a los interesados cómo es su familia, cómo fue el noviazgo, por qué decidieron casarse, cómo transcurrió la boda, el viaje de novios, la convivencia matrimonial y por qué decidieron separarse. Una vez hecho este relato, lo leemos y vemos si hay indicios de nulidad y por qué causas.

El lunar y la verruga

-Especifique cuáles son indicios de nulidad a los que se refiere.

-Un 70% suele ser por conflictos de tipo psicológico. Por ejemplo, si hay un problema de drogadicción, alcoholismo o ludopatía, se trata de indicios importantes.

-¿Teme que los aspirantes a la nulidad exageren o falseen su historia?

-Más que exagerar, lo que sucede es que pueden ver su historia desde el prisma del sufrimiento de la ruptura. Ya sabes aquello famoso de: 'yo tengo un lunar, pero después de separado mi mujer ve una verruga'. Con esto, no quiero decir que no exageren.

-¿Cuánto tiempo se tarda en conseguir la nulidad?

-Unos dos años, pero depende de cada caso. En primer lugar, otorgar la justicia gratuita, que es lo que piden en el 45% de los casos, dura entre cinco y seis meses. Luego, el propio proceso de nulidad en Oviedo se alarga un año. Después, se lleva el caso al tribunal de la Rota de Madrid, que en confirmarlo tarda entre tres y seis meses.

-Habla de la justicia gratuita, pero muchos son los que creen que la nulidad se consigue con dinero.

-Aquí se consiguen un 75% de las nulidades que se solicitan. El 95% de la gente que pide la nulidad en justicia gratuita, la consigue. La persona que es pobre de dinero suele serlo también en otras capacidades intelectivas o cognoscitivas. Por otra parte, entre el 50% y el 55% de los que demandan la nulidad pagando, la obtiene.

-¿A qué se debe esta diferencia?

-Pongo un ejemplo. Unos chicos eran drogadictos y pensaron que una manera de conseguir dinero para drogarse era casarse, porque dan regalos. Lo hicieron y fue un desastre. Demandaron la nulidad y se la dimos. Los que son pobres lo son en todos los sentidos.

-¿Cuál es el perfil de las personas que piden la anulación?

-Normalmente, quien viene a anular su matrimonio es el que tiene una pareja pendiente, bien para casarse por la Iglesia o porque están casados y desean hacerlo regularmente. En mayor medida son las mujeres las que la solicitan. Cuando lo hace un hombre, suele ser porque su novia es más creyente.

-¿La Iglesia veta al 'culpable' del fracaso conyugal?

-En el 95% de los casos, sí. Muchas veces la causa que originó la nulidad sigue presente en la persona. De ser así, si se casa de nuevo, vuelve a hacer un matrimonio nulo. La Iglesia pone un veto para proteger a otra persona y las entidades de sacramento.

-¿Cree que la mentalidad de los jóvenes que deciden casarse ha cambiado respecto a otras épocas?

-Ha cambiado bastante. La gente es más inmadura, más irreflexiva y tiene menos sentido del compromiso. Por eso, se rompen bastantes parejas. Por ejemplo, el año pasado hubo cinco casos de los 29 que recibimos que no llegaron al mes de convivencia marital, después de llevar años de noviazgo.

-¿A qué cree que se deben estos fracasos?

-A una inmadurez, o bien es que la gente se casa porque se le pasa el arroz. Claro, cuando son novios cada uno vive en casa de sus padres. Se ven, tienen derecho a roce, pero no hay compromiso.

_¿Apostaría por limitar el número de casamientos?

-Por mi parte habría que ser más exigentes. El problema es que si un cura se niega a casar a alguien sale en Interviú y en Ana Rosa Quintana, y luego siempre puede hacerlo el sacerdote de al lado, porque tenga más manga ancha.

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