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MARSEL & CO

El trasplante de células fetales podría reparar el daño cerebral

El ictus o accidente cerebrovascular puede tener solución gracias al trasplante de células madre en las zonas del cerebro dañadas. Ésta es la principal conclusión de un nuevo estudio elaborado con ratas por los científicos de la Universidad de Stanford (EEUU). Los resultados podrían aplicarse a personas en un futuro.

La investigación, publicada en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, ha demostrado que los injertos de células de fetos humanos se adecuan a las regiones enfermas del cerebro de los roedores y se convierten en la clase de células necesarias para ‘reparar’ la lesión.

Según la información de la revista ‘Nature’, el siguiente paso antes de experimentar esta opción con monos y humanos es probar que las células transplantadas son capaces de frenar la parálisis cerebral en las ratas. Gary Steinberg, director del ensayo, ha señalado que a pesar de que no es posible el tratamiento inmediato de los pacientes que han sufrido un ictus, estos hallazgos sí son un avance importante hacia un potencial remedio.

El derrame, la embolia o el infarto cerebral se engloban dentro de la definición de ictus. El daño se produce cuando un vaso sanguíneo que transporta oxígeno y nutrientes al cerebro se bloquea o revienta. Entonces, las células cerebrales empiezan a ahogarse y mueren.

Los científicos de Stanford confían en que mediante las células madre -capaces de transformarse en diferentes tipos de células- sea posible reemplazar el tejido cerebral perjudicado.

La investigación

El estudio se basó en un cultivo de células madre procedentes de fetos humanos de 16 y 20 semanas. Tras conseguir millones de células para el transplante, los investigadores introdujeron cerca de 300.000 en el cerebro de cada uno de los roedores, a los que se había provocado, quirúrgicamente, un ictus siete días antes.

Un mes después, los resultados arrojaron conclusiones positivas: alrededor de 100.000 células injertadas permanecían vivas en el cerebro de las ratas y casi la mitad de ellas ya se habían convertido en neuronas.

Las células madre de fetos humanos tienen ventajas respecto a las que se pueden extraer de adultos y embriones. De acuerdo con el trabajo de Steinberg y su equipo, las de los adultos son difíciles de obtener, sobreviven peor tras el transplante y son más versátiles.

Por otro lado, las procedentes de embriones humanos podrían ser un recurso viable, pero éticamente conflictivo por el momento en los EEUU. Sólo está permitido emplear un número limitado de líneas celulares embrionarias en las investigaciones.

Dificultades y aspiraciones

Aunque los resultados del trabajo de Steinberg son alentadores, aplicar estos hallazgos en ensayos clínicos con personas requeriría que millones de células crezcan adecuadamente. Según ‘Nature’, los períodos de cultivo prolongados pueden ralentizar este crecimiento y hacer que las células adquieran anomalías genéticas.

Por ello, Eric Miljan, de la compañía británica ReNeuron, especializada en biotecnología, señala que sería conveniente añadir un gen a las células madre que estimule el crecimiento y evite los defectos genéticos. Estas células manipuladas servirían para el tratamiento del ictus y otras enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer.

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