Encamados y desnutridos
preocupante para un buen estado del bienestar, zp lee esto
En un reciente número de 'Medicina Clínica,' la revista médica en español que más impacto profesional tiene, se publica un trabajo del hospital Virgen de las Nieves, de Granada, que debe hacer reflexionar a médicos y gestores sobre una deficiencia seria y común en muchas instituciones sanitarias. El estudio de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del citado centro ha evaluado el grado de desnutrición de los pacientes tanto en el momento de admisión en el hospital como a los siete días del ingreso. La conclusión es clara: un porcentaje muy significativo ya muestra datos de desnutrición al llegar al hospital, un fenómeno que se agrava aún más durante su encamamiento.
TEMA MENOR.
En España, como pasa también en muchas partes del mundo, se presta poca atención a este aspecto del enfermo ingresado. Una gran mayoría son personas mayores que tienen patologías crónicas y serias. Esta combinación eleva de forma muy marcada el riesgo de trastorno nutricional. Existen parámetros bioquímicos que indican, más allá de lo que dicte la báscula, una desnutrición proteica que no se solicitan en la rutina clínica. Que un paciente se vaya deteriorando durante su ingreso en un centro médico es un problema grave. Esa carencia frena en muchas ocasiones la recuperación de las enfermedades y puede echar por tierra los esfuerzos y el dinero empleados en tratar de curar o mejorar algunas patologías como son las infecciones o el cáncer. Paliar la desnutrición del paciente ingresado no tiene por qué ser un tema complicado. Bastaría con que médicos y enfermeras evaluaran con rigor todos los datos sobre el estado nutricional de las personas a su cargo de la misma manera que se miden de rutina la tensión arterial y la fiebre. Bastaría con consultar frecuentemente con el personal de las unidades de Nutrición de cada centro y cuidar al máximo las dietas que deben administrarse a los enfermos. Hacerlo puede ser mucho más efectivo, y más barato, que recurrir sólo a los medicamentos.
En un reciente número de 'Medicina Clínica,' la revista médica en español que más impacto profesional tiene, se publica un trabajo del hospital Virgen de las Nieves, de Granada, que debe hacer reflexionar a médicos y gestores sobre una deficiencia seria y común en muchas instituciones sanitarias. El estudio de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del citado centro ha evaluado el grado de desnutrición de los pacientes tanto en el momento de admisión en el hospital como a los siete días del ingreso. La conclusión es clara: un porcentaje muy significativo ya muestra datos de desnutrición al llegar al hospital, un fenómeno que se agrava aún más durante su encamamiento.
TEMA MENOR.
En España, como pasa también en muchas partes del mundo, se presta poca atención a este aspecto del enfermo ingresado. Una gran mayoría son personas mayores que tienen patologías crónicas y serias. Esta combinación eleva de forma muy marcada el riesgo de trastorno nutricional. Existen parámetros bioquímicos que indican, más allá de lo que dicte la báscula, una desnutrición proteica que no se solicitan en la rutina clínica. Que un paciente se vaya deteriorando durante su ingreso en un centro médico es un problema grave. Esa carencia frena en muchas ocasiones la recuperación de las enfermedades y puede echar por tierra los esfuerzos y el dinero empleados en tratar de curar o mejorar algunas patologías como son las infecciones o el cáncer. Paliar la desnutrición del paciente ingresado no tiene por qué ser un tema complicado. Bastaría con que médicos y enfermeras evaluaran con rigor todos los datos sobre el estado nutricional de las personas a su cargo de la misma manera que se miden de rutina la tensión arterial y la fiebre. Bastaría con consultar frecuentemente con el personal de las unidades de Nutrición de cada centro y cuidar al máximo las dietas que deben administrarse a los enfermos. Hacerlo puede ser mucho más efectivo, y más barato, que recurrir sólo a los medicamentos.
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