SEGÚN NACIONES UNIDAS
Más de un millón de desplazados internos. Ese es el número de personas que Naciones Unidas calcula que han tenido que movilizarse de sus hogares debido al conflicto interno en la región de Gran Darfur en Sudán. La falta de alimentos, agua, asistencia sanitaria y alojamiento están conduciendo a la crisis humanitaria más grave del mundo en la actualidad, según la ONU.
"Uno de los principales problemas de salud es la inexistencia de saneamiento y agua potable en los campos de desplazados internos. Se calcula que en la actualidad sólo se dispone de un 12% del agua potable necesaria", informa en un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La falta de atención primaria afecta sobre todo a los grupos más vulnerables: los niños menores de cinco años y los separados de sus familias, las embarazadas y las mujeres lactantes y los ancianos. Estos grupos constituyen la mayoría de los desplazados internos.
También preocupa la falta de cuidados a las mujeres durante el embarazo y el parto, lo que está contribuyendo al aumento de la mortalidad maternoinfantil. "Es imprescindible que se tomen medidas urgentes para hacer frente a las necesidades físicas y psicológicas de las mujeres, muchas de las cuales, al parecer, han sido violadas", denuncia la OMS.
Son varias las organizaciones que han mostrado su apoyo a esta población. Como Oxfam Internacional que ha enviado un sexto avión humanitario con destino a Darfur. El avión partirá del aeropuerto británico de Manston y tiene previsto aterrizar mañana jueves en Nyala, capital de la provincia sudanesa de Darfur Sur, según informa la organización en un comunicado.
La carga, con un valor aproximado de 130.000 euros, contiene equipamiento para distribución y purificación de agua y para la construcción de duchas y letrinas. La mayor parte del material se trasladará al campo de desplazados de Kalma, a unos 15 kilómetros al este de Nyala, donde en las tres últimas semanas se ha duplicado la población: de 30.000 personas a 60.000.
Además del material enviado por avión, la agencia humanitaria Oxfam enviará esta semana perforadoras para construir pozos en las inmediaciones de los campos y 5.000 mosquiteras a los campos de refugiados de Chad para prevenir casos de malaria.
La coordinadora de Oxfam Internacional en Darfur, Sarah Lumsdon, ha denunciado que "la violencia en Darfur está empeorando día a día y eso ha multiplicado la población de los campos. Ahora en los campamentos se combinan tres condiciones idóneas para el cólera y otras epidemias: sobrepoblación, lluvias torrenciales y acumulación de excrementos. Si no construimos un millar de letrinas y duchas en los próximos días aquí puede morir mucha gente de cólera", ha advertido.
La OMS está trabajando para ampliar las intervenciones y su presencia en la Región de Gran Darfur, además de distribuir personal, equipos y suministros médicos. En este sentido, en los últimos meses ha llevado a cabo una campaña de vacunación contra el sarampión, un sistema de alerta temprana ante brotes y la supervisión de la ayuda internacional destinada a la salud pública en esta zona.
A pesar de estas ayudas, la acción de Naciones Unidas está siendo criticada por decenas de miles de sudaneses que han salido a las calles para protestar contra el ultimátum de esta organización al régimen de Jartum para que desarme y controle a las milicias 'Yanyauid', a las que se atribuyen las matanzas en Darfur.
El pasado viernes la ONU amenazó a Jartum con sanciones si no desarma a los 'Yanyauid' en el plazo de un mes. Jartum insiste en que es más 'lógico' el plazo de tres meses que le concede el acuerdo que firmó el 3 de junio con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para desarmar a los 'Yanyauid', que desde hace más de un año saquean aldeas, raptan niños, violan mujeres y masacran a la población negra de Darfur.
La región de Gran Darfur está habitada por 6,7 millones de personas de las que cerca de la mitad tienen una edad comprendida entre los seis y los 24 años. Las acciones violentas de estos milicianos contra la población negra local han provocado el desplazamiento de más de un millón de personas, más de 200.000 de ellos en la frontera con Chad, y han dejado unos 50.000 muertos.
"Uno de los principales problemas de salud es la inexistencia de saneamiento y agua potable en los campos de desplazados internos. Se calcula que en la actualidad sólo se dispone de un 12% del agua potable necesaria", informa en un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La falta de atención primaria afecta sobre todo a los grupos más vulnerables: los niños menores de cinco años y los separados de sus familias, las embarazadas y las mujeres lactantes y los ancianos. Estos grupos constituyen la mayoría de los desplazados internos.
También preocupa la falta de cuidados a las mujeres durante el embarazo y el parto, lo que está contribuyendo al aumento de la mortalidad maternoinfantil. "Es imprescindible que se tomen medidas urgentes para hacer frente a las necesidades físicas y psicológicas de las mujeres, muchas de las cuales, al parecer, han sido violadas", denuncia la OMS.
Son varias las organizaciones que han mostrado su apoyo a esta población. Como Oxfam Internacional que ha enviado un sexto avión humanitario con destino a Darfur. El avión partirá del aeropuerto británico de Manston y tiene previsto aterrizar mañana jueves en Nyala, capital de la provincia sudanesa de Darfur Sur, según informa la organización en un comunicado.
La carga, con un valor aproximado de 130.000 euros, contiene equipamiento para distribución y purificación de agua y para la construcción de duchas y letrinas. La mayor parte del material se trasladará al campo de desplazados de Kalma, a unos 15 kilómetros al este de Nyala, donde en las tres últimas semanas se ha duplicado la población: de 30.000 personas a 60.000.
Además del material enviado por avión, la agencia humanitaria Oxfam enviará esta semana perforadoras para construir pozos en las inmediaciones de los campos y 5.000 mosquiteras a los campos de refugiados de Chad para prevenir casos de malaria.
La coordinadora de Oxfam Internacional en Darfur, Sarah Lumsdon, ha denunciado que "la violencia en Darfur está empeorando día a día y eso ha multiplicado la población de los campos. Ahora en los campamentos se combinan tres condiciones idóneas para el cólera y otras epidemias: sobrepoblación, lluvias torrenciales y acumulación de excrementos. Si no construimos un millar de letrinas y duchas en los próximos días aquí puede morir mucha gente de cólera", ha advertido.
La OMS está trabajando para ampliar las intervenciones y su presencia en la Región de Gran Darfur, además de distribuir personal, equipos y suministros médicos. En este sentido, en los últimos meses ha llevado a cabo una campaña de vacunación contra el sarampión, un sistema de alerta temprana ante brotes y la supervisión de la ayuda internacional destinada a la salud pública en esta zona.
A pesar de estas ayudas, la acción de Naciones Unidas está siendo criticada por decenas de miles de sudaneses que han salido a las calles para protestar contra el ultimátum de esta organización al régimen de Jartum para que desarme y controle a las milicias 'Yanyauid', a las que se atribuyen las matanzas en Darfur.
El pasado viernes la ONU amenazó a Jartum con sanciones si no desarma a los 'Yanyauid' en el plazo de un mes. Jartum insiste en que es más 'lógico' el plazo de tres meses que le concede el acuerdo que firmó el 3 de junio con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para desarmar a los 'Yanyauid', que desde hace más de un año saquean aldeas, raptan niños, violan mujeres y masacran a la población negra de Darfur.
La región de Gran Darfur está habitada por 6,7 millones de personas de las que cerca de la mitad tienen una edad comprendida entre los seis y los 24 años. Las acciones violentas de estos milicianos contra la población negra local han provocado el desplazamiento de más de un millón de personas, más de 200.000 de ellos en la frontera con Chad, y han dejado unos 50.000 muertos.
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