Los consejos del experto, igual de eficaces que la fisioterapia contra la lumbalgia
Si usted lleva varias semanas padeciendo dolor de espalda, sepa que seguir la recomendación de que debe mantenerse activo será igual de eficaz que varias sesiones de fisioterapia. Así lo revela un estudio publicado en el 'British Medical Journal', que cuestiona la utilidad del tratamiento rehabilitador.
"El hecho de que no tengamos respuestas para un problema frecuente [como es el dolor de espalda] es una sorpresa para un paciente frustrado que tiene grandes esperanzas en la intervención del médico", lamenta el editorial que acompaña a esta nueva investigación, también recogido en el 'British'.
Una de las prácticas frecuentes es remitir al aquejado de lumbalgias a un fisioterapeuta, que aplicará técnicas como manipulación articular, estiramientos, ejercicios de fortalecimiento o tratamientos con frío y calor.
El estudio
Sin embargo, esta estrategia no parece más eficaz que los simples consejos del especialista. Así lo ha constatado el trabajo británico tras evaluar durante un año a 286 personas que llevaban al menos seis semanas sufriendo lumbalgias y que habían acudido a su médico de cabecera.
La mitad fueron remitidas a un fisioterapeuta de la sanidad pública británica, mientras que los demás (grupo control) recibían únicamente una sesión de asesoramiento. Así, mientras los primeros asistían a una media de cinco sesiones de alguna de las mencionadas técnicas (en función de lo que cada fisioterapeuta considerase conveniente), los 'controles' recibían la recomendación de mantenerse activos.
Tras el seguimiento se vio que el grado de incapacidad era semejante en ambos grupos (según varias escalas que evalúan las funciones que habitualmente se ven afectadas por el dolor de espalda). Es decir, que las sesiones de fisioterapia no resultaban más eficaces que los consejos dados por el propio fisioterapeuta.
Matices
"Sin embargo, la percepción de los pacientes acerca de los beneficios del tratamiento estaba en conflicto con las medidas objetivas", comentan los autores, procedentes del departamento de Salud Pública de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Y es que los del primer grupo sí decían haber experimentado mejorías, en comparación con los voluntarios del segundo colectivo. "La importancia clínica de este hallazgo necesita nuevas investigaciones", agregan.
Por otra parte, el comentario advierte de que "este estudio sólo confirma que la fisioterapia administrada en un departamento del NHS [la sanidad pública británica] añade poco al tratamiento del dolor de espalda. Necesitamos examinar con más cuidado cada opción terapéutica [por separado] antes de decidir que la fisioterapia no es eficaz", advierte.
Entonces, "¿cuáles son las alternativas para el paciente? La mejor opción es seguir una hoja de consejos y mantenerse activo", resume el autor del comentario. "Si los mejores resultados se obtienen con el ejercicio, quizás necesitemos un nuevo modelo de asistencia sanitaria para las personas con lumbalgia. Tal vez deberíamos intentar desmedicalizar el dolor de espalda y remitir a los pacientes a entrenadores preparados al respecto en un gimnasio", resume.
"El hecho de que no tengamos respuestas para un problema frecuente [como es el dolor de espalda] es una sorpresa para un paciente frustrado que tiene grandes esperanzas en la intervención del médico", lamenta el editorial que acompaña a esta nueva investigación, también recogido en el 'British'.
Una de las prácticas frecuentes es remitir al aquejado de lumbalgias a un fisioterapeuta, que aplicará técnicas como manipulación articular, estiramientos, ejercicios de fortalecimiento o tratamientos con frío y calor.
El estudio
Sin embargo, esta estrategia no parece más eficaz que los simples consejos del especialista. Así lo ha constatado el trabajo británico tras evaluar durante un año a 286 personas que llevaban al menos seis semanas sufriendo lumbalgias y que habían acudido a su médico de cabecera.
La mitad fueron remitidas a un fisioterapeuta de la sanidad pública británica, mientras que los demás (grupo control) recibían únicamente una sesión de asesoramiento. Así, mientras los primeros asistían a una media de cinco sesiones de alguna de las mencionadas técnicas (en función de lo que cada fisioterapeuta considerase conveniente), los 'controles' recibían la recomendación de mantenerse activos.
Tras el seguimiento se vio que el grado de incapacidad era semejante en ambos grupos (según varias escalas que evalúan las funciones que habitualmente se ven afectadas por el dolor de espalda). Es decir, que las sesiones de fisioterapia no resultaban más eficaces que los consejos dados por el propio fisioterapeuta.
Matices
"Sin embargo, la percepción de los pacientes acerca de los beneficios del tratamiento estaba en conflicto con las medidas objetivas", comentan los autores, procedentes del departamento de Salud Pública de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Y es que los del primer grupo sí decían haber experimentado mejorías, en comparación con los voluntarios del segundo colectivo. "La importancia clínica de este hallazgo necesita nuevas investigaciones", agregan.
Por otra parte, el comentario advierte de que "este estudio sólo confirma que la fisioterapia administrada en un departamento del NHS [la sanidad pública británica] añade poco al tratamiento del dolor de espalda. Necesitamos examinar con más cuidado cada opción terapéutica [por separado] antes de decidir que la fisioterapia no es eficaz", advierte.
Entonces, "¿cuáles son las alternativas para el paciente? La mejor opción es seguir una hoja de consejos y mantenerse activo", resume el autor del comentario. "Si los mejores resultados se obtienen con el ejercicio, quizás necesitemos un nuevo modelo de asistencia sanitaria para las personas con lumbalgia. Tal vez deberíamos intentar desmedicalizar el dolor de espalda y remitir a los pacientes a entrenadores preparados al respecto en un gimnasio", resume.
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