Christopher Reeve, el intérprete de “Superman”, muere a los 52 años

El actor estadounidense, amante de los deportes, quedó tetrapléjico en 1995 tras caerse de un caballo y lesionarse la espina dorsal. Los médicos hicieron por él lo posible, pero el resultado fue inevitable, Christopher Reeve se quedó sin movilidad en su cuerpo excepto en la cabeza, incluso no tenía control sobre sus movimientos respiratorios, por lo que tenía que permanecer conectado a un respirador artificial y en silla de ruedas. Su familia permaneció a su lado, su esposa Dana, con la que se casó en 1992, y el hijo de ambos, Will.

Desde ese momento Christopher Reeve se convirtió en un luchador incansable por la experimentación de tratamientos que le permitieran a él y a los que están en sus mismas condiciones de recuperar su vida, por ello bregó por la experimentación con células madre y por los derechos de todos los discapacitados. Creó la Christopher Reeve Paralysis Foundation, escribió su biografía, Still Me, cuya transcripción a disco le valió el Grammy al Mejor Album Hablado de 1999, y en 2002 publicó otro libro: Nothing is Impossible; Reflections of a New Life. A pesar de su condición física, continuó participando en el cine y la televisión, como director, productor ejecutivo y actor; en 1996 rodó A Step Toward Tomorrow; en 1997 In The Gloaming; y en 1998 la versión del clásico de Hitchcock La ventana Indiscreta. Por este papel fue nominado al Globo de Oro. Además, intervino en dos episodios de la serie Smallville como estrella invitada.

Ante la muerte de Reeve, los agentes del actor han solicitado respeto a la intimidad de la familia. Reeve deja tres hijos, Will nacido de su matrimonio con Dana, y otros dos, Matthew, y Alexandra, de una unión anterior. Su viuda ha difundido un comunicado en el que agradece el trato recibido por su esposo en el hospital Northern Westchester de Mount Kisco.