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MARSEL & CO

Sanidad debe asegurar la independencia de los estudios epidemiológicos nucleares

Sanidad debe asegurar la independencia de los estudios epidemiológicos nucleares Ante el creciente número de datos que indican tasas de incidencia anormalmente altas de diversas enfermedades y de malformaciones de nacimiento en el entorno (en un radio de 30 kms) de varias centrales nucleares y otras instalaciones del ciclo nuclear, Greenpeace reitera al Ministerio de Sanidad que ponga en marcha de forma urgente la realización de estudios epidemiológicos, exhaustivos e independientes, en el entorno de estas plantas.

Greenpeace considera fundamental evitar que estos estudios queden controlados de facto por la industria nuclear, para evitar la manipulación de los datos y conclusiones que se obtengan. Por ello resulta necesario que no estén controlados en exclusiva por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuya conocida falta de independencia con respecto a la industria nuclear contribuiría a sembrar dudas sobre los resultados.

Las continuas declaraciones de la presidenta del CSN, Mª Teresa Estevan Bolea, afirmando a priori que la conclusión de estos futuros estudios será que no hay relación causa-efecto entre estas altas tasas de enfermedades y la actividad de las centrales nucleares, demuestra claramente que el CSN no es el organismo indicado para liderar estos estudios.

Asimismo, Greenpeace pide al Gobierno que establezca mecanismos de participación pública en estos estudios epidemiológicos para garantizar la necesaria independencia en la realización de los mismos.

En resumen, Greenpeace cree que la realización de estos estudios debe ser liderada por el Ministerio de Sanidad y Consumo y las autoridades sanitarias de las Comunidades Autónomas afectadas, además de permitirse la participación de especialistas independientes a propuesta de las ONG y otros colectivos interesados.

Greenpeace lleva años solicitando al Gobierno la realización de estudios epidemiológicos en el entorno de las instalaciones nucleares. Las peticiones más recientes fueron dirigidas a la ex-Ministra de Sanidad Ana Pastor (en noviembre de 2003) y a la titular vigente, Elena Salgado (en agosto de 2004), quien no ha dado aún respuesta a esta petición. (se adjuntan estos escritos)

"Greenpeace lamenta la total indiferencia del CSN y del Ministerio de Sanidad en las últimas décadas al respecto de la posible incidencia de las instalaciones nucleares en la salud pública. Es hora de que se pongan en marcha sin más demora estudios epidemiológicos, algo que también pidió el Congreso de los Diputados el 17 de diciembre de 2003" -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

Los datos de los escasos estudios epidemiológicos disponibles hasta el momento reflejan hechos y tendencias muy preocupantes.

Así, en julio del año pasado fue publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine un estudio epidemiológico realizado por científicos de la Universidad de Alcalá de Henares y el Hospital de Guadalajara en el cual se concluye que el riesgo de sufrir cáncer se incrementa linealmente con la proximidad a la central nuclear de Trillo y que el riesgo de padecer un tumor es 1,71 veces superior en el entorno más cercano a la central nuclear (en un radio de 10 kms. alrededor de ésta) que en el área incluida en un radio de 30 kms.

En julio de 2001 fue publicado en Environmental Health Perspectives un estudio de la Unidad de Epidemiología del Cáncer del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III que concluyó que existía un incremento de la mortalidad por leucemia en el entorno de las instalaciones de combustible nuclear.

Dos años antes, en 1999, el Instituto de Salud Carlos III concluyó que existía una tasa de incidencia de mieloma múltiple mayor de lo normal en el entorno de la central nuclear de Zorita, en Guadalajara. Este estudio se publicó en el número de octubre de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention. En esta misma zona, ya en 1987 el Insalud concluyó que la tasa de muertes por tumores de tubo digestivo era entre 3 y 4 veces superior que la media del Estado español.

Además de estos datos concluyentes, los estudios de 1999 y 2001 del Instituto de Salud Carlos III detectaron también la existencia de una tasa inesperadamente más alta de cáncer de estómago en personas de ambos sexos en el entorno de la central nuclear de Garoña. Este incremento, ligado a la proximidad a esta instalación, se produjo en el periodo posterior al inicio de actividad de la central nuclear, tras comparar con la situación anterior a su entrada en funcionamiento.

Asimismo, se constató que la mortalidad por cáncer de pulmón mostró un mayor incremento en las áreas en el entorno de 30 kms alrededor de las centrales de Garoña, Zorita y Vandellós-I en comparación con las tendencias nacionales. La misma situación se dio con respecto al cáncer de riñón en La Haba, zona de minería de uranio.

Según estos estudios, Garoña es la central nuclear en cuyo entorno se ha encontrado una tasa más alta de mortalidad por leucemia en la población de 0 a 24 años, en un ratio superior que en las poblaciones control más allá de ese radio. En el entorno de otras centrales nucleares e instalaciones de minería del uranio se ha detectado un exceso de mortalidad por diversos tipos de cáncer.

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