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MARSEL & CO

Tras una cesárea, mejor hacer otra

Tras una cesárea, mejor hacer otra Podría ser la pregunta del millón: ¿después de una cesárea es mejor hacer otra o intentar un alumbramiento normal? Según los datos de un estudio, la opción del parto vaginal conlleva un riesgo ligeramente superior de problemas tanto en el niño como en la madre que si se lleva a cabo una segunda cesárea.

En las últimas décadas la tasa de cesáreas ha aumentado sustancialmente. En España el 20% de los partos se realiza con este procedimiento quirúrgico. Nuestro país no es un caso aislado. Las estadounidenses han visto en poco más de 30 años, de 1970 a 2002, cómo el porcentaje de cesáreas se ha disparado de un 5% a un 26% de todos los partos.

Las autoridades sanitarias aconsejan reducir este procedimiento. Un informe del Departamento de Salud de EEUU, publicado en el año 2000, se ponía como objetivo conseguir que el 37% de los partos, tras una cesárea previa, fuese por vía vaginal.

Sin embargo, en 2002 sólo el 12,7% de las mujeres que ya habían pasado por una cesárea tenía a su siguiente hijo por vía vaginal debido principalmente al aparente incremento en la frecuencia de roturas uterinas y otros problemas en el niño y en la madre.

El estudio

Para comprobar la seguridad de un parto normal o una cesárea programada en mujeres que ya han sido sometidas a una cesárea previa, investigadores del departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Ohio (EEUU) han realizado un estudio observacional con datos de 19 centros sanitarios de 1999 a 2002. En total 45.988 mujeres tenían una historia cesárea previa y de éstas 17.898 se sometieron a un parto normal y 15.801 a una cesárea programada.

"Nuestros resultados indican que un parto vaginal en una mujer con una historia de cesárea está asociado con un mayor riesgo de resultados perinatales adversos y una mayor tasa de problemas maternales, en comparación con una segunda cesárea programada", comentan los autores del estudio, que publicará 'The New England Journal of Medicine' el próximo jueves, si bien la revista ha permitido su difusión antes de tiempo.

En el grupo del parto vaginal se produjo una rotura uterina en el 0,7% de las gestantes en comparación con el 0% del otro grupo. También fueron superiores los casos de endometritis (infección durante los primeros días después del alumbramiento), un 2,9% frente al 1,8%, y el porcentaje de transfusiones, un 1,7% frente a un 1%.

Estos trastornos fueron más frecuentes entre las gestantes que habían intentado dar a luz por vía vaginal pero que finalmente tuvieron que someterse a una cesárea que entre aquellas que sí habían logrado tener a su hijo mediante un parto normal como se lo habían propuesto.

Los bebés también presentaron un mayor número de problemas. La frecuencia de muertes fetales antes del nacimiento fue mayor entre las mujeres que dieron a luz por vía vaginal que entre las que se sometieron a una segunda cesárea. No obstante, la tasa de mortalidad durante el parto y posteriormente fue similar en los dos grupos.

En cuanto a otro tipo de complicaciones como la encefalopatía isquémica anóxica (daño cerebral por falta de oxígeno), ningún niño nacido mediante una segunda cesárea presentó este trastorno frente a 12 de madres que tuvieron un parto vaginal. Además, este problema fue más frecuente entre las gestantes que habían sufrido una rotura uterina.

Implicaciones prácticas

"La magnitud de estos riesgos es pequeña, sin embargo esta información es importante para mujeres y profesionales de la salud que tienen que tomar una decisión sobre el tipo de parto", concluyen los autores.

El doctor Michael F. Greene, del departamento de ginecología y obstetricia del Hospital General de Massachusetts en Boston (EEUU), explica en un editorial publicado también por 'NEJM' que ningún ensayo clínico aleatorizado ha comparado el parto vaginal con la cesárea programada en mujeres con una cesárea previa.

"Los anteriores datos no eran consistentes en torno a los riesgos maternales de una cesárea programada, pero los resultados de este estudio son muy tranquilizadores con respecto a esos riesgos".

Según esta investigación, serían necesarias 588 cesáreas programadas para prevenir un resultado perinatal adverso. "Puede ser un número razonable para algunos mientras que otros considerarán que los riesgos perinatales asociados con el parto vaginal son pequeños y merecen la pena tomarlos por el beneficio de este tipo de alumbramientos. Al final, los riesgos, como la belleza, están en el ojo del que mira", concluye el doctor Greene.

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