Un informe detecta un deterioro relativo de la sanidad española
El primer informe anual del Observatorio del Sistema Nacional de Salud, correspondiente a 2003, ha detectado un "deterioro relativo" de la sanidad pública española.
El principal motivo de ese empeoramiento ha sido la congelación del gasto sanitario público desde 1997 hasta 2003, que se situó en un 5,4% del PIB.
En este deterioro también han influido el aumento progresivo del gasto farmacéutico hasta alcanzar un 12,8% entre 2002 y 2003, así como el crecimiento de la población del 2,1% en estos dos últimos años.
El aumento del gasto en medicamentos situó el peso de la factura farmacéutica sobre el gasto sanitario en un 22%, con un incremento annual medio del gasto por receta del 6,43%.
Mientras, la demanda asistencial ha continuado creciendo tanto por el aumento de la población como por su progresivo envejecimiento, y España ha asistido a una progresiva privatización del sistema.
El resultado de todos estos parámetros ha sido una peor valoración por parte de los ciudadanos en los índices de satisfacción, que entre 1995 y 2003 han pasado de 7,35 a 6,83 en atención primaria; de 7,17 a 6,56 en consultas externas de atención especializada, y de 7,60 a 6,96 en hospitalización.
No obstante y a pesar de estas "tensiones", el secretario general de Sanidad, Fernando Lamata, ha declarado, al presentar los datos del informe de este Observatorio, que se constata un "buen funcionamiento de la sanidad pública en general".
Los datos positivos que recoge el Observatorio se refieren, sobre todo, a los buenos resultados en salud. Así, señala que la esperanza de vida al nacer sigue siendo de las más altas del mundo o que la mortalidad infantil sitúa a España en segundo lugar de Europa.
De cara al futuro, el Observatorio señala la necesidad de hacer frente a "viejos problemas" y "nuevos retos" en materia de salud, como la atención a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, los accidentes, la diabetes, el alzheimer, el sida, la gripe y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo. Otro de los retos por resolver son las desigualdades detectadas en salud por razón de sexo, clase social o tipo de trabajo.
"En 2005 tenemos que seguir trabajando en prevención y en coordinación", destacó Lamata, y en frenar el crecimiento del gasto farmacéutico.
El principal motivo de ese empeoramiento ha sido la congelación del gasto sanitario público desde 1997 hasta 2003, que se situó en un 5,4% del PIB.
En este deterioro también han influido el aumento progresivo del gasto farmacéutico hasta alcanzar un 12,8% entre 2002 y 2003, así como el crecimiento de la población del 2,1% en estos dos últimos años.
El aumento del gasto en medicamentos situó el peso de la factura farmacéutica sobre el gasto sanitario en un 22%, con un incremento annual medio del gasto por receta del 6,43%.
Mientras, la demanda asistencial ha continuado creciendo tanto por el aumento de la población como por su progresivo envejecimiento, y España ha asistido a una progresiva privatización del sistema.
El resultado de todos estos parámetros ha sido una peor valoración por parte de los ciudadanos en los índices de satisfacción, que entre 1995 y 2003 han pasado de 7,35 a 6,83 en atención primaria; de 7,17 a 6,56 en consultas externas de atención especializada, y de 7,60 a 6,96 en hospitalización.
No obstante y a pesar de estas "tensiones", el secretario general de Sanidad, Fernando Lamata, ha declarado, al presentar los datos del informe de este Observatorio, que se constata un "buen funcionamiento de la sanidad pública en general".
Los datos positivos que recoge el Observatorio se refieren, sobre todo, a los buenos resultados en salud. Así, señala que la esperanza de vida al nacer sigue siendo de las más altas del mundo o que la mortalidad infantil sitúa a España en segundo lugar de Europa.
De cara al futuro, el Observatorio señala la necesidad de hacer frente a "viejos problemas" y "nuevos retos" en materia de salud, como la atención a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, los accidentes, la diabetes, el alzheimer, el sida, la gripe y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo. Otro de los retos por resolver son las desigualdades detectadas en salud por razón de sexo, clase social o tipo de trabajo.
"En 2005 tenemos que seguir trabajando en prevención y en coordinación", destacó Lamata, y en frenar el crecimiento del gasto farmacéutico.
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