Los psicólogos niegan que la homosexualidad sea una enfermedad
Los psicólogos no han tardado en desmarcarse de las declaraciones realizadas en el Senado por el catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense de Madrid, Aquilino Polaino. La calificación de la homosexualidad como "una patología" o la afirmación de que las personas llegan a ser gays y lesbianas porque "tienen un padre violento y alcohólico
y una madre sobreprotectora y exigente" no son compartidas por la mayoría de profesionales y carecen, según los expertos, de base científica.
"La homosexualidad no es ningún trastorno mental y así lo afirma la comunidad científica internacional", explica a 'elmundo.es' Fernando Chacón, decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. De hecho, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) retiró en 1973 la homosexualidad de su manual de diagnóstico y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerarla una enfermedad en 1990.
Chacón ha declarado que "desde el punto de vista médico no existe ninguna diferencia entre los homosexuales y los heterosexuales". Para este experto, los gays y lesbianas "pueden sufrir más problemas psicológicos si no aceptan su condición de homosexual, pero igual que le ocurre a cualquier otra persona que se rechaza a sí misma, como pasa con algunos pacientes obesos".
Respecto a las opiniones vertidas por el psiquiatra Aquilino Polaino, Fernando Chacón considera que "no hay ningún dato que corrobore sus palabras. Él cita su práctica clínica con 162 personas, pero no es una base suficiente para generalizar la situación".
Ante la polémica que ha suscitado la intervención del doctor Polaino, el Colegio Oficial de Psicólogos ha emitido un comunicado en el que aclara que este profesional no pertenece al organismo y que "hace más de tres décadas que la homosexualidad no está considerada un trastorno mental".
La adopción ideal
La adopción por parte de los homosexuales es uno de los temas que más debate ha provocado en la sociedad. Para el doctor Alfonso Delgado Rubio, catedrático de pediatría y puericultura de la Universidad del País Vasco y presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), lo más importante en esta cuestión es no perder de vista que "lo que hay que buscar es la felicidad y lo mejor para el niño adoptado y no para los adoptantes".
Este experto, que habla a título personal y no como representante de la AEP, ha indicado a 'elmundo.es' que "la situación ideal es que los niños los adopten parejas heterosexuales con más hijos, y que el pequeño tenga el referente de un padre y una madre".
Pero si bien éste es el perfil idóneo, no quiere decir que los niños adoptados por parejas de gays o lesbianas vayan a crecer en un ambiente inadecuado, matiza el doctor Delgado.
"Hasta el momento, los trabajos que se han hecho sobre niños criados con homosexuales no tienen el suficiente rigor científico como para sacar conclusiones claras, ya que se han realizado con pocos participantes y el seguimiento no ha sido muy largo", explica este profesional, que define la homosexualidad como "una opción sexual minoritaria".
Para este doctor, "si hiciéramos una encuesta entre los niños pendientes de adopción, lo más probable es que eligieran como familia a una pareja heterosexual, formada por un padre y una madre, porque es lo que tiene todo el mundo".
Sobre esta cuestión, Fernando Chacón añade que "no existen datos taxativos al respecto, pero todo apunta a que los niños que viven con homosexuales no tienen un desarrollo psicológico distinto al resto".
Reacciones a la propuesta del Gobierno
Desde que, en septiembre de 2004, el actual gobierno se mostrase favorable a que las personas homosexuales adopten niños, varias voces expertas han saltado a la palestra.
María del Mar González, directora del informe realizado en 2002 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, ya apuntó en 2004 a 'elmundo.es' que "no hay razones para pensar que la orientación sexual puede comprometer el desarrollo del niño".
Una postura que comparte José Luis Pedreira, presidente de la sección de psiquiatría infantil de la AEP: "¿Qué es más bonito que permitir que se pueda hacer de una forma normalizada y no marginal? Es mejor porque las situaciones marginales son peligrosas y la visibilidad permite aclarar las cosas".
Por el contrario, Mercedes Valcarce, profesora titular de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense de Madrid, no dudó en oponerse a la propuesta del Ejecutivo socialista de forma tajante.
"Los niños de este tipo de parejas no van a tener identidad sexual. Los demás la adquieren porque ven que dos personas, un hombre y una mujer, se han unido para completarse. En cambio, los adoptados por homosexuales tendrían una identidad sexual muy conflictiva".
Paulino Castells, doctor en medicina y psiquiatra experto en temas de familia, también se situaba en esta línea de opinión: "Yo lo que deseo para un niño es que tenga un padre y una madre. Para su identificación y la maduración de su personalidad necesita un modelo femenino y masculino, no un modelo de género sino también de sexo, diferenciado anatómica y psíquicamente".
"La homosexualidad no es ningún trastorno mental y así lo afirma la comunidad científica internacional", explica a 'elmundo.es' Fernando Chacón, decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. De hecho, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) retiró en 1973 la homosexualidad de su manual de diagnóstico y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerarla una enfermedad en 1990.
Chacón ha declarado que "desde el punto de vista médico no existe ninguna diferencia entre los homosexuales y los heterosexuales". Para este experto, los gays y lesbianas "pueden sufrir más problemas psicológicos si no aceptan su condición de homosexual, pero igual que le ocurre a cualquier otra persona que se rechaza a sí misma, como pasa con algunos pacientes obesos".
Respecto a las opiniones vertidas por el psiquiatra Aquilino Polaino, Fernando Chacón considera que "no hay ningún dato que corrobore sus palabras. Él cita su práctica clínica con 162 personas, pero no es una base suficiente para generalizar la situación".
Ante la polémica que ha suscitado la intervención del doctor Polaino, el Colegio Oficial de Psicólogos ha emitido un comunicado en el que aclara que este profesional no pertenece al organismo y que "hace más de tres décadas que la homosexualidad no está considerada un trastorno mental".
La adopción ideal
La adopción por parte de los homosexuales es uno de los temas que más debate ha provocado en la sociedad. Para el doctor Alfonso Delgado Rubio, catedrático de pediatría y puericultura de la Universidad del País Vasco y presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), lo más importante en esta cuestión es no perder de vista que "lo que hay que buscar es la felicidad y lo mejor para el niño adoptado y no para los adoptantes".
Este experto, que habla a título personal y no como representante de la AEP, ha indicado a 'elmundo.es' que "la situación ideal es que los niños los adopten parejas heterosexuales con más hijos, y que el pequeño tenga el referente de un padre y una madre".
Pero si bien éste es el perfil idóneo, no quiere decir que los niños adoptados por parejas de gays o lesbianas vayan a crecer en un ambiente inadecuado, matiza el doctor Delgado.
"Hasta el momento, los trabajos que se han hecho sobre niños criados con homosexuales no tienen el suficiente rigor científico como para sacar conclusiones claras, ya que se han realizado con pocos participantes y el seguimiento no ha sido muy largo", explica este profesional, que define la homosexualidad como "una opción sexual minoritaria".
Para este doctor, "si hiciéramos una encuesta entre los niños pendientes de adopción, lo más probable es que eligieran como familia a una pareja heterosexual, formada por un padre y una madre, porque es lo que tiene todo el mundo".
Sobre esta cuestión, Fernando Chacón añade que "no existen datos taxativos al respecto, pero todo apunta a que los niños que viven con homosexuales no tienen un desarrollo psicológico distinto al resto".
Reacciones a la propuesta del Gobierno
Desde que, en septiembre de 2004, el actual gobierno se mostrase favorable a que las personas homosexuales adopten niños, varias voces expertas han saltado a la palestra.
María del Mar González, directora del informe realizado en 2002 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, ya apuntó en 2004 a 'elmundo.es' que "no hay razones para pensar que la orientación sexual puede comprometer el desarrollo del niño".
Una postura que comparte José Luis Pedreira, presidente de la sección de psiquiatría infantil de la AEP: "¿Qué es más bonito que permitir que se pueda hacer de una forma normalizada y no marginal? Es mejor porque las situaciones marginales son peligrosas y la visibilidad permite aclarar las cosas".
Por el contrario, Mercedes Valcarce, profesora titular de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense de Madrid, no dudó en oponerse a la propuesta del Ejecutivo socialista de forma tajante.
"Los niños de este tipo de parejas no van a tener identidad sexual. Los demás la adquieren porque ven que dos personas, un hombre y una mujer, se han unido para completarse. En cambio, los adoptados por homosexuales tendrían una identidad sexual muy conflictiva".
Paulino Castells, doctor en medicina y psiquiatra experto en temas de familia, también se situaba en esta línea de opinión: "Yo lo que deseo para un niño es que tenga un padre y una madre. Para su identificación y la maduración de su personalidad necesita un modelo femenino y masculino, no un modelo de género sino también de sexo, diferenciado anatómica y psíquicamente".
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