Comienza en Roma el proceso de beatificación de Juan Pablo II
El proceso de beatificación de Juan Pablo II ha comenzado con una ceremonia solemne en la basílica de San Juan de Letrán de Roma presidida por el cardenal vicario, Camillo Ruini. Ruini se ha mostrado convencido de que el camino hacia la santidad del fallecido Pontífice será breve.
Los trámites se han iniciado tres meses después de su muerte, por deseo expreso de Benedicto XVI, sin tener que esperar a los cinco años que establece el Código de Derecho Canónico.
El acto ha estado presidido por el cardenal vicario, Camillo Ruini, y se ha celebrado en Roma porque en esta ciudad murió Juan Pablo II el pasado 2 de abril -a los 84 años de edad y tras casi 27 de pontificado- y porque, además, fue obispo de la Ciudad Eterna.
Ha sido una ceremonia diocesana sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad del Siervo de Dios Juan Pablo II, en la que el propio Ruini ha afirmado que es "unánime y universal el convencimiento de la santidad" de Karol Wojtyla.
Además, tras hacer un repaso por la vida del fallecido Pontífice, se ha mostrado convencido de que el proceso será breve, teniendo en cuenta -dijo- los numerosos testimonios que llegan a diario al Vicariato informando sobre gracias logradas por la intercesión de Juan Pablo II.
Testigos de los milagros
A la ceremonia asistieron numerosos cardenales, entre ellos el camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, y el que fuera su secretario particular, el arzobispo de Cracovia, Estanislao Dziwisz.
Un grupo de jóvenes pasa bajo un póster de Juan Pablo II en una iglesia polaca. (Foto: REUTERS)
Un grupo de jóvenes pasa bajo un póster de Juan Pablo II en una iglesia polaca. (Foto: REUTERS)
El primer acto del proceso que llevará a Juan Pablo 'El Grande', como ya se le conoce, a la gloria de los altares, fue el juramento en latín del cardenal Ruini, de los jueces del tribunal y de los notarios.
Después, el polaco monseñor Slawomir Oder, el postulador de la causa -debe encargarse de impulsarla-, presentó ante Ruini y los jueces del tribunal diocesano que se ha creado los papeles que le acreditan como tal, los documentos que ya ha recogido sobre la figura de Karol Wojtyla y la lista de las personas a las que hay que interrogar sobre su vida y milagros.
Tras esta sesión inaugural, en fechas próximas se celebrará la primera audiencia, que será a puerta cerrada.
En esta segunda fase, el proceso comenzará con la lectura de todos los documentos de Karol Wojtyla, unas 100.000 páginas, a las que se le sumarán todos los escritos realizados por el Papa durante su juventud, incluidos aquellos apuntes que había pedido en su testamento que se quemasen tras su muerte, pero que su secretario y amigo personal, monseñor Stanislao Dzisizw, decidió no destruir para que pudiesen contribuir a la beatificación.
Y es que el proceso de beatificación pasa por la recogida de documentación sobre Juan Pablo II, así como por la investigación sobre su vida y virtudes, recogiendo testimonios de quienes le conocieron.
Para conseguir testimonios, la diócesis de Roma ha habilitado un correo electrónico (Postulazione.GiovanniPaoloII@VicariatusUrbis.org) al que se podrán dirigir quienes deseen colaborar con la causa de beatificación.
Beatificación "express"
El pasado 13 de mayo Benedicto XVI anunció por sorpresa el comienzo del proceso de beatificación de Wojtyla. Hizo el anuncio en el día en que se cumplían 24 años del atentado contra el Papa polaco a manos del turco Ali Agca en la plaza de San Pedro y en la festividad de la Virgen de Fátima, que según Karol Wojtyla "desvió la bala" y le salvó la vida.
El anuncio fue acogido con gran alegría en el mundo católico. Y es que aún sigue vivo en la memoria el grito "súbito santo" ("santo ya") que decenas de miles de personas corearon el pasado 7 de abril en la plaza de San Pedro durante los funerales.
Aunque el Código de Derecho Canónico establece que para abrir el proceso de beatificación de una persona es preciso que hayan pasado cinco años desde su muerte, el Papa tiene la potestad de acortar ese plazo. Así lo hizo el propio Juan Pablo II con la Madre Teresa de Calcuta, que murió en 1997 y cuyo proceso de beatificación comenzó dos años después y culminó en el 2003.
El camino hacia la santidad tiene tres escalones: venerable siervo de Dios, beato y santo.
"Venerable Siervo de Dios" es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica. Para que pueda ser beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea santificado es necesario un segundo milagro, que ha de realizarse después de ser proclamado beato.
Los trámites se han iniciado tres meses después de su muerte, por deseo expreso de Benedicto XVI, sin tener que esperar a los cinco años que establece el Código de Derecho Canónico.
El acto ha estado presidido por el cardenal vicario, Camillo Ruini, y se ha celebrado en Roma porque en esta ciudad murió Juan Pablo II el pasado 2 de abril -a los 84 años de edad y tras casi 27 de pontificado- y porque, además, fue obispo de la Ciudad Eterna.
Ha sido una ceremonia diocesana sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad del Siervo de Dios Juan Pablo II, en la que el propio Ruini ha afirmado que es "unánime y universal el convencimiento de la santidad" de Karol Wojtyla.
Además, tras hacer un repaso por la vida del fallecido Pontífice, se ha mostrado convencido de que el proceso será breve, teniendo en cuenta -dijo- los numerosos testimonios que llegan a diario al Vicariato informando sobre gracias logradas por la intercesión de Juan Pablo II.
Testigos de los milagros
A la ceremonia asistieron numerosos cardenales, entre ellos el camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, y el que fuera su secretario particular, el arzobispo de Cracovia, Estanislao Dziwisz.
Un grupo de jóvenes pasa bajo un póster de Juan Pablo II en una iglesia polaca. (Foto: REUTERS)
Un grupo de jóvenes pasa bajo un póster de Juan Pablo II en una iglesia polaca. (Foto: REUTERS)
El primer acto del proceso que llevará a Juan Pablo 'El Grande', como ya se le conoce, a la gloria de los altares, fue el juramento en latín del cardenal Ruini, de los jueces del tribunal y de los notarios.
Después, el polaco monseñor Slawomir Oder, el postulador de la causa -debe encargarse de impulsarla-, presentó ante Ruini y los jueces del tribunal diocesano que se ha creado los papeles que le acreditan como tal, los documentos que ya ha recogido sobre la figura de Karol Wojtyla y la lista de las personas a las que hay que interrogar sobre su vida y milagros.
Tras esta sesión inaugural, en fechas próximas se celebrará la primera audiencia, que será a puerta cerrada.
En esta segunda fase, el proceso comenzará con la lectura de todos los documentos de Karol Wojtyla, unas 100.000 páginas, a las que se le sumarán todos los escritos realizados por el Papa durante su juventud, incluidos aquellos apuntes que había pedido en su testamento que se quemasen tras su muerte, pero que su secretario y amigo personal, monseñor Stanislao Dzisizw, decidió no destruir para que pudiesen contribuir a la beatificación.
Y es que el proceso de beatificación pasa por la recogida de documentación sobre Juan Pablo II, así como por la investigación sobre su vida y virtudes, recogiendo testimonios de quienes le conocieron.
Para conseguir testimonios, la diócesis de Roma ha habilitado un correo electrónico (Postulazione.GiovanniPaoloII@VicariatusUrbis.org) al que se podrán dirigir quienes deseen colaborar con la causa de beatificación.
Beatificación "express"
El pasado 13 de mayo Benedicto XVI anunció por sorpresa el comienzo del proceso de beatificación de Wojtyla. Hizo el anuncio en el día en que se cumplían 24 años del atentado contra el Papa polaco a manos del turco Ali Agca en la plaza de San Pedro y en la festividad de la Virgen de Fátima, que según Karol Wojtyla "desvió la bala" y le salvó la vida.
El anuncio fue acogido con gran alegría en el mundo católico. Y es que aún sigue vivo en la memoria el grito "súbito santo" ("santo ya") que decenas de miles de personas corearon el pasado 7 de abril en la plaza de San Pedro durante los funerales.
Aunque el Código de Derecho Canónico establece que para abrir el proceso de beatificación de una persona es preciso que hayan pasado cinco años desde su muerte, el Papa tiene la potestad de acortar ese plazo. Así lo hizo el propio Juan Pablo II con la Madre Teresa de Calcuta, que murió en 1997 y cuyo proceso de beatificación comenzó dos años después y culminó en el 2003.
El camino hacia la santidad tiene tres escalones: venerable siervo de Dios, beato y santo.
"Venerable Siervo de Dios" es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica. Para que pueda ser beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea santificado es necesario un segundo milagro, que ha de realizarse después de ser proclamado beato.
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