MONTILLA DEBE DIMITIR
Las consecuencias de las palabras del ministro Montilla arremetiendo contra la COPE, no se han hecho esperar. La cadena de radio recibía una amenaza de bomba por parte de unos desaprensivos. Se trata sin lugar a dudas de un atentado contra la libertad de expresión, que no solo afecta a la COPE, sino que nos afecta a todos los medios que ejercen su legítimo derecho a opinar y criticar a este gobierno.
Ya desde Minuto Digital advertíamos en nuestra editorial titulada “la estrategia de la crispación” como el PSOE se iba a dedicar a atacar a los escasos medios de la derecha y al propio PP, acusándonos de crispar el ambiente, con la clara intención de amedrentarnos y desactivar la movilización de la base social de
la derecha. Hace solo unos días los medios de izquierda calificaban de grave incidente el hecho de que un chaval tirase una papelera en la Autónoma. Incidente del que responsabilizaron a todos los medios que criticamos con dureza el atropello que suponía otorgar una distinción universitaria a un genocida. Naturalmente siguiendo el mismo criterio que han usado los medios de izquierda, el único responsable de este ataque a la libertad de prensa ha sido Montilla, que con sus palabras ha azuzado el odio contra un medio de comunicación y un periodista, poniéndolos en el punto de mira de los violentos. La conducta de una alta autoridad, que precisamente por el cargo que ocupa debería mantener su neutralidad, es inconcebible en una democracia occidental. Comportamientos de este calibre solo son entendibles en regimenes bananeros como el de Chávez, pero no en lo que se supone es un gobierno europeo.
Ya desde Minuto Digital advertíamos en nuestra editorial titulada “la estrategia de la crispación” como el PSOE se iba a dedicar a atacar a los escasos medios de la derecha y al propio PP, acusándonos de crispar el ambiente, con la clara intención de amedrentarnos y desactivar la movilización de la base social de la derecha.
Sin embargo Montilla se ha pasado de la raya, evidentemente como ha señalado la Asocición de la Prensa sus palabras son "desafortunadas" ya que, aunque cualquier ministro puede opinar, no debe hacerlo el que regula el sector de radio y audiovisual porque es parte interesada. ". A nuestro juicio hay motivo suficiente para que presente su dimisión, pero lo que al menos es inaplazable son unas disculpas públicas.
Y es que la izquierda esta acostumbrada a hacer de su capa un sayo. Se cree legitimada para, no solo criticar con dureza, sino para manipular, tergiversar, insultar, denigrar, zaherir y burlarse de una derecha que hasta ahora aguantaba sin rechistar. Pero hete aquí que esos días se han acabado y que ningún despropósito de la izquierda va a quedar sin respuesta. Así que se pueden ir olvidando de su manual de provocación, para a continuación querer aparecer como las victimas. Sin tregua, sin cuartel defenderemos los valores y principios en los que creemos.
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