El británico Tony King, condenado a 36 años de prisión por la muerte de Sonia Carabantes
Tony King —cuyo nombre originario es Anthony Alexander Bromwich— está acusado también del asesinato de Rocío Wanninkhof, la joven de Mijas (Málaga) muerta en 1999.
En la sentencia, el tribunal condena al procesado por el delito de asesinato con alevosía a 23 años, por agresión sexual a ocho años y cinco más de cárcel por detención ilegal, y le impone una indemnización de 300.000 euros para los padres de la joven -150.000 para cada uno de ellos-, informaron fuentes judiciales.
Además, no podrá acercarse en 15 años a la localidad de Coín o a aquel municipio donde residan los padres o hermanos de Sonia Carabantes.
King, que ha sido absuelto del delito de lesiones que pedía la acusación particular, cumplirá un máximo de 30 años de prisión.
Sonia Carabantes. (Foto: EFE)
La defensa ha anunciado que presentará un recurso contra la sentencia ante el Tribunal Supremo, que calificó de "corta" al ser de "doce folios para tantos años" de condena. El abogado defensor, Javier Saavedra, aseguró que está en "disconformidad absoluta" con la resolución.
Sonia Carabantes, de 17 años, desapareció en la madrugada del 14 de agosto de 2003 cuando regresaba a su casa tras asistir a la Feria de Coín, y su cadáver fue encontrado semienterrado en el término municipal de Monda (Málaga), tras cinco días de intensa búsqueda en la que participaron centenares de personas.
Agresión sexual
Tony Alexander King fue detenido el 18 de septiembre de 2003 después de que su compañera sentimental informara a la Policía de que había visto restos de sangre en su ropa en la noche en la que desapareció Sonia. Tres días después fue encarcelado como presunto autor de las muertes de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, en cuya investigación se hallaron restos que coinciden con su perfil genético.
El auto estima que a King, al que califica de "obseso", no le importó producir un "extraordinario" dolor a la víctima para satisfacer sus deseos sexuales
La sentencia considera probado que el 14 de agosto de 2003 Tony King esperó a Sonia en las proximidades de su domicilio. Cuando la joven se despidió de sus amigos, "salió súbitamente de su escondite de un árbol y la abordó con el propósito de hacerle objeto de tocamientos lascivos, la golpeó en el rostro, en la cabeza y en todo el cuerpo hasta dejarla semiinconsciente", reza la sentencia.
Continúa el auto explicando que King introdujo a la joven en el maletero de su coche y se trasladó a Monda; allí buscó un lugar "oscuro y solitario", colocó a Sonia en el asiento trasero del vehículo y la agredió sexualmente, mientras continuaba golpeándola, lo que le provocó graves lesiones internas y externas "capaces por sí solas de causarle la muerte" además de "grandísimo sufrimiento", según el testimonio de los médicos forenses que recoge la sentencia. Posteriormente, cogió la camiseta de Sonia y la estranguló hasta la muerte.
Posteriormente, ocultó el cadáver entre unas rocas de una explanada cercana y tiró parte de la ropa a un contenedor de basura.
'Sin compasión'
En opinión del tribunal, resulta evidente que el acusado, al golpear "salvajemente" a la joven hasta dejarla semiinconsciente, aceptó que podría matarla, "pero al proceder a su estrangulación buscó de manera directa el desenlace final, con todo lo que aparece su indudable ánimo de matar como elemento subjetivo del homicidio".
Además, considera probado que golpeó a su víctima "sin compasión" hasta reducirla a "alguien pasivo y sin posibilidad más que de una leve e inútil defensa" y que la estranguló cuando estaba "totalmente extenuada".
La familia acoge con satisfacción la sentencia y pide que el británico cumpla la pena íntegra
El tribunal cree que en este caso concurre la circunstancia específica de ensañamiento y muestra su convencimiento de que el fin último de King era el de buscar una satisfacción sexual "y seguidamente la muerte", para lo que no le importó producirle un "extraordinario" dolor que la mantuviera indefensa.
Respecto al delito de agresión sexual, la sentencia ve "evidente" el propósito "lúbrico" del procesado, al que define como un "verdadero obseso" que atentó contra la libertad sexual de la joven "tocando todas las partes íntimas de su cuerpo tras desnudarla".
No obstante, afirma que no es posible apreciar el delito de lesiones que imputaba la acusación particular, "ya que las lesiones producidas eran por sí capaces de producir la muerte", como aclararon en el juicio los médicos forenses.
Pruebas de peso
El testimonio de dichos expertos y las pruebas halladas en la calle y en el vehículo y otros objetos del británico "son prueba circunstancial pero de gran peso" para entender que Sonia "fue agredida primero, secuestrada después, agredida de nuevo, sometida a la agresión sexual y estrangulada como episodio final del relato".
Durante el juicio, Tony King reconoció que estaba en Coín el día que se produjo la muerte de la joven, aunque aseguró en que él no la agredió.
El británico afirmó que los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes y la desaparición de la María Teresa Fernández en Motril (Granada) en 2000 están relacionados y responsabilizó implícitamente de ellos a su compatriota Robert Graham. Además, acusó a Dolores Vázquez de "pagarlo todo".
La familia de Sonia Carabantes ha acogido con alegría la noticia de la condena, a pesar de que habían solicitado 44 años de cárcel. Encarnación Guzmán, madre de la joven, ha reclamado que King cumpla la pena íntegra.
Tanto Encarnación como su marido, José María Carbantes, y un hermano de Sonia, acudieron al juicio de este caso y la madre, que junto al padre compareció como testigo, aseguró tras una sesión que estaba convencida de que King era culpable y admitió haber sentido un poco de odio hacia el procesado cuando se enfrentó a un testigo.
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