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MARSEL & CO

EL CAYUCO COMO FUENTE DE EMPLEO… O DE VOTOS

Es evidente que en materia migratoria en España nuestras autoridades llevan años actuando con total improvisación. Leyes de extranjería continuamente desbordadas, políticas a contrapié de las tendencias europeas, regularizaciones masivas sin requisito alguno, descontrol masivo, permisividad y deliberada dejadez guiada por cálculos electoralistas.
“   Pues ya puede ir explicándonos el señor ministro como es posible que exista paro en España y que a la vez se precisen inmigrantes para trabajar. Porque si los inmigrantes no quitan puestos de empleo a los españoles la deducción es demoledora, entonces lo que sucede es que los parados españoles no quieren trabajar y por tanto lo que habría que quitarles es el subsidio de desempleo.   ”
Por ello no es de extrañar que la penúltima crisis con ilegales en Canarias nuevamente evidencie que el vestido con que el gobierno tapa sus vergüenzas migratorias esta lleno de remiendos que constantemente se transforman en agujeros. De las vallas de Ceuta y Melilla a los cayucos de Canarias, siempre nos encontramos con un gigantesco tráfico de personas organizado con destino a España. Porque España se ha convertido en el único país de Europa que carece de una política rigurosa de expulsiones y cuanta mafia se dedica a este tráfico lo sabe. Dejando aparte los exabruptos poco propios de una autoridad pública, con los que el delegado del gobierno socialista nos ha demostrado la profesionalidad con que aborda el problema, las medidas adoptadas por De la Vega lo único que revelan, además de las carencias en el departamento de defensa, son las consecuencias del efecto llamada de la regularización masiva efectuada por Caldera. El problema "ni admite soluciones mágicas, ni se resuelve de la noche a la mañana, nos dice Rubalcaba, olvidando que, efectivamente, su partido a contribuido, no de un día ni en dos, sino durante años a crear y consolidar el problema.

Y en estas llega el mismísimo Caldera y nos dice que no pasa nada, casi que cuantos más vengan mejor. “Hay quien afirma que los inmigrantes quitan trabajo a los españoles. Esto no sólo es falso, sino indigno. Los inmigrantes no sólo no quitan trabajo, sino que ayudan a crear empleo”, ha declarado el ministro en lo que debe ser la formula más extraña nunca vista a la hora de proponer medidas para la reducción del desempleo. Pues ya puede ir explicándonos el señor ministro como es posible que exista paro en España y que a la vez se precisen inmigrantes para trabajar. Porque si los inmigrantes no quitan puestos de empleo a los españoles la deducción es demoledora, entonces lo que sucede es que los parados españoles no quieren trabajar y por tanto lo que habría que quitarles es el subsidio de desempleo.

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