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MARSEL & CO

RAJOY DESMONTA LA ESPAÑA MEMA DE ZAPATERO

Ya lo dijimos con ocasión del desprecio a los 4 millones de españoles que pidieron al gobierno un referéndum sobre el modelo de estado que implica el estatuto catalán. Rajoy ha estado agudo a la hora de desmontar esa España para memos que nos quiere vender Zapatero.
“   Como es habitual en Rajoy un buen discurso, que en algunos puntos fue insuficiente y en otros oportunista, como en el caso de la inmigración, desastre de la política nacional, en el que es tan corresponsable el PP como el PSOE. Un discurso con argumentos tan ciertos como impotentes para poner coto a los desmanes de Zapatero, porque volvemos a decir lo que hace unos dias dijimos tras el desprecio del parlamento a la petición de cuatro millones de españoles ¿y ahora qué?   ”


El líder de la oposición ha sabido, con serenidad, apuntar los peligros de la negociación del PSOE con ETA."Debe quedar bien entendido, como señalaba el Pacto por las Libertades que 'de la violencia terrorista no se extraerá, en ningún caso, ventaja o rédito político alguno'. De acuerdo con ello, el PP no prestará su apoyo a ninguna clase de negociación que tenga como objeto pagar un precio político bien sea a ETA, a sus cómplices o a sus sostenedores. ETA debe perder toda esperanza de lograr ni uno solo de los objetivos por los que ha estado matando, entre otros la autodeterminación y la anexión de Navarra".

También denunció la vergonzante política del PSOE en cuanto a la persecución del entorno etarra, al aludir a la dejación de las funciones del fiscal general del Estado y de la Policía. Aunque desgraciadamente dejó abierta la puerta a que los terroristas aberzales puedan ser legalizados: "Batasuna no podrá presentarse a las elecciones mientras no cumpla los requisitos establecidos en la Ley de Partidos Políticos". Al menos reafirmó que el PP no apoyará ningún proceso que no sea exclusivamente la verificación de la entrega de armas y el que los terroristas pidan perdón a las víctimas.

Otro de los puntos más importantes del discurso de Rajoy se centró en la idea de España, ya sea porque Zapatero "vive cautivo de los nacionalistas, sea porque piensa que así perjudica más al PP", lleva dos años "intentando desbordar el dique de la Constitución y desfigurar eso de lo que ahora estamos hablando: la Nación". En este punto, le ha acusado de estar "desguazando la Constitución disimuladamente", razón por la que "no ha parado hasta imponer a los catalanes el estatuto que a él le resultaba más conveniente para sus fines particulares". "Lo que cuenta", según Rajoy, "es que España no es una nación de naciones, ni de realidades nacionales, ni de culturas ni de territorios. España es una nación de ciudadanos, es decir, de voluntades individuales". Y un proyecto común le faltó sentenciar al líder de la oposición.

Igualmente denunció la política revisionista y revanchista de Zapatero respecto a la guerra civil, acusó a Zapatero de "haber sembrado la discordia entre los españoles" y de empeñarse "en resucitar tensiones que no existían antes de su llegada al Gobierno". Para Rajoy, "ninguno de los grupos que hoy se sientan en esta Cámara tenemos nada que ver con lo que fueron los bandos contendientes en una guerra de hace 70 años... Estamos todos muy mezclados... Sería estúpido hacer un concurso para ver de qué bando procede la familia de cada uno de los aquí presentes". "Nos han inventado españoles de dos clases: los buenos y los malos. Y no se refieren a los de ETA. Ahora hay catalanes y anticatalanes, andaluces y antiandaluces, vascos y antivascos. Es una división sectaria entre propios y ajenos, los que me aplauden y los que me estorban, los indispensables y los prescindibles".

Como es habitual en Rajoy un buen discurso, que en algunos puntos fue insuficiente y en otros oportunista, como en el caso de la inmigración, desastre de la política nacional, en el que es tan corresponsable el PP como el PSOE. Un discurso con argumentos tan ciertos como impotentes para poner coto a los desmanes de Zapatero, porque volvemos a decir lo que hace unos dias dijimos tras el desprecio del parlamento a la petición de cuatro millones de españoles ¿y ahora qué?

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