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MARSEL & CO

EL PSOE FOMENTA LA GUERRA CIVIL

 

Allá por los años de la II República la izquierda dio en la práctica habitual de enviar a sus matones para reventar los actos electorales de sus enemigos políticos. No pocos fueron los muertos debido a estas prácticas, que entre otras cosas revelan el clima poco democrático que se respiraba durante la II República.

“   Más vale que en vez de a retirar estatuas de Franco este gobierno se dedicase a defender el estado de derecho y el derecho a la libre expresión de los que no piensan como ellos. Sería tranquilizador que Zapatero hiciese un llamamiento a la cordura y al respeto hacía la oposición política condenando este tipo de actos violentos, pero es que aún estamos esperando a que el presidente de todos los españoles condene las agresiones contra las sedes del PP durante la campaña del “no a la guerra”.   ”


Tenemos números ejemplos. El día 8 de agosto de 1934 se celebraba un mitin electoral en el cine Monumental de Madrid en el que intervenía el líder de la derecha Gil Robles y Melquíades Álvarez, un grupo de matones del PSOE asalta el local provocando 6 muertos. Unos meses antes en un mitin que celebraba la recién nacida FE de las JONS, el día 4 de febrero de 1934, varios asaltantes izquierdistas dirigidos por el diputado del PSOE Remigio Cabello intentan reventar el acto al grito de ¡muera España¡, el resultado, un muerto y decenas de heridos. Hasta tal punto llego el matonismo en la izquierda que el propio Indalecio Prieto salvó la vida gracias a sus escoltas de la famosa Motorizada, cuando en un mitin del PSOE en Ecija, varios seguidores de Largo Caballero acudieron para reventar su intervención.

Entonces los líderes de aquella izquierda justificaban las agresiones en las provocaciones de sus enemigos. Y es que difundir y defender unas ideas contrarias a las de la izquierda revolucionaria era considerado por aquellos campeones de la democracia como actos de provocación intolerable. Gil Robles en su famosa intervención el 17 de junio de 1936 ante las Cortes enumerando los desmanes cometidos por la izquierda, concluía con un “Ah! Señores diputados... de todo este estado de subversión de toda esta anarquía los que tienen la culpa son las derechas con sus provocaciones…” Un mes después, pistoleros socialistas, asesinaban al líder de la derecha Calvo Sotelo y comenzaba la guerra civil.

Por desgracia en la España de Zapatero parece que se vuelven a repetir estas prácticas y argumentos, que aunque afortunadamente no tan cruentos, encierran la misma filosofía antidemocrática. Las agresiones contra Rajoy y el último intento de reventar un acto del PP, no solo no han sido condenados con contundencia por el PSOE, sino que han sido justificados por algunos políticos socialistas y nacionalistas debido, como no, a las provocaciones de la derecha.

Y es que el talante de este PSOE de Zapatero cada día se parece más al de Largo Caballero, intolerante y totalitario. No es de extrañar, pues quien no conoce la historia está condenado a repetirla, y Zapatero y los suyos han despreciado la memoria de la verdad para instalarse en la memoria de la propaganda revanchista.

Más vale que en vez de a retirar estatuas de Franco este gobierno se dedicase a defender el estado de derecho y el derecho a la libre expresión de los que no piensan como ellos. Sería tranquilizador que Zapatero hiciese un llamamiento a la cordura y al respeto hacía la oposición política condenando este tipo de actos violentos, pero es que aún estamos esperando a que el presidente de todos los españoles condene las agresiones contra las sedes del PP durante la campaña del “no a la guerra”.

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