Blogia
MARSEL & CO

¿QUIEN GANA EN LA BOLSA?

Mucho se comenta últimamente que es posible que la economía americana haya tocado suelo, y que la recuperación es algo cercano. Muchos analistas indican que los indicadores de expectativas futuras siguen fortaleciéndose, y que a partir de Octubre habrá fiesta en el gran circo mundial que son los mercados de renta variable internacional. Se dice sin embargo que la zona euro es la que tiene que sufrir ahora, que nos ha llegado la hora. En Japón, no saben como salir del pozo en el que llevan metidos más de 15 años. A ellos ni les preguntamos. Supongo que para olvidarse de lo mal que les va la cosa inventaron objetos como el Tamagotchi o los Pokemon. Gran terapia de grupo, si señor.

Y aún así, después de todo, los de la reserva federal publican un librito (y encima nos dicen el color de la portada y todo, para que nos lo imaginemos) en el que dicen que no, que en USA todavía tendrán que guardar las serpentinas y el champán y dejarlo para más tarde, y que la cosa está muy malita. ¿Qué significa eso? Pues batacazo, otro, para variar. Y con Wall Street todo el mundo, porque, claro, los Estados Unidos son la locomotora del mundo y donde vayan ellos, pues todos detrás. El caso es que los que tenemos algo de dinero en bolsa (y muchos lo tenemos pero afortunadamente no todo) vemos que la excusa cambia cada día, pero casi siempre nos encontramos con los mismos números rojos en los índices, que, algún tiempo más tarde, se traducen en un papel que el banco amablemente nos envía a casa para, además de para justificar los gastos de custodia (¿tendrán a un guardia de seguridad guardando celosamente mis papeles?), decirnos que, no puede ser, tío, qué mala suerte, vuelves a palmar pasta de nuevo, pero nada, tu anímate que seguro que esto sube, que lo dicen los de Merril Lynch, que saben un huevo del tema; tu trabaja como un negro y vienes con la pasta y la inviertes con nosotros, vale? que para eso somos el banco cercano, el de confianza, el de toda la vida.

Pero encima te intentan tomar el pelo, y para eso, al lado de la rentabilidad mensual (negativa, claro), te ponen la de los últimos 36 o 48 meses acumulada (tiempos de gloria) y te creas que, aún cuando todo el mundo pierde pasta, en tu banco se las arreglan para sacarle un 7 o un 8%, y que la rentabilidad negativa de este mes, o trimestre, ha sido solo un lapsus, y que no te preocupes. Así que el pobre hombre se queda contento porque sus ahorros han dado una rentabilidad de un 7% en los últimos 3 años, pero no se queda con que, si acumulase la inflación de los últimos 3 años, coño!, lo que antes valía 100 ahora vale 110, y el antes tenía 100 pero ahora tiene solo 107, y bajando.

Y esa es otra, porque la mayoría de la gente no sabe qué hacer con su dinero cuando las cosas van mal y, ciertamente, da palo vender a 7 lo que compraste a 12. Se pierde en el camino, pero es que, y ahí está la duda, nunca se sabe cuál es el momento de vender y de comprar. Es que en realidad, la mayoría de la gente no sabe qué hacer con su dinero, vaya mal o bien la bolsa. Y es que, aunque parezca mentira, la bolsa no es más que un sistema de ahorro, y además hay gente que estudia sobre eso, investiga,... y que conoce las normas. El tema es que en unos pocos años la bolsa ha entrado en casi todas las casas con unos duros para invertir. Cuando la bolsa va bien la gente se sube al carro como si nada. Lo difícil llega cuando hay que bajarse. En la época dorada para las bolsas surgieron analistas de todas partes, que recomendaban compras con las que siempre acertaban. Ahora la mayoría se equivocan, porque, como en todo, buenos hay muy pocos. Claro, ahora es cuando salen escándalos financieros de debajo de las piedras, cuando se achaca que la bolsa baja por culpa de Argentina, y tal y tal...

Lo que pasa es que ahora toca bajar, y ya está. Se ha llegado a un punto en la economía en que las cosas no van del todo bien, es lo que suele pasar, la cosa funciona con ciclos, es natural. Muchos que invertimos a largo plazo en bolsa y otras cosas lo sabemos, y aunque nunca es agradable ver como tus acciones bajan, sabes que tú las compraste porque crees que dentro de unos años podrás sacarle un beneficio. Quizás no sea la mejor forma de pensar, la mejor forma de ganar dinero rápido, pero es que en estos días la especulación ha llegado a extremos. Por eso cunde la desinformación. Hasta el propio Greenspan tiene que decir a veces que la cosa mejorará para dar coba a todas aquellas personas que tienen en la bolsa tanto dinero, que no sería deseable para ellas el perderlo. Hay que distinguir entre las falsas promesas cortoplacistas y el largo plazo, y aunque es difícil, hay que intentarlo. Las razones por las que los americanos han crecido tanto en los 90 hay que buscarlas más allá de datos de venta de casas nuevas o productividad industrial trimestrales. Esos datos sirven para el corto plazo, y son lo que alimentan a todos aquellos que viven de la bolsa (y no me refiero a los rentistas). Hay que alimentar al monstruo para que no muera, porque si salieran ahora de la bolsa todos aquellos pequeños ahorradores que metieron su dinero en los últimos 5 años si que habría un crash.

Ahora toca tranquilizarlos con los datos que hagan falta para que no se vayan. USA en un ejemplo. Su PIB depende del consumo interno (2/3 partes), y además la mayoría de familias yankees sacan a pasear su dinero por Wall Street. Si hubiera una espantada, sus ahorros caerían y por lo tanto, el consumo por los suelos, que es lo que pudiera estar pasando ahora. Es un círculo vicioso. Por eso, buscar gangas ahora en la bolsa es complicado y difícil, pero si aguantamos el chaparrón entre todos la cosa estará un poquito más cerca de solucionarse. Este periodo es una buena oportunidad que tenemos que aprovechar como experiencia. El atajo de la especulación no funciona. Bueno, no exactamente: funciona para los 4 listos que siempre salen ganando, no sólo en la Bolsa, sino en todos los ámbitos de la vida. Para todos los demás, los que quieren formar parte de ese club, la cosa no marcha. Pero el problema es que habiendo tanta gente metida en bolsa, la mayoría sin conocer apenas conceptos tan básicos como valor nominal, split, ampliación de capital o las distintas formas de fusión existentes, siempre se arma el lío, porque el desconocimiento de las cosas convierte problemas en grandes problemas. Esa corriente de especulación ha contaminado a las bolsas y eso lo pagamos ahora entre todos.

Sin embargo, no les quepa duda de que hay gente que ha ganado dinero en bolsa, y mucho. Mucha gente que ve como sus acciones bajan día a día no se da cuenta de que el dinero no lo pierden ahora, lo perdieron cuando compraron las acciones a, maldita la casualidad, los 4 listos de antes. Gente que estaba en lugar idóneo en el momento exacto para tener la información que necesitaban y tomar posiciones. Después, unos cuantos movimientos especulativos y una vez que se ha ganado el dinero, se casa y a otra cosa. No nos solemos dar cuenta de que un banco que compre acciones tiene más fuerza que 10.000 inversores pequeños, y son los que mueven el mercado. Claro que nosotros no nos enteramos, porque con ese dinero que ganan llevan a cabo otros proyectos y rara vez recogen beneficios. Simplemente van engordando su saco de posesiones. Lo único que podemos hacer nosotros, además de lamentarnos, es, o bien aguantar pensando en el largo plazo (o lo que es lo mismo, en ciclos de unos 5 años), o intentar perder la menor cantidad de dinero invirtiendo en sitios mejores. Como siempre, la pregunta del millón: pero, ¿dónde invertir ahora? Está claro que si yo hubiera sabido que México iba a subir el segundo trimestre todo lo que ha subido, mi dinero hubiera ido para allí, pero si todo el mundo hiciera lo mismo pasaría lo que ahora pasa aquí, que crearíamos una burbuja. Y miren lo que sucedió en Japón, con lo que trabajan...

Ya nos vamos dando cuenta de que el dinero (el big $) se gana entre unos pocos y luego se dejan los restos para la masa. Como todo en esta vida. Las élites son las que sacan provecho al asunto, y en el fondo, si uno quiere sacar dinero, todo pasa por ser más listo que el compañero y hacerlo mejor, como en la selva. Cuando se tenga información (siempre contrastada) sobre algo, lo mejor es callarse, y cuando se entere todo el mundo aprovechar el tirón y bajarse del autobús antes de que se llene. Pero eso equivale a trabajo, a esfuerzo. Nunca se gana dinero así porque sí, el dinero se gana trabajando, porque luego llegan los resultados. Hay que ser innovador y no seguidor.

Por eso les diré lo que yo voy a hacer este año: dejaré en la bolsa lo que ya tengo porque en su día hice una puesta a largo plazo y confío en el buen hacer de las empresas de las que soy accionista, y mirando al futuro creo que estas empresas sabrán responder a las necesidades que la gente tenga, que en definitiva eso es lo importante. Por otra parte, trabajaré con el fin de sacar adelante nuevos proyectos, con el riesgo de fracasar, pero con la miel del éxito como probabilidad al 50%. Y cuando la gente se de cuenta de que eso tiene éxito, entonces me iré con mis cosas a otra parte, porque se que dependeré de mi mismo.

Quizás, como dice un amigo mío, sea hora de explorar nuevos lugares, de ir allí donde la marabunta aún no ha llegado. Eso si, tanteando las piedras antes de cruzar el río.

0 comentarios