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MARSEL & CO

A la playa 'por prescripción médica'

En Altea, 38 noruegos se preparan cada mañana para tomar el sol. No, no son turistas ávidos de playa y paella, sino residentes de un centro de rehabilitación que tres ciudades noruegas han instalado en la localidad valenciana. Ellos han venido a España "por prescripción médica".

Convencidos de los beneficios de la suavidad del Mediterráneo, tres municipios noruegos, Baerum, Stavanger y Oslo, han creado en Altea un centro de rehabilitación dirigido principalmente a los jubilados.

"En Noruega hace frío casi todo el año y llueve con frecuencia, así que se podrá comprender por qué están aquí", explica, en un día soleado, Torild Thorvaldsen, la directora de este centro en el que se tratan enfermedades como la esclerosis múltiple o el reuma, además de fracturas u otros trastornos.

Sufragado por la Seguridad Social noruega

La estancia, que no es nunca superior a 12 semanas, está sufragada casi en su totalidad por la seguridad social noruega. Los residentes sólo pagan un suplemento de 15 euros al día.

Excepto por el sol, nada en este centro hace pensar que se encuentra en plena región valenciana. El Personal sanitario y los cocineros son escandinavos y la directora, después de dos años de trabajo en Altea, apenas habla español.

Pese a que está situado a más de 3.000 kilómetros de su casa, los 38 pacientes del centro, no se quejan del desplazamiento.

"Me encanta estar aquí", afirma Rausi Norman, que, con 97 años es la decana de este microcosmos escandinavo. Radiante, esta antigua profesora de educación física está a punto de terminar su segunda estancia en el centro, donde se trata por problemas de espalda.

En pantalón corto blanco, camiseta de tirantes rosa y zapatillas de deporte, toma el sol en la terraza. "Sólo siento no estar lo suficientemente enferma para quedarme 12 semanas", comenta.

"Es muy tranquilo, hace bueno, las condiciones son ideales", para la rehabilitación, afirma Tor Tvinnereim, profesor de historia del arte retirado que termina su quinta estancia.

Este centro no se situó en Altea al azar. Este municipio de 21.000 habitantes está cerca de la localidad de Alfaz del Pi, donde vive una de las comunidades noruegas más importantes del mundo. Alojados en apartamentos o pequeños pisos, los pacientes pueden recibir visitas durante su estancia.Turistas ingleses en Levante (Foto: AFP).

Cada semana se organizan excursiones por la región y los sábados se organiza una fiesta. Los residentes también aprecian la tarde en la playa "donde pueden nadar", explica Thorvaldsen.

El centro, totalmente adaptado para personas discapacitadas, dispone también de una piscina climatizada para sesiones de rehabilitación.

"Mi médico me aseguró que sería mejor venir aquí", comenta Henche Larsen, de 63 años, que se desplaza en silla de ruedas. "Hace sol y el cielo es azul", añade.

Su marido, Olav Larsen, fontanero retirado la acompaña durante su estancia, no sale de su asombro por estas vacaciones casi gratuitas, "las mejores" de su vida.

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