acaba de dejar en herencia una fortuna...
POR CONTRA, DOS NIETOS DE LA FALLECIDA NO RECIBIRAN NI UN SOLO DOLAR
Se llama Trouble (que traducido significa "problema"), pero no tendrá la menor dificultad para subsistir. Su dueña, la multimillonaria neoyorquina Leona Helmsley, le acaba de dejar en herencia una fortuna de 12 millones de dolares. En la foto superior puedes ver a la parejita en sus tiempos felices.
Trouble, una perra de raza maltés, se acaba de hacer millonaria a los ocho años de edad, mientras que dos de los cuatro nietos de Helmsley, bautizada por la prensa neoyorquina como "La Reina de la maldad", no reciben un centavo.
La acaudalada Helmsley, quien creó un imperio hotelero e inmobiliario y escasamente se mostraba en público sin Trouble, decidió igualmente que cuando muera su perrita sea enterrada junto a ella y su esposo en el lujoso panteón de la familia en Nueva York.
Hasta que llegue ese día, el hermano de Helmsley se hará cargo, por disposición del testamento de la anciana, de satisfacer todas y cada una de las necesidades de la mascota, y hacer que Trouble ladre de felicidad hasta que le corresponda mudarse al cementerio de Sleepy Hollow.
Leona Helmsley, quien siempre fue vista como una verdadera felina para hacer negocios, aparece como la 369º mujer más rica del mundo en el último listado de la revista Forbes.
Su muerte ocurrió como consecuencia de un paro cardíaco a los 87 años de edad, y tras el dolor de sus familiares por su deceso vinieron las sorpresas, porque la lectura de su testamento trajo más novedades. Le anciana dejó 15 millones de dolares a su hermano y 20 millones para repartir entre dos nietos, aunque con ciertas condiciones. Si quieren disfrutar de la herencia, ellos tendrán que visitar al menos una vez al año la tumba de su padre, el fallecido hijo de Leona Helmsley, Jay Pnazirer, donde se establecerá un Libro de Visitantes.
Para desheredar a los dos nietos que no recibieron nada, la anciana se basó "en razones que ellos conocen sobradamente". Y la millonaria, que sería "Reina la mezquindad" pero al parecer no de la desmemoria, tuvo muy en cuenta a su chofer en la redacción de su última voluntad, y le legó 100.000 dolares. El resto de su fortuna va engrosar un fondo caritativo que lleva su nombre.
Se llama Trouble (que traducido significa "problema"), pero no tendrá la menor dificultad para subsistir. Su dueña, la multimillonaria neoyorquina Leona Helmsley, le acaba de dejar en herencia una fortuna de 12 millones de dolares. En la foto superior puedes ver a la parejita en sus tiempos felices.
Trouble, una perra de raza maltés, se acaba de hacer millonaria a los ocho años de edad, mientras que dos de los cuatro nietos de Helmsley, bautizada por la prensa neoyorquina como "La Reina de la maldad", no reciben un centavo.
La acaudalada Helmsley, quien creó un imperio hotelero e inmobiliario y escasamente se mostraba en público sin Trouble, decidió igualmente que cuando muera su perrita sea enterrada junto a ella y su esposo en el lujoso panteón de la familia en Nueva York.
Hasta que llegue ese día, el hermano de Helmsley se hará cargo, por disposición del testamento de la anciana, de satisfacer todas y cada una de las necesidades de la mascota, y hacer que Trouble ladre de felicidad hasta que le corresponda mudarse al cementerio de Sleepy Hollow.
Leona Helmsley, quien siempre fue vista como una verdadera felina para hacer negocios, aparece como la 369º mujer más rica del mundo en el último listado de la revista Forbes.
Su muerte ocurrió como consecuencia de un paro cardíaco a los 87 años de edad, y tras el dolor de sus familiares por su deceso vinieron las sorpresas, porque la lectura de su testamento trajo más novedades. Le anciana dejó 15 millones de dolares a su hermano y 20 millones para repartir entre dos nietos, aunque con ciertas condiciones. Si quieren disfrutar de la herencia, ellos tendrán que visitar al menos una vez al año la tumba de su padre, el fallecido hijo de Leona Helmsley, Jay Pnazirer, donde se establecerá un Libro de Visitantes.
Para desheredar a los dos nietos que no recibieron nada, la anciana se basó "en razones que ellos conocen sobradamente". Y la millonaria, que sería "Reina la mezquindad" pero al parecer no de la desmemoria, tuvo muy en cuenta a su chofer en la redacción de su última voluntad, y le legó 100.000 dolares. El resto de su fortuna va engrosar un fondo caritativo que lleva su nombre.
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