Una estación de tren sin aparcamiento
En Palencia no puede. En la zona, sólo existen seis plazas en un oscuro fondo de saco en el que, por cierto, hace unos días cayó un árbol y destrozó la media docena de coches allí aparcados. Por cierto, Renfe no quiso saber nada del asunto.
El resto del espacio se reparte entre una zona de carga y descarga que da servicio al Pabellón Postal de Correos; la parada de taxi y un bordillo amarillo que prohíbe parar o aparcar.
El Ayuntamiento no es demasiado estricto con la norma y permite parar el coche frente a la estación el tiempo necesario para coger un billete o despedir a alguien; pero si se aparca más del tiempo del que un agente cree suficiente, la grúa hace acto de presencia de inmediato.
Hace algunos años, sí se permitía aparcar en lo que hoy es bordillo amarillo; pero las plazas acababan por ser ocupadas por residentes o trabajadores de la zona, que no estaban dispuestos a pagar la zona ORA.
Además, los vehículos terminaban por ocupar el carril de entrada a la Estación y no era raro que se produjesen embotellamientos entre los vehículos que accedían y los que salían. Un caos que el Ayuntamiento erradicó, pintando de amarillo el bordillo de la acera.
Además, a unos metros está el aparcamiento de la estación de autobuses (con una veintena de plazas), que está prácticamente pegada a la estación de Renfe; y, si se mira al futuro, construir un aparcamiento, sabiendo que en unos años está previsto el soterramiento del ferrocarril y la creación de una estación subterránea, supondría un gran desembolso para un servicio con fecha de caducidad fijada.
En definitiva, que si por cualquier motivo tiene que viajar en tren, lo mejor es que se acerque a la estación en autobús urbano.
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