La inflación se cobra 11.063 millones en el IRPF durante toda la legislatura
En 2007 la no actualización del impuesto al IPC real provocó una mayor recaudación de 5.167 millones.
Una vez más se confirma que la inflación es el peor de los impuestos. El actual descontrol de los precios (el IPC cerró 2007 a una tasa del 4,2%, el peor dato desde 1995), aparte de ser un nefasto referente de cómo evolucionan los principales productos de consumo que componen la denominada bolsa de la compra, también ha resultado nocivo para los bolsillos de los contribuyentes españoles. La dura batalla llevada a cabo entre contribuyentes y Hacienda, para que esta última actualizase la totalidad de los elementos del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas y no sólo la tarifa al IPC real ha tenido claros perdedores: los contribuyentes. La decisión del Gobierno de actualizar la tarifa del impuesto un 2% (la previsión inicial de inflación) a lo largo de la actual legislatura ha tenido duras consecuencias.
Según se desprende de un estudio llevado a cabo por los profesores José Félix Sanz, Desiderio Romero y Juan Manuel Castañer, desde el 1 de enero de 2004 y hasta el 31 de diciembre de 2007, la no actualización del conjunto de los elementos del IRPF al IPC real ha costado a los bolsillos de los españoles la nada despreciable cifra de 11.063 millones de euros. De esta manera las subidas salariales llevadas a cabo en estos años para adaptarse al incremento del IPC ha provocado que muchos contribuyentes tuviesen que pagar más en el IRPF al pasar a tributar a un tipo fiscal superior en la escala del Impuesto de la Renta.
Entre enero de 2004 y diciembre de 2006, la tasa acumulada de inflación se fijó en el 9,6%, lo que contrasta notablemente con la decisión de Hacienda de indexar la tarifa en 2005 y 2006 en un 2%. En 2004, el IPC alcanzó el 3,2%, pero como las Elecciones Generales se realizaron en marzo no se introdujo corrección alguna sobre los elementos de este tributo, tal y como había realizado el anterior Ejecutivo. En 2005 y 2006 se deflactó la tarifa un 2%, lo que supuso una pérdida para el contribuyente, ya que las tasas de inflación en estos años fueron del 3,7% y del 2,7%, respectivamente. En 2007 la inflación cerró el año en el 4,2%, lo que ha supuesto un fuerte bocado a las rentas del contribuyente.
División regional
Según el estudio al que ha tenido acceso LA GACETA, el exceso de recaudación en 2004 por efecto de la inflación alcanzó los 991,87 millones de euros, cifra que se elevó hasta los 2.059,7 millones en 2005 y hasta los 2.844 en 2006. Sin embargo, el dato más llamativo es el que se obtiene en 2007, donde la no actualización del impuesto en función del IPC real (4,2%) ha provocado un exceso de recaudación para las arcas de Hacienda de 5.167 millones de euros.
Sin embargo, este importante incremento de la presión fiscal no se ha traducido por igual a cada uno de los ciudadanos españoles.
Los madrileños serán lo que sufrirán un mayor incremento de su cuota líquida ajustada en la declaración del IRPF que tendrán que presentar la próxima primavera. De hecho, los madrileños tendrán un incremento per cápita de 409 euros, seguido de cerca por catalanes con 357 euros, los baleares con 318 euros y los riojanos con 312 euros per cápita. Pese a todo, la puesta en marcha del actual IRPF en enero de 2007 no está directamente ligada a la recaudación autonómica que las distintas regiones tienen por el IRPF.
Así vemos cómo el mayor incremento de la presión fiscal de un madrileño no se ha traducido en un mayor incremento porcentual de la recaudación. Más al contrario, el incremento de la recaudación autonómica de Madrid ha sido del 10,51%, el menor de todas las comunidades. Un caso destacado es el de La Rioja, que se ha traducido en un aumento del 18,26%, coherente con el incremento de la presión fiscal per cápita de sus ciudadanos. Aragón incrementó su recaudación por este tributo un 15,62% en 2007, seguida de cerca por Castilla y León, con un incremento del 15,05% y las Islas Canarias, con el 14,69%.
Los Presupuestos del Estado para 2008 contemplan la deflactación (en función de la previsión del 2% y no del dato real de inflación) de la tarifa y de los mínimos personales y familiares, lo que según Hacienda se traducirá en un menor crecimiento de las retenciones por rendimientos de trabajo.
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Jose -