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MARSEL & CO

La resurrección de los 'jardines del Edén

2 de mayo.- Uno de los escasos referentes positivos de Irak es la recuperación asombrosa de las ingentes marismas del sur del país, que Saddam Hussein intentó desecar.

Mientras el vehículo recorre la carretera de tierra, Hilal Abdel Hadar recuerda la conmoción que supuso en 1993 la desecación de su entorno. "Todo desapareció en cuestión de meses. El agua, las cañas, el pescado.. Todo lo que ve (una extensión interminable de marismas) se convirtió en un desierto", asegura.

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Fue la batalla más decisiva que tuvieron que librar los combatientes de Hizbula, la guerrilla a la que pertenecía Hadar. Sus integrantes se replegaron a los últimos reductos acuáticos pero sus familias tuvieron que emigrar como cientos de miles.

El iraquí va enumerando las aldeas que ahora ya no existen. "El pueblo de Abu Sabat, era muy grande, sólo quedan 3 casas. Aduare. No existe. Lo aplastaron con excavadoras. Ismail. Sólo queda una casa". El recuento es interminable.

Para los habitantes de esta región sureña, herederos de la civilización sumeria y babilónica, fue una hecatombe. Miles de búfalos –un animal tan emblemático para los marismeños como es el camello para los beduinos- murieron. Cuarenta mil personas se exiliaron en Irán y más de 300.000 terminaron deambulando como desplazados por Irak.

Hoy un recorrido por las marismas del área de Naseriya, conocidas como Hammar, permite evadirse del entorno caótico que prima en casi todo el resto de Irak. El viaje entre Naseriya y Al-Chibayish es un periplo entre áreas repletas de agua donde chapotean los búfalos, escenas idílicas de pescadores que recorren las ciénagas en sus tradicionales canoas (conocidas como mashhoof) y aldeas repletas de edificaciones en caña como los típicos 'mudhif' (salas de recepción, también llamado Diwan) que ya aparecían en los grabados sumerios.

La asombrosa recuperación de las marismas es uno de los escasos referentes positivos del actual Irak, sumido en una atroz guerra civil. "Hemos recobrado casi un 60% de las marismas, que además han sido la zona más segura del país desde el 2003. No se ha registrado ni un solo atentado", declaró a este diario el ministro de Marismas, Hasan Al-Sari.

La "resurrección" de lo que la Biblia definió como los 'Jardines del Edén' es quizás más asombrosa si se recuerda que en el 2001 el Programa de Medio Ambiente de la ONU (Unep) advirtió que el masivo proyecto de drenaje iniciado por la dictadura tras la sublevación chií de 1991 había reducido una extensión acuática de más de 15.000 kilómetros cuadrados a sólo un 7% de esa extensión. "Es uno de los desastres medioambientales más grandes del mundo. Una cultura de 5.000 años se encuentra en serio peligro de un final abrupto", escribía en aquella fecha la Unep.

El retorno del agua se produjo a la par que el desmoronamiento del régimen ante la ofensiva extranjera. "El mismo día que cayó Sadam nuestra gente comenzó a abrir o volar muchas de las presas y diques que había instalado el dictador", precisa Al-Sari, el mismo un residente de esa región, donde luchó como máximo líder de Hizbulá. Todavía se pueden ver los incontables muros de tierra que mandó construir Hussein para desviar los afluentes que alimentaban la zona.

"Tuvimos que cambiar hasta nuestra táctica. De canoas pasamos a utilizar coches, porque todo estaba seco. Sadam pagó millones a las empresas para que construyeran todo el sistema, los muros, los diques y las presas, en un tiempo récord (menos de 9 meses). Venían acompañados por miles de soldados. Luchamos y matamos a muchos, pero eran demasiados", relata Hilal Abdel Hadar.

Las autoridades están construyendo en Al-Chibayish un monumento a la memoria de los cientos de militantes de Hizbulá –más de 800- que murieron peleando en las marismas. La aldea es un ejemplo de la redención parcial del humedal, pero también de la extrema pobreza en la que se encuentran sumidos los miles de desplazados que volvieron a la región.

Bassin Hassan y los 15 miembros de su familia retornaron en el 2003. El iraquí de 38 años recuerda como en 1993 en poco más de seis meses el agua de Al-Chibayish "se secó". "Fue una sorpresa tremenda. Nadie nos había avisado. Al-Chibayish se vació. No quedaría más del 25 por ciento de la población. Nosotros nos fuimos primero a Kut, pero allí también se secaron las marismas y nos marchamos a Samarra. La gente de Sadam nos expulsó y terminamos en Salahadín. Cuando regresamos nuestra aldea, Al Diben, ya no existía", explica.

Lo ocurrido con Al Diben se replicó en cientos de casos. Muchos villorrios fueron devastados por la maquinaria bélica del régimen o destruidos para emplazar sobre ellos cuarteles militares. Las rutas de las marismas están plagadas de agrupaciones de chabolas –en su mayoría de barro y cañas- donde se hacinan los retornados. En Chibayish hay miles.

"Hay agua pero no tanta como antes y tampoco hay mucha pesca. No tenemos ni luz ni agua corriente. Hemos vuelto pero seguimos sufriendo", precisa Hassan, que se dedica a la cría de búfalos.

La población de Hammar se queja del desinterés del gobierno central de Bagdad y critican abiertamente su corrupción. "¿Dónde está todo el dinero que han recibido de los americanos? ¡Mire como vive la gente aquí, como animales!", indica el ex guerrillero Hilal Abdel Hadar.

Aziz Anuar, gobernador de Zi Qar, donde se encuentran ubicadas las marismas de Hammar, dice que el ejecutivo alberga un ambicioso proyecto para rehabilitar la economía local e incluso restablecer aquella mística que rodeó a esta región en la primera mitad del siglo XX, cuando fue visitada por numerosos aventureros occidentales como el Lord británico, Sir Wilfred Thesiger, que vivió aquí entre 1951 y 1958, y escribió una famosa obra sobre la misma.

"Recuperar las marismas es hacer justicia. La población que fue desplazada era como un pez al que sacas del agua, se moría. No sabían vivir en otro sitio. Son generaciones de historia vinculados a los búfalos, a las aves y a la pesca.. Por eso queremos que esto se convierta en una nueva Venecia. Que regresen los turistas y que puedan disfrutar de este paisaje tan maravilloso", sentencia.

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