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MARSEL & CO

Relajación, con o sin Mozart

(Ilustración: El Mundo) Mozart es músico, compositor, concertista y, para muchos pacientes, también médico, ya que las aplicaciones medicinales de su música han trascendido fronteras. Sin embargo, en la disminución de la presión sanguínea parece que le ha ganado la carrera un programa de audio relajante, que consigue reducir los riesgos en los hipertensos de mayor edad. Así lo ha presentado un grupo de investigadores, dirigidos por el doctor Jean Tang, de la Universidad de Seattle (EEUU), en la Conferencia Anual de otoño de la Asociación Americana del Corazón.

La hipertensión arterial daña los vasos sanguíneos, incrementando las posibilidades de sufrir un fallo renal, un derrame, un infarto de miocardio y otros accidentes cardiovasculares. Se trata de una presión sanguínea mayor o igual a 140 / 90 milímetros de mercurio.

Algunos estudios previos muestran cómo una selección acertada de piezas musicales de Mozart contribuye a mejorar ciertos patrones como la concentración o la relajación, pero también numerosos expertos avalan las técnicas de relajación audiovisuales. "Ambos programas inhiben la producción de la hormona del estrés y esto ayuda a relajar los vasos sanguíneos, causando la reducción de tensiones arteriales", afirma el doctor Jean Tang en declaraciones a elmundo.es.

Los investigadores estudiaron los resultados de una muestra de 41 pacientes hipertensos, divididos en dos grupos de terapia. En uno de ellos, los participantes escucharon durante cuatro meses un programa de relajación sonoro unas tres veces a la semana, mientras que en el otro, los pacientes se deleitaban con la sonata de Mozart con la misma frecuencia que los integrantes del primer grupo.

En el programa de relajación, los pacientes recibían consejos y fórmulas de distensión de una voz calmada y amable, sobre un fondo sonoro que registraba el rumor suave de las olas del mar. Los investigadores aconsejaron a los pacientes que escuchasen el CD con auriculares, para concentrar la atención, y relajar todos los músculos y partes del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, practicando a respiración abdominal.

El doctor Tang ha afirmado que ambas técnicas, de 12 minutos de duración en cada sesión, demostraron disminuir la presión sanguínea en los pacientes, aunque los resultados fueron ligeramente mejores en el caso de los pacientes que se sometieron al programa sonoro.

Los niveles de los pacientes que formaron parte del programa de relajación bajaron de los 141/73 milímetros de mercurio a los 132/70. Los que escucharon sonetos Mozart los habían reducido a 134/69, con respecto a los 141/71 que presentaban antes de someterse al estudio.

Los latidos del corazón oscilaban entre las 73 y las 70 pulsaciones por minuto en el grupo de terapia y eran algo menores en el grupo tratado con música clásica, situadas entre los 69 y 66. Además, para ambos grupos, la reducción de la tensión arterial sistólica después de la intervención era significativa.

"Hemos calculado una disminución que va del 3% al 5%", afirma el doctor Tang. "Una reducción de 5 milímetros de mercurio en la tensión arterial disminuye un 9% las posibilidades de desarrollar una enfermedad coronaria mortal y un 14% el riesgo de tener un ictus", añade.

Relajación consciente

La tensión arterial sistólica aumenta con la edad, al contrario que la diastólica, que a partir de los 50 años disminuye. En España, la incidencia de la hipertensión arterial entre la población adulta es de aproximadamente de un 35% y de un 68% entre mayores de 60 años.

"Escogí ambos métodos porque están investigados previamente y actúan de forma similar, basándose en los efectos de la relajación y creía que obtendríamos los mismos resultados", comenta el doctor Tang. No obstante, el director de la investigación apunta a la posibilidad de que los resultados sean más positivos con el programa guiado de audio porque los pacientes son más conscientes de su variación anímica, siendo capaces "de establecer una mayor unión entre cuerpo y mente". Mientras que la relajación con la música es, muchas veces, inconsciente.

"A algunos de los participantes no les gustaba en absoluto la voz masculina de la terapia y quisieron pasarse al grupo de música, pero incluso en estos casos, redujeron su tensión arterial al formar parte de este grupo", comenta Tang, refiriéndose a los pacientes del programa de audio.

El investigador afirma que hasta ahora la hipertensión se trataba mediante dos vías, que contemplan el suministro de medicación específica y el abandono de hábitos poco saludables. Por su parte, el programa de terapia de relajación se ha usado durante años para corregir problemas como la inflamación aguda o crónica de la unión temporomandibular, que conecta la mandíbula inferior al cráneo, el dolor crónico y para el tratamiento de pacientes con cáncer, así como para entrenar a atletas.

La aplicación de esta terapia para la hipertensión en mayores supone un nuevo horizonte para el tratamiento de este factor de riesgo. No obstante, uno de los retos que rodean al programa pasa por mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento, ya que sólo el 52% de los participantes en el estudio siguieron después utilizándolo. Tang señala que "promover un estilo de vida más saludable resulta a todas luces el mejor método para incoporar este programa en la rutina de los pacientes".

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