24 muertos en una 'misión de paz'

Con la muerte hoy del militar Cristo Ancor se elevan a 24 las víctimas mortales del contingente español destacado en el la región. Las últimas víctimas fueron el 9 de noviembre de 2008, donde fallecieron Rubén Alonso Rios y  Juan Andrés Suárez.

Afaganistán es el país que acumula el mayor número de muertos desde que las Fuerzas Armadas españolas comenzaron a realizar misiones en el extranjero oficialmente, en 1987.

Otras víctimas mortales entre las filas españolas se produjeron el 24 de septiembre de 2007, cuando dos soldados fallecieron en otro atentado en Afganistán. Germán Pérez Burgos, de 33 años de edad, casado y natural de Alanje (Badajoz); y Stanley Mera Vera, de 20 años, soltero y natural Guayaquil, eran caballeros legionarios paracaidistas de la I Bandera Paracaidista, con sede en Paracuellos del Jarama (Madrid).

Antes, el 21 de febrero del mismo año, la soldado Idoia Rodríguez Buján, natural de Lugo y resultó muerta a causa de una explosión. Pero el golpe más duro para las fuerzas armadas tuvo lugar el 16 de agosto de 2005 cuando un helicóptero Cougar se cayó cerca de Herat, ciudad afgana donde tienen la base las tropas españolas, y provocó la muerte de 17 militares que viajaban en él.

Otro suceso mortal en tierras afganas tuvo lugar en julio del año pasado cuando el paracaidista Jorge Arnaldo Hernández Seminario, de origen peruano y 26 años, fue asesinado en Bakúa (Farah), al oeste de Afganistán, en una explosión causada por una mina anticarro activada a distancia por insurgentes talibanes y que también hirió a otros cuatro compañeros.

Todos los militares fallecidos formaban parte del total de 780 efectivos que España tiene desplegados en Afganistán, un país donde está presente una misión internacional avalada por la ONU y actualmente al mando de la OTAN tras la caída del régimen taliban. Afganistán es el destino en el que España mantiene su misión más numerosa pero no exenta de peligros sobre todo después de que se agravara la situación general en todo el país.

Las tropas españolas están desplegadas, en su mayoría, en torno a la Base de Apoyo de Herat, en la provincia de Farah, donde trabajan 450 efectivos de la Brigada Paracaidista que están siendo relevados por miembros de la Jefatura de Tropas de Montaña. Las tropas españolas han sufrido una decena de ataques de diversa importancia, entre ellos el ataque suicida a un blindado y el tiroteo al vehículo en que viajaban varios agentes del CNI.

A esta cifra hay que sumar los 68 efectivos que perdieron la vida en el accidente del Yak-42, elavión cayó en Turquía y procedía precisamente de Afganistán.