España no es atractiva para los talentos extranjeros y "pierde capital investigador"
España padece "una pérdida de capital investigador", según denuncia la Asociación Nacional de Investigadores Ramón y Cajal (ANIRC), al tiempo que sentencia que la ciencia española no ofrece condiciones "suficientemente atractivas" como para que los mejores científicos de cualquier otro país elijan la Península como destino final para desarrollar su carrera científica. Con motivo de su décimo aniversario, la ANIRC ha elaborado la 'Encuesta para la evaluación del estado actual del Programa Ramón y Cajal', en la que se recoge que la "falta de estabilidad" en la Ciencia española no sólo tiene consecuencias personales sino también a nivel de investigación. La ANIRC denuncia la falta de plaza en el programa de contratos Ramón y CajalLos contratos Ramón y Cajal (RyC) forman parte de un programa del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) para la incorporación de investigadores con grado de doctor en los centros de investigación y desarrollo españoles. Así, el informe puntualiza que estos contratos sólo favorecen la estabilización de un 12% de los investigadores por esta modalidad en la Universidad, y otro 24% en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y señala que no lo consiguen más científicos no por falta de excelencia científica sino "por falta de plazas". "El desarrollo del programa ha sido un decisivo paso adelante en la definición de la carrera científica de los jóvenes españoles. Sin embargo, aún se deben resolver aquellas deficiencias detectadas durante la implantación del programa", apoya el texto. Optar a un contrato estable De la encuesta se desprende igualmente que los principales problemas del RyC están relacionados con el espíritu de tenure track del mismo (un sistema por el que el investigador recibe una ayuda para su investigación al inicio de su contrato en consonancia con el tipo de investigación que se va a desarrollar). "El RyC debe poder disponer de la suficiente independencia para poder liderar su propia línea de investigación y, en caso de superar positivamente las evaluaciones establecidas en su contrato, debe poder optar a un contrato estable", agrega. Pérdida de capital investigador Además, el estudio indica que la mitad de los RyC se encuentran en Madrid y Barcelona, mientras que todas las demás comunidades mantienen o pierden capital investigador. Igualmente, destaca que más del 85% de los RyC comienzan su contrato en la universidad o en el CSIC, ocupando los centros universitarios a más del 60% de estos contratos. Por otro lado, los centros que no estabilizaron al menos el 75% de los RyC recibidos fueron: el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, que sólo lo hizo en un 17 %; el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (25%); la Universidad Politécnica de Valencia (43%); el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC (50%); o la Universidad de Sevilla (71%), entre otros. Los investigadores tienen un futuro profesional de incertidumbreAsimismo, el informe detalla que uno de los principales problemas durante el desarrollo del RyC es la falta de reconocimiento de los investigadores como 'junior independientes', en estado de poder crear su línea independiente de investigación y sí como becarios postdoctorales muy avanzados. "Esto conlleva que sean contratados con figuras inadecuadas, no se les adjudique un espacio propio, no se les asigne docencia o se les asigne pero no se les reconozca", apunta. Igualmente, recoge que las limitaciones a la independencia de los investigadores tienen lugar por "la falta de apoyo institucional, a la jerarquización de la universidad española y al sometimiento a las normas tácitas de los diferentes departamentos y laboratorios, a la falta de espacio, a las dificultades para el acceso a financiación si no se dispone de un grupo "suficientemente numeroso de personas, o bien, por tener un contrato temporal". Además, recalca entre las dificultades para solicitar proyectos, las condiciones de trabajo inadecuadas o la falta de un plan de estabilización claro, que conlleva un futuro profesional de "incertidumbre".
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