Tiran las puertas abajo y torturan y detienen a los saharauis; es de terror
Isabel Terraza y Antonio Velázquez han vuelto a amanecer en El Aaiún con el estómago encogido de rabia y miedo. "Las noches aquí son terribles. Los escuadrones de policías y militares siguen la búsqueda de saharauis casa por casa. Tiran las puertas abajo y torturan y detienen a sus habitantes. Quieren exterminar al pueblo saharaui, lo que está ocurriendo es de terror".
La voz de Isabel llega muy débil a través del teléfono desde su escondite en la ciudad sitiada. No puede hablar más alto, ella y su compañero son dos de esas personas a las que buscan las brigadas por haberse convertido en portavoces de lo que ocurre en Marruecos. "Pasamos momentos de mucha angustia, pero lo que importa es que estamos siendo testigos de lo que está pasado", cuenta. En una ciudad carente de medios de comunicación independientes, a los que Marruecos niega la entrada, su voz permite conocer algo de lo que está pasando
Isabel Terraza.
Según el testimonio de esta española, continúan las torturas y detenciones masivas. "Ayer una de las personas con las que estamos fue al Tercer Hospital Militar de la ciudad para ver a su hermano fallecido en la represión y se encontró con que en la morgue había 36 saharauis muertos. A él le han propuesto enterrar el cadáver, pero se niega hasta que una investigación aclare lo ocurrido".
El número de presos también seguiría en aumento. "Nos han llegado noticias de que ayer salieron 10 autobuses llenos de presos de la Cárcel Negra para ser trasladados a otras prisiones del país y dejar así espacio a los saharauis que están deteniendo. Creemos que ya hay unos 70 en esa cárcel, algunos ya han sido trasladados a tribunales militares para ser juzgados sin garantías".
Primera llamada de España
En torno a la voz de Isabel se escucha un rotundo silencio. "Esta es una ciudad fantasma, se escuchan constantemente los sonidos de las patrullas de la policía y nos da pánico. La vida en las calles no es normal, los saharauis no se atreven a salir por si les cogen y si lo hacen, para comprar comida y cosas así, se mueven en coche, muy rápido. Salir a la calle es exponerte a la tortura. Por las noches todo está desierto".
Marruecos ha pedido a Isabel y su compañero que salgan de su escondite para "ayudarles a abandonar el territorio nacional". "A nosotros obviamente no nos han dicho nada, ¡si estamos huyendo de ellos! Estoy segura de que querrían matarnos, pero creo que a estas alturas, con toda la presión mediática, no se van a atrever a hacernos nada". Ayer, en torno a las 17.00 horas, recibieron por primera vez la llamada de la representante de Exteriores de España, Trinidad Jiménez -a pesar de que desde España se venía asegurando que estaban en permanente contacto con ellos-.
"La conversación fue muy tensa. Le dije que cómo estaba permitiendo esto, que ella tenían capacidad para pararlo, que viniese aquí a ver las torturas. Ella se puso también nerviosa y me dijo que eran cuestiones diplomáticas y que nos llamaría hoy para estudiar una salida segura. Pero no somos sólo nosotros, hay miles de saharauis que están en nuestra misma situación, escondidos por miedo a las torturas de Marruecos. Con muchos hemos perdido el contacto porque han desconectado sus teléfonos y no sabemos cómo y dónde están". Los silencios y las incógnitas han tomado un día más la ciudad de El Aaiún.
Además de Isabel Terraza y el mexicano Antonio Velázquez, los españoles Silvia García y Javier Arias Sopeña están también escondidos en algún lugar indeterminado de la ciudad. Todos se encontraban allí como observadores el lunes, cuando las fuerzas militares y policiales marroquíes desmantelaron el campamento de protesta de Gdaim Izik, a 18 kilómetros de la ciudad, y desde entonces han estado denunciando lo que ocurría.
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