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MARSEL & CO

Artistas con demencia NEUROLOGÍA

Cuando a Willem de Kooning, uno de los genios del expresionismo abstracto, le diagnosticaron el mal de Alzheimer, a finales de los años 80, sus cuadros comenzaron a cambiar. Perdieron coherencia, se alejaron aún más de la realidad. Un estudio publicado en el último ‘Archives of Neurology’ analiza la relación entre la demencia y la creación pictórica.

Muchos pacientes con demencias desarrollan cualidades artísticas con la enfermedad, que pueden servirles de terapia.

Algunas personas afectadas por otro tipo de demencia (la frontotemporal) desarrollan un interés por el arte del que antes carecían.

“En algunos casos, la enfermedad parece haber desencadenado un estallido espontáneo de creatividad visual”, comentan los autores de este trabajo, neurólogos de la Universidad de California (EEUU).

“El trabajo se realiza de un modo compulsivo, y a veces las pinturas se repiten muchas veces. Los colores de esas figuras son habitualmente púrpura, amarillo o azul”, agregan.

En cuanto a las causas de esta súbita creatividad, los autores recuerdan que, aunque la mayoría de los pacientes con este tipo de demencia pierden la capacidad del habla (afasia), mantienen las funciones en las regiones parietotemporales posteriores, relacionadas con la capacidad visual.

Todo lo contrario sucede con el Alzheimer, una demencia que ocasiona una progresiva pérdida de las destrezas espaciales. Muchos artistas se ven obligados a dejar de pintar.

Lejos del realismo

ObraSin embargo, en otros casos esta pérdida de ‘realidad’ hace que el paciente cree obras menos precisas, pero que mantienen la calidad artística. Los cuadros de estos enfermos carecen de precisión visual, pero “muestran un atractivo empleo del color y la forma [como la imagen de la izquierda]”, dicen los neurólogos estadounidenses.

Además de la experiencia de De Kooning, su revisión recoge el caso de otro artista al que le sucedió algo semejante, aunque finalmente tuvo que abandonar la pintura. “En ambos, algunas de las obras más exitosas desde un punto de vista artístico fueron producidas cuando ya sufrían Alzheimer”.

De hecho, la Asociación del Mal de Alzheimer de EEUU ha desarrollado programas para pacientes con esta enfermedad, muchos de los cuales nunca antes habían pintado.

Pintura como terapia

“Los valores artísticos de estos pacientes tienen un valor terapéutico positivo, pues animan a los pacientes a realizar una actividad en la que pueden mejorar”, explica el trabajo.

Sus autores creen que “en una época en la que están apareciendo poderosas terapias para las demencias degenerativas, centrarse en el potencial de los pacientes con demencia podría ser una poderosa herramienta rehabilitadora”.

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