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MARSEL & CO

Las lentes implantables para miopes compiten con el láser

Miles de españoles han dicho adiós a las lentillas o a las gafas gracias a la cirugía láser. Pero no todos reúnen los requisitos necesarios para someterse a este procedimiento. Los grandes miopes (a partir de 10 dioptrías) no son candidatos, ya que la luz pulsada podría dañar su córnea. Para estos casos existe otra alternativa segura y eficaz: las lentes de contacto intraoculares, unos dispositivos de tamaño inferior al de las lentillas convencionales que se implantan en el ojo a través de una incisión mínima y sin necesidad de retirar el cristalino (la lente natural).

Un estudio publicado en el último 'Ophthalmology' certifica las ventajas de estos dispositivos no sólo en pacientes con miopía severa (hasta 20 dioptrías), sino en aquellos con un defecto más moderado (a partir de tres). Es más, la FDA, la agencia estadounidense del medicamento, acaba de autorizar uno de los modelos de lentes intraoculares en el mercado, Artisan, para adultos con miopía de moderada a severa. El estudio se ha llevado a cabo con otro modelo, las lentes ICL (ver gráfico). Tras seguir durante tres años a 294 miopes (con una graduación de entre tres y 20 dioptrías) que la recibieron, se comprobó que el 60% tenía una agudeza visual equiparable a la de una persona sana y más del 95% veía razonablemente bien. El 97% manifestó que volvería a elegir las lentes implantables.

Los autores del trabajo concluyen que los resultados de la ICL son más eficaces que los del láser más empleado en oftalmología, el LASIK, en los pacientes con miopía severa, a a partir de siete dioptrías.

Las lentes ICL y sus competidoras, las lentes Artisan, llevan varios años en el mercado español, pero aún se emplean poco. «Las indicaciones del láser y las lentes intraoculares se superponen», asegura José Luis Güell, coordinador de la Unidad de Córnea y Cirugía Refractiva del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) de Barcelona. «En un paciente con cuatro o cinco dioptrías se pueden valorar ambas opciones y con más de siete nunca aplicaría láser», añade. El motivo de esta preferencia es que, al contrario de lo que ocurre con el LASIK, la cirugía que requiere la lente es reversible. «Si se detectan problemas, las quitas», explica.

Sin embargo, no todo son ventajas. Todavía no están claros los efectos secundarios asociados al uso de estos implantes a largo plazo. «Las Artisan pueden lesionar las células de la córnea y las ICL pueden dañar el cristalino y provocar una catarata. Aunque éstas últimas son más fáciles de poner y se usan más, las primeras tienen la ventaja de que el daño no se produce de forma brusca y se pueden hacer controles periódicos», agrega Güell.

Tampoco son aptas para todos. «Depende del tamaño de los ojos. Hay unos requerimientos anatómicos mínimos para poder usarlas», apostilla el oftalmólogo.

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