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MARSEL & CO

Los expertos desconfían del método de un médico chino para curar la paraplejia

El propio Huang -el 'doctor' 'milagro', como le llaman sus pacientes- admite en una entrevista concedida al diario británico 'The Guardian' que no sabe bien cómo funciona el método por el que puede curar la parapelejia y otras enfermedades nerviosas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

Lo poco que se sabe de él es que, en una intervención de entre cinco y ocho horas, este médico chino accede a la zona de la médula lesionada (en el caso de los parapléjicos) o al cerebro (si lo que sufren es ELA) e inyecta directamente una gran cantidad de células procedentes del bulbo olfatorio de fetos abortados a las 16 semanas que, anteriormente, han sido cultivadas durante 10 días en un medio líquido cuya composición Huang también se resiste a desvelar.
TESTIMONIOS.

Afirma que a él no le mueve el dinero, pero por esta intervención cobra unos 20.000 dólares (cantidad similar en euros). Esto no ha impedido que miles de pacientes de todo el mundo hayan volado a Beijing, ciudad donde está ubicado el modesto hospital en el que este médico practica su método, para probar suerte.

Prácticamente todos los que ya han pasado por sus manos dicen estar mucho mejor, incluso pocas horas después de haber abandonado el quirófano. No son capaces de mover un milímetro sus miembros paralizados, pero afirman «sentir» su propio cuerpo o haber dejado de sufrir convulsiones. En definitiva, pequeños adelantos que para ellos suponen un salto cualitativo.

Huang asegura que los resultados finales tardan unos dos años en llegar y que, entre tanto, los pacientes deben someterse a un duro programa rehabilitador. No obstante, al no haber probado antes esta técnica en humanos, no se conocen ni sus efectos secundarios, ni su evolución a largo plazo, ni siquiera los resultados definitivos.

En realidad, el trasplante de glía envolvente del bulbo olfatorio ya fue noticia en 1999 (aunque los primeros datos al respecto datan del año 91). Un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, logró devolver la sensibilidad y funcionalidad gracias a este injerto a un grupo de ratas parapléjicas con la médula totalmente seccionada.

En su día, la directora del estudio, que actualmente está llevando a cabo este trabajo en primates no humanos en el Instituto de Biomedicina de Valencia, declaró que este procedimiento «abre una nueva esperanza en la búsqueda de un tratamiento para las lesiones medulares en humanos y para las patologías en las que el sistema nervioso central requiere crecimiento axonal [regeneración de las conexiones nerviosas] para su curación».

Aunque los expertos occidentales han mostrado interés en estos avances, Huang se niega a contrastarlos en un ensayo clínico doble ciego y controlado con placebo. En ellos, para verificar la técnica o medicamento que se quiere probar, ni el médico ni los pacientes saben quién recibe la terapia y, además, un grupo de participantes recibe un tratamiento 'falso'.

El médico chino se escuda diciendo que no le parece ético someter al grupo control a un riesgo quirúrgico para luego no inyectarles las células fetales, pero lo cierto es que no tiene ningún reparo en emplear tejido procedente de abortos, muy frecuentes en China debido a la política del hijo único. «Nuestras consideraciones morales no son las mismas», se defiende. En Occidente, se investiga con células autólogas (propias), animales y, poco a poco, con injertos de embriones congelados, desechados de los ciclos de fecundación 'in vitro'.

Tampoco es muy transparente al explicar el proceso reparador. «Estas células son muy especiales, tienen varios tipos de factores de crecimiento que modifican su entorno y ayudan a las fibras nerviosas a recuperarse», esboza. Para casi todos sus colegas, esto no basta.

Otros «milagros» frente a dolencias muy temidas

No es la primera vez que los medios de comunicación se hacen eco de un supuesto método revolucionario para curar una enfermedad para la que la ciencia convencional no tiene solución. En algunos casos se trata de mera charlatanería sin fundamento, en otros, de medias verdades o exageraciones.

En esta ocasión, el doctor Huang se ha saltado todo el protocolo científico vigente -pruebas con cultivos en el laboratorio, después en ratones, más tarde en animales más parecidos al ser humano, como cerdos, perros o primates y, finalmente, en muestras seleccionadas de pacientes, antes de llegar a la práctica clínica generalizada- y está tratando a sus enfermos como a conejillos de indias.

Es legítimo que estos individuos desesperados estén dispuestos a ello, pero la obligación de los médicos es informar de qué métodos están contrastados científicamente y cuáles no. He aquí algunos ejemplos de remedios 'milagrosos' que se han extendido como un reguero de pólvora a pesar de no tener datos en los que sustentarse.
- Bio-bac.

Sus promotores jamás se ajustaron al método científico, pero lograron poner en circulación un producto que supuestamente estimulaba el sistema inmune y era capaz de luchar frente al sida y al cáncer, entre otras graves patologías. El Ministerio de Sanidad lo retiró en medio de un gran revuelo popular. Después de analizarlo, se comprobó que muchos de los viales estaban contaminados con hongos y que su actividad terapéutica era nula.
- Di Bella.

Este oncólogo italiano se empeñó en curar el cáncer con un brebaje misterioso. Las autoridades italianas se vieron obligadas a gastar milones de liras en demostrar que todo era un engaño.
- Cartílago de tiburón.

Esta misma semana, la revista 'Cancer Research' publicaba un trabajo en el que desmentía las supuestas cualidades anticancerosas de este producto. Según sus defensores, los escualos no desarrollan tumores gracias a una sustancia que contiene su blando esqueleto. En primer lugar, éstos animales sí pueden sufrir cáncer. Por otra parte, no hay un solo dato que demuestre su efecto antitumoral.

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