Revolución Prostática
Carlos Cordón-Cardó y Olivier Saidi forman un buen equipo. El primero es director del departamento de Patología Molecular del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York y uno de los más brillantes científicos españoles en EEUU, considerado un pionero de su especialidad. El segundo es un genio informático, autor -cuando cumplía el servicio militar en el Ejercito del Aire francés- del 'software' que controla los vuelos de la Unión Europea. Era un alto ejecutivo de la firma JC Decaux, una compañía de publicidad presente en 42 países del mundo, pero abandonó su puesto hace dos años, cuando Cordón-Cardó creó la compañía de biotecnología Aureon Biosciences, para modificar muchos paradigmas existentes en el diagnóstico y pronóstico del cáncer. El científico español tenía claro que necesitaba la ayuda de un experto en tecnología de la información. Saidi lo es y aceptó participar en lo que considera que es «el mayor reto de mi vida».
El mundo desarrollado se enfrentará en los próximos años a una epidemia nueva. El envejecimiento progresivo de la población y el auge que están tomando muchas de las pruebas de diagnóstico precoz del cáncer van a conllevar invariablemente un aumento muy significativo del número de casos que salen a la luz del tumor más frecuente de todos: el de próstata.
La medida de niveles sanguíneos del PSA (antígeno prostático específico) es algo que se está haciendo ya casi de rutina en los chequeos médicos de los varones de más de 50 años. La generalización de esta prueba ha traído como consecuencia que la mayoría de los cánceres de próstata, al menos en EEUU, ya no se diagnostiquen como antes, es decir, cuando ya se hay metástasis en los huesos, empiezan los síntomas dolorosos y el tumor es incurable.
Hoy en día se ven estadios mucho más precoces, cuando el cáncer aún está limitado a la glándula y existe un amplio abanico de opciones terapéuticas con las que controlar la enfermedad.
De hecho, el número de biopsias prostáticas que se hacen cada año (debidas a la observación de valores de PSA superiores a la normalidad) se ha disparado en EEUU a más de un millón. El volumen de tumores de próstata que se diagnostican como consecuencia de tanto intervencionismo ha llegado hasta 200.000. El PSA ya es a los varones lo que la mamografía a la mujer.
DIVERSIDAD.
Sin embargo, la diversidad biológica de los tumores de próstata hace que exista un porcentaje muy alto de pacientes que, aún padeciendo la enfermedad, no vayan a morir por su causa. Hay algunos que son agresivos, que pueden avanzar a un ritmo rápido y otros, por el contrario, más indolentes que no comprometen la vida de aquellos que lo sufren porque no avanzan de forma exagerada.
Se da muchas veces el caso de que dos tumores idénticos -cuando se observan con los actuales microscopios-, pero de distintas personas, evolucionan de formas muy opuestas. Uno de los varones, por ejemplo, fallece en pocos años debido a su cáncer y el otro vive durante mucho tiempo sin que la enfermedad le amenace en nada.
«Lo más que conseguimos, con los parámetros clínicos que utilizamos ahora, es predecir el riesgo de recaída bioquímica -tras la extirpación de la próstata- con una fiabilidad del 57%, aproximadamente», manifestó a SALUD el doctor Cordón-Cardó. «Es, prácticamente, como tirar una moneda al aire», resume.
El problema del 'día a día' es que para tratar los tumores prostáticos hay que recurrir, además de a los fármacos, a la cirugía o a la radioterapia. Éstas son opciones complejas, costosas y que, lo más importante, pueden tener efectos secundarios muy molestos.
El riesgo de impotencia sexual y de incontinencia urinaria tras una operación para extirpar un cáncer de próstata es bastante elevado, salvo que el cirujano sea un superespecialista que ha llevado a cabo cientos de operaciones de este tipo y sea capaz de preservar toda la inervación de la zona.
de este modo, lo que le gustaría a cualquier médico que tuviera que tomar decisiones delicadas ante un enfermo con un cáncer de próstata de pronóstico incierto es tener herramientas para 'afinar' en su capacidad de predicción. Eso es lo que pretenden conseguir los expertos de Aureon.
El equipo humano de esta compañía es de lujo. Especialistas de la Universidad de Yale, Albert Einstein y Johns Hopkins, todos ubicados EEUU, forman parte del consejo científico. El Memorial Sloan Kettering Cancer Center y la Facultad de Medicina de Baylor, en Dallas, también les ayudan.
«Queremos desarrollar a fondo un concepto llamado 'Patología de los Sistemas' y para ello vamos a integrar una nueva tecnología óptica computerizada junto a la detección de proteínas y genes en tejidos tumorales , ayudándonos luego de matemáticas de alta complejidad para así obtener curvas predictivas de gran fiabilidad para cada tumor», explica Cordón-Cardó.
PATÓLOGO VIRTUAL.
Una de las cosas que más sorprende de los inventos de Aureon es ver trabajar a su 'patólogo virtual'. Se trata de un microscopio creado con una óptica de enorme calidad que, apoyado por un 'software' especial, permite digitalizar toda la imagen que percibe el ojo humano, cuantificarla y caracterizarla. «Nos hemos servido, en cierto modo, de programas de reconocimiento de objetos por satélite», afirma Olivier Saidi. «Los conocemos de la época en la que preparábamos el control del tráfico aéreo europeo».
De esta forma, 'MAGIC' -como se ha bautizado al instrumento- digitaliza la imagen microanatómica, la analiza y evalúa en función de todas las estructuras que la forman. Es una herramienta que valora con increíble exactitud cientos de los hallazgos histopatológicos independientes que tiene una preparación determinada.
«Usamos programas que permiten a las máquinas aprender a medida que trabajan, de forma que cuanto más las 'provocas' más resultados obtienen» afirma Cordón. Así, los sistemas informáticos del tipo redes neuronales reconocen los hallazgos más interesantes y son capaces de relacionarlos con el entorno tisular que los rodea.
PROTEÓMICA.
La actividad molecular de cada cáncer no se ve con las técnicas clásicas de tinción microscópica, pero determina lo que ocurrirá con el tumor en el futuro. En Aureon también han desarrollado y patentado procedimientos nuevos que permiten conocer muchas proteínas que están interaccionando en la patología tumoral.
Son estudios de inmunofluorescencia en los que se marcan aquellas moléculas relacionadas con cascadas de señalización claves en la activación del ciclo celular, en la puesta en marcha de la parada del mismo cuando se descontrola, en la generación de nuevos vasos sanguíneos para nutrir el cáncer o en la actividad metastásica. Y de la misma forma que 'MAGIC' clasifica con detalle las imágenes, se han creado también programas especiales para hacer lo propio los colores de los fluorocromos que marcan las proteínas y así analizarlas matemáticamente.
ESTADÍSTICA.
Sacar partido a todas las variables que generan los datos clínicos de cada paciente, los hallazgos digitalizados que consigue 'MAGIC' y la cuantificación de las moléculas que se obtienen con los fluorocromos, es una tarea compleja. Se pueden obtener 600 variables por cada caso y en cuanto se reúnan muchos, hay cientos de miles de puntos en la base de datos.
¿Qué partido estadístico se puede sacar a tanto número?, ¿Cómo transformar un volumen de información ingente en curvas gráficas en las que se calcule la gravedad del tumor de cada enfermo y, por tanto, el riesgo de recaer o, incluso, de morir al cabo de los años?
«Usando matemáticas de alta complejidad, bases de datos muy relacionadas y aprovechando la gran capacidad que tienen ahora los sistemas informáticos de aprender», responde Olivier Saidi.
Así se podrá certificar si este procedimiento tiene realmente utilidad en la práctica clínica. Para validar esta revolucionaria herramienta, se están analizando cientos de muestras de tejidos prostáticos procedentes de pacientes operados hace varios años, de los que se conoce su evolución clínica.
De hecho, se ha conseguido dividir a los pacientes en tres categorías: con riesgo bajo, medio y alto, respectivamente y se ha llegado a una capacidad predictiva del 87%, superior a la que se tenía hasta ahora con los mejores nomogramas (gráficos) disponibles.
«Lo sorprendente es que el sistema no sólo pronostica si vas a recaer o no, sino también en qué momento. Nos permite saber quiénes son los que no tendrán recidiva y asegurarles que pasarán los años sin problemas», comenta Cordón-Cardó.
«Y todavía hay más», añade, «hemos conseguido algo que nunca se había hecho antes con el cáncer de próstata: una serie de curvas de supervivencia total de una fiabilidad también muy elevada».
El próximo reto de Aureon, que espera comercializar su sofisticado sistema en 2005, es certificar que los hallazgos logrados en tejidos extraídos en el quirófano, se puedan replicar en los que se han obtenido en las biopsias que realizan en la práctica clínica cotidiana.
Como muestra un botón; sólo en EEUU, se realizan al año 1.300.000 pinchazos en la próstata para descartar o no un cáncer. Todas estas muestras se beneficiarán de los procesos llevados a cabo por este grupo de científicos que desarrollan su labor en Nueva York.
Gráfico: Una nueva técnica predice el avance del cáncer
Esencial para el ensayo clínico
Cuando aparece un método diagnóstico novedoso los gestores de la sanidad suelen asustarse. Preocupados por el 'día a día' y porque no se les descalabre su siempre delicada cuenta de resultados, no suelen contemplar los beneficios económicos que, a largo plazo, se pueden lograr con estas nuevas técnicas.
En un primer momento habrá cierta reticencia a pagar los euros extras que las nuevas tecnologías de diagnóstico del cáncer puedan traer consigo.
No obstante, si son tan eficaces como se presupone, ahorrarán y reconducirán mucho mejor el gasto. Entre otras cosas, porque serán determinantes para decidir qué hacer frente a un paciente determinado. Los que posiblemente estarán dispuestos a pagar lo que se pida por estos procedimientos serán los laboratorios farmacéuticos. La mayoría de los oncólogos está de acuerdo en que los ensayos clínicos estarán modulados sobre todo por el dictamen que dé la 'Patología de los Sistemas.'
El mundo desarrollado se enfrentará en los próximos años a una epidemia nueva. El envejecimiento progresivo de la población y el auge que están tomando muchas de las pruebas de diagnóstico precoz del cáncer van a conllevar invariablemente un aumento muy significativo del número de casos que salen a la luz del tumor más frecuente de todos: el de próstata.
La medida de niveles sanguíneos del PSA (antígeno prostático específico) es algo que se está haciendo ya casi de rutina en los chequeos médicos de los varones de más de 50 años. La generalización de esta prueba ha traído como consecuencia que la mayoría de los cánceres de próstata, al menos en EEUU, ya no se diagnostiquen como antes, es decir, cuando ya se hay metástasis en los huesos, empiezan los síntomas dolorosos y el tumor es incurable.
Hoy en día se ven estadios mucho más precoces, cuando el cáncer aún está limitado a la glándula y existe un amplio abanico de opciones terapéuticas con las que controlar la enfermedad.
De hecho, el número de biopsias prostáticas que se hacen cada año (debidas a la observación de valores de PSA superiores a la normalidad) se ha disparado en EEUU a más de un millón. El volumen de tumores de próstata que se diagnostican como consecuencia de tanto intervencionismo ha llegado hasta 200.000. El PSA ya es a los varones lo que la mamografía a la mujer.
DIVERSIDAD.
Sin embargo, la diversidad biológica de los tumores de próstata hace que exista un porcentaje muy alto de pacientes que, aún padeciendo la enfermedad, no vayan a morir por su causa. Hay algunos que son agresivos, que pueden avanzar a un ritmo rápido y otros, por el contrario, más indolentes que no comprometen la vida de aquellos que lo sufren porque no avanzan de forma exagerada.
Se da muchas veces el caso de que dos tumores idénticos -cuando se observan con los actuales microscopios-, pero de distintas personas, evolucionan de formas muy opuestas. Uno de los varones, por ejemplo, fallece en pocos años debido a su cáncer y el otro vive durante mucho tiempo sin que la enfermedad le amenace en nada.
«Lo más que conseguimos, con los parámetros clínicos que utilizamos ahora, es predecir el riesgo de recaída bioquímica -tras la extirpación de la próstata- con una fiabilidad del 57%, aproximadamente», manifestó a SALUD el doctor Cordón-Cardó. «Es, prácticamente, como tirar una moneda al aire», resume.
El problema del 'día a día' es que para tratar los tumores prostáticos hay que recurrir, además de a los fármacos, a la cirugía o a la radioterapia. Éstas son opciones complejas, costosas y que, lo más importante, pueden tener efectos secundarios muy molestos.
El riesgo de impotencia sexual y de incontinencia urinaria tras una operación para extirpar un cáncer de próstata es bastante elevado, salvo que el cirujano sea un superespecialista que ha llevado a cabo cientos de operaciones de este tipo y sea capaz de preservar toda la inervación de la zona.
de este modo, lo que le gustaría a cualquier médico que tuviera que tomar decisiones delicadas ante un enfermo con un cáncer de próstata de pronóstico incierto es tener herramientas para 'afinar' en su capacidad de predicción. Eso es lo que pretenden conseguir los expertos de Aureon.
El equipo humano de esta compañía es de lujo. Especialistas de la Universidad de Yale, Albert Einstein y Johns Hopkins, todos ubicados EEUU, forman parte del consejo científico. El Memorial Sloan Kettering Cancer Center y la Facultad de Medicina de Baylor, en Dallas, también les ayudan.
«Queremos desarrollar a fondo un concepto llamado 'Patología de los Sistemas' y para ello vamos a integrar una nueva tecnología óptica computerizada junto a la detección de proteínas y genes en tejidos tumorales , ayudándonos luego de matemáticas de alta complejidad para así obtener curvas predictivas de gran fiabilidad para cada tumor», explica Cordón-Cardó.
PATÓLOGO VIRTUAL.
Una de las cosas que más sorprende de los inventos de Aureon es ver trabajar a su 'patólogo virtual'. Se trata de un microscopio creado con una óptica de enorme calidad que, apoyado por un 'software' especial, permite digitalizar toda la imagen que percibe el ojo humano, cuantificarla y caracterizarla. «Nos hemos servido, en cierto modo, de programas de reconocimiento de objetos por satélite», afirma Olivier Saidi. «Los conocemos de la época en la que preparábamos el control del tráfico aéreo europeo».
De esta forma, 'MAGIC' -como se ha bautizado al instrumento- digitaliza la imagen microanatómica, la analiza y evalúa en función de todas las estructuras que la forman. Es una herramienta que valora con increíble exactitud cientos de los hallazgos histopatológicos independientes que tiene una preparación determinada.
«Usamos programas que permiten a las máquinas aprender a medida que trabajan, de forma que cuanto más las 'provocas' más resultados obtienen» afirma Cordón. Así, los sistemas informáticos del tipo redes neuronales reconocen los hallazgos más interesantes y son capaces de relacionarlos con el entorno tisular que los rodea.
PROTEÓMICA.
La actividad molecular de cada cáncer no se ve con las técnicas clásicas de tinción microscópica, pero determina lo que ocurrirá con el tumor en el futuro. En Aureon también han desarrollado y patentado procedimientos nuevos que permiten conocer muchas proteínas que están interaccionando en la patología tumoral.
Son estudios de inmunofluorescencia en los que se marcan aquellas moléculas relacionadas con cascadas de señalización claves en la activación del ciclo celular, en la puesta en marcha de la parada del mismo cuando se descontrola, en la generación de nuevos vasos sanguíneos para nutrir el cáncer o en la actividad metastásica. Y de la misma forma que 'MAGIC' clasifica con detalle las imágenes, se han creado también programas especiales para hacer lo propio los colores de los fluorocromos que marcan las proteínas y así analizarlas matemáticamente.
ESTADÍSTICA.
Sacar partido a todas las variables que generan los datos clínicos de cada paciente, los hallazgos digitalizados que consigue 'MAGIC' y la cuantificación de las moléculas que se obtienen con los fluorocromos, es una tarea compleja. Se pueden obtener 600 variables por cada caso y en cuanto se reúnan muchos, hay cientos de miles de puntos en la base de datos.
¿Qué partido estadístico se puede sacar a tanto número?, ¿Cómo transformar un volumen de información ingente en curvas gráficas en las que se calcule la gravedad del tumor de cada enfermo y, por tanto, el riesgo de recaer o, incluso, de morir al cabo de los años?
«Usando matemáticas de alta complejidad, bases de datos muy relacionadas y aprovechando la gran capacidad que tienen ahora los sistemas informáticos de aprender», responde Olivier Saidi.
Así se podrá certificar si este procedimiento tiene realmente utilidad en la práctica clínica. Para validar esta revolucionaria herramienta, se están analizando cientos de muestras de tejidos prostáticos procedentes de pacientes operados hace varios años, de los que se conoce su evolución clínica.
De hecho, se ha conseguido dividir a los pacientes en tres categorías: con riesgo bajo, medio y alto, respectivamente y se ha llegado a una capacidad predictiva del 87%, superior a la que se tenía hasta ahora con los mejores nomogramas (gráficos) disponibles.
«Lo sorprendente es que el sistema no sólo pronostica si vas a recaer o no, sino también en qué momento. Nos permite saber quiénes son los que no tendrán recidiva y asegurarles que pasarán los años sin problemas», comenta Cordón-Cardó.
«Y todavía hay más», añade, «hemos conseguido algo que nunca se había hecho antes con el cáncer de próstata: una serie de curvas de supervivencia total de una fiabilidad también muy elevada».
El próximo reto de Aureon, que espera comercializar su sofisticado sistema en 2005, es certificar que los hallazgos logrados en tejidos extraídos en el quirófano, se puedan replicar en los que se han obtenido en las biopsias que realizan en la práctica clínica cotidiana.
Como muestra un botón; sólo en EEUU, se realizan al año 1.300.000 pinchazos en la próstata para descartar o no un cáncer. Todas estas muestras se beneficiarán de los procesos llevados a cabo por este grupo de científicos que desarrollan su labor en Nueva York.
Gráfico: Una nueva técnica predice el avance del cáncer
Esencial para el ensayo clínico
Cuando aparece un método diagnóstico novedoso los gestores de la sanidad suelen asustarse. Preocupados por el 'día a día' y porque no se les descalabre su siempre delicada cuenta de resultados, no suelen contemplar los beneficios económicos que, a largo plazo, se pueden lograr con estas nuevas técnicas.
En un primer momento habrá cierta reticencia a pagar los euros extras que las nuevas tecnologías de diagnóstico del cáncer puedan traer consigo.
No obstante, si son tan eficaces como se presupone, ahorrarán y reconducirán mucho mejor el gasto. Entre otras cosas, porque serán determinantes para decidir qué hacer frente a un paciente determinado. Los que posiblemente estarán dispuestos a pagar lo que se pida por estos procedimientos serán los laboratorios farmacéuticos. La mayoría de los oncólogos está de acuerdo en que los ensayos clínicos estarán modulados sobre todo por el dictamen que dé la 'Patología de los Sistemas.'
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