Cómo será la asistencia sanitaria dentro de 10 años
La conferencia anual más importante que patrocina la revista 'The New England Journal of Medicine' (Shattuck Lecture), se centra este año en definir cómo debería ser el modelo de sanidad dentro de una década. Independientemente de que muchas de las aseveraciones se refieren más a un sistema privado que a uno público como el nuestro, la prespectiva general que se ofrece nos interesa a todos.
La charla comenzó con la descripción de un paciente típico de dentro de 10 años. Se trataría de un varón de mediana edad que vive en una pequeña localidad del centro de EEUU y que padece varias enfermedades crónicas como hipertensión, dibetes e hipercolesterolemia y además está gordo. Dejó de fumar hace ocho años cuando su padre murió de un infarto de miocardio masivo.
También en ese momento se preocupó de incluirse en un plan de salud y para ello utilizó la información disponible en internet sobre el coste, la excelencia y los resultados de cada uno de los existentes en el mercado. Esto le permitió elegir la opción más apropiada para sus características.
Al mismo tiempo, la competencia existente entre los diferentes proveedores de salud y la información que recibe el consumidor habría conseguido mejorar la oferta de los diferentes aseguradores sin encarecerse e incluso con abaratamiento de algunas opciones.
Una pastilla diaria
Todos los días nuestro paciente toma una única pastilla que contiene la dosis adecuada de aspirina, hipotensor y estatina para el colesterol así como el fármaco adecuado para controlar su azúcar. Periódicamente este sujeto accede a través de internet a su historial clínco actualizado y sigue las pautas de contacto con su equipo médico particular.
Puede conseguir citas en 24 horas en su centro sanitario y enviar muestras de sangre desde su casa. Además, un microchip implantado en su abdómen envía información sobre sus constantes de forma instantánea. Todas estas ayudas han convertido a nuestro amigo en un experto gestor de su propia salud, eso sí, siempre ayudado por los profesionales sanitarios.
Atención hospitalaria
A pesar de todo, un buen día este paciente presenta un dolor torácico e intenso malestar general y acude rápidamente a su centro sanitario. Allí todos sus datos clíncos están accesibles de forma instantánea a través de internet por lo que se toman mediads de forma inmediata. Para el diagnóstico es crucial la realización de varios ECG que el propio microchip implantado ha llevado a cabo durante el viaje.
El tratamiento se realiza a través de 'nanorobots', unos instrumentos microscópicos que el médico inyecta a través de una de las venas del paciente y que localizan y reparan la estenosis de una arteria coronaria principal.
El problema está resuelto y la información se incorpora de forma automática a la historia clínica electrónica de nuestro cliente que se encarga además de generar el nuevo tratamiento.
El paso final es el cobro de los gastos, algo que se hace también de forma electrónica contra la cuenta del cliente. A pesar de que la factura es algo más elevada que el estándar, por haberse seleccionado un hospital de primera línea en problemas cardiacos, el coste final se beneficia de una reducción del 10% gracias a que el paciente ha cumplido adecuadamente sus revisiones periódicas, una ventaja derivada de la competencia entre las diferentes aseguradoras.
En este último punto es donde las diferencias entre un sistema privado, como el estadounidense, se aparta del público, como el español. Según el conferenciante, la competencia conseguirá en un futuro que se reduzca el gasto sanitario aumentando su eficiencia, algo que para nada se acerca a la realidad americano ni tampoco a la española.
La tecnología para poder lograr lo anteriormente descrito está ahí, a la vuelta de la esquina. Sin embargo, el respaldo económco necesario para llevarlo a cabo está muy lejos de la inciativa privada si quiere beneficiar al 100% de la población. Sólo esfuerzos gubernamentales bien dirigidos podrían ser capaces de proporcionar a este paciente del año 2010, algo que ya está a nuestro alcance.
La charla comenzó con la descripción de un paciente típico de dentro de 10 años. Se trataría de un varón de mediana edad que vive en una pequeña localidad del centro de EEUU y que padece varias enfermedades crónicas como hipertensión, dibetes e hipercolesterolemia y además está gordo. Dejó de fumar hace ocho años cuando su padre murió de un infarto de miocardio masivo.
También en ese momento se preocupó de incluirse en un plan de salud y para ello utilizó la información disponible en internet sobre el coste, la excelencia y los resultados de cada uno de los existentes en el mercado. Esto le permitió elegir la opción más apropiada para sus características.
Al mismo tiempo, la competencia existente entre los diferentes proveedores de salud y la información que recibe el consumidor habría conseguido mejorar la oferta de los diferentes aseguradores sin encarecerse e incluso con abaratamiento de algunas opciones.
Una pastilla diaria
Todos los días nuestro paciente toma una única pastilla que contiene la dosis adecuada de aspirina, hipotensor y estatina para el colesterol así como el fármaco adecuado para controlar su azúcar. Periódicamente este sujeto accede a través de internet a su historial clínco actualizado y sigue las pautas de contacto con su equipo médico particular.
Puede conseguir citas en 24 horas en su centro sanitario y enviar muestras de sangre desde su casa. Además, un microchip implantado en su abdómen envía información sobre sus constantes de forma instantánea. Todas estas ayudas han convertido a nuestro amigo en un experto gestor de su propia salud, eso sí, siempre ayudado por los profesionales sanitarios.
Atención hospitalaria
A pesar de todo, un buen día este paciente presenta un dolor torácico e intenso malestar general y acude rápidamente a su centro sanitario. Allí todos sus datos clíncos están accesibles de forma instantánea a través de internet por lo que se toman mediads de forma inmediata. Para el diagnóstico es crucial la realización de varios ECG que el propio microchip implantado ha llevado a cabo durante el viaje.
El tratamiento se realiza a través de 'nanorobots', unos instrumentos microscópicos que el médico inyecta a través de una de las venas del paciente y que localizan y reparan la estenosis de una arteria coronaria principal.
El problema está resuelto y la información se incorpora de forma automática a la historia clínica electrónica de nuestro cliente que se encarga además de generar el nuevo tratamiento.
El paso final es el cobro de los gastos, algo que se hace también de forma electrónica contra la cuenta del cliente. A pesar de que la factura es algo más elevada que el estándar, por haberse seleccionado un hospital de primera línea en problemas cardiacos, el coste final se beneficia de una reducción del 10% gracias a que el paciente ha cumplido adecuadamente sus revisiones periódicas, una ventaja derivada de la competencia entre las diferentes aseguradoras.
En este último punto es donde las diferencias entre un sistema privado, como el estadounidense, se aparta del público, como el español. Según el conferenciante, la competencia conseguirá en un futuro que se reduzca el gasto sanitario aumentando su eficiencia, algo que para nada se acerca a la realidad americano ni tampoco a la española.
La tecnología para poder lograr lo anteriormente descrito está ahí, a la vuelta de la esquina. Sin embargo, el respaldo económco necesario para llevarlo a cabo está muy lejos de la inciativa privada si quiere beneficiar al 100% de la población. Sólo esfuerzos gubernamentales bien dirigidos podrían ser capaces de proporcionar a este paciente del año 2010, algo que ya está a nuestro alcance.
0 comentarios