Un anuncio memorable
Han pasado 20 años y todavía se recuerda. En 1985 Yul Brynner, conocido por su papel en la película "El rey y yo", falleció de cáncer de pulmón. Meses antes de su muerte hizo pública la causa de su enfermedad: el tabaco. Un anuncio de televisión recogió su testimonio: "Hagas lo que hagas no fumes".
Una frase lapidaria y una voz en 'off' que presenta al invitado: "Señores y señoras, el último Yul Brynner". Un primer plano del 'invitado' que se mantiene hasta el final. Se escuchan sus palabras.
"Realmente quería hacer un anuncio cuando descubrí que estaba tan enfermo y que mi tiempo era tan limitado. Quería hacer un anuncio que dijera simplemente: ahora que me he ido, te digo que no fumes, hagas lo que hagas no fumes. Si pudiera retroceder y no fumar no estaría hablando de cáncer. Estoy convencido de ello."
El anuncio, que dura unos 30 segundos, muestra una intervención del actor en el programa 'Good Morning America' ('Buenos días América') de la cadena ABC News. En ella Brynner explica que le hubiera gustado grabar un mensaje publicitario avisando del peligro del tabaco.
Impactante
Poco después de su fallecimiento, la Sociedad Oncológica Americana decidió cumplir su deseo y puso estas imágenes al servicio de la opinión pública, según explica 'The New York Times'. La iniciativa resultó muy impactante y parece que, a raíz de ella, muchas personas decidieron abandonar el consumo.
Además de en EEUU, el comercial se emitió en Australia, China, Japón e Israel, y ganó una medalla de plata en el festival internacional de cine y televisión de Nueva York. El diario norteamericano asegura que "continúa siendo una de las declaraciones antitabaco más memorables".
"Como dijo en una ocasión una representante de una sociedad oncológica, no hay nada con más fuerza que cuando una persona muerta mira a camara y dice: 'No fumes. Yo lo hice'.", concluye la publicación.
Brynner tenía 63 años cuando se le identificó un cáncer de pulmón y hacía 15 que no probaba el tabaco. Entonces fue consciente de la potencia con la que puede actuar el tabaco y más con un consumo tan elevado como el suyo, que rondaba los cinco paquetes al día.
Antes de su muerte Yul creó una fundación que hoy en día lleva su nombre. Con ella pretendía difundir información sobre los efectos negativos del tabaco e incluso financiar investigaciones sobre distintos tipos de cáncer.
Una frase lapidaria y una voz en 'off' que presenta al invitado: "Señores y señoras, el último Yul Brynner". Un primer plano del 'invitado' que se mantiene hasta el final. Se escuchan sus palabras.
"Realmente quería hacer un anuncio cuando descubrí que estaba tan enfermo y que mi tiempo era tan limitado. Quería hacer un anuncio que dijera simplemente: ahora que me he ido, te digo que no fumes, hagas lo que hagas no fumes. Si pudiera retroceder y no fumar no estaría hablando de cáncer. Estoy convencido de ello."
El anuncio, que dura unos 30 segundos, muestra una intervención del actor en el programa 'Good Morning America' ('Buenos días América') de la cadena ABC News. En ella Brynner explica que le hubiera gustado grabar un mensaje publicitario avisando del peligro del tabaco.
Impactante
Poco después de su fallecimiento, la Sociedad Oncológica Americana decidió cumplir su deseo y puso estas imágenes al servicio de la opinión pública, según explica 'The New York Times'. La iniciativa resultó muy impactante y parece que, a raíz de ella, muchas personas decidieron abandonar el consumo.
Además de en EEUU, el comercial se emitió en Australia, China, Japón e Israel, y ganó una medalla de plata en el festival internacional de cine y televisión de Nueva York. El diario norteamericano asegura que "continúa siendo una de las declaraciones antitabaco más memorables".
"Como dijo en una ocasión una representante de una sociedad oncológica, no hay nada con más fuerza que cuando una persona muerta mira a camara y dice: 'No fumes. Yo lo hice'.", concluye la publicación.
Brynner tenía 63 años cuando se le identificó un cáncer de pulmón y hacía 15 que no probaba el tabaco. Entonces fue consciente de la potencia con la que puede actuar el tabaco y más con un consumo tan elevado como el suyo, que rondaba los cinco paquetes al día.
Antes de su muerte Yul creó una fundación que hoy en día lleva su nombre. Con ella pretendía difundir información sobre los efectos negativos del tabaco e incluso financiar investigaciones sobre distintos tipos de cáncer.
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