Los excesos de la antipiratería
La situación actual, desde el punto de vista del usuario, presenta numerosas paradojas. Se paga un canon para copias en todos los soportes, pero la industria promueve los sistemas anticopia. El derecho a la copia privada es defendido por unos y negado por otros. Las redes P2P son presentadas como culpables de la piratería y, a la vez, como el futuro tecnológico. Y el concepto mismo de piratería es discutido, ya que mientras los usuarios siguen vinculando este término sólo a actividades en las que hay ánimo de lucro, organismos como la SGAE tienen una visión mucho más amplia, que prácticamente engloba cualquier cesión o copia de contenidos efectuada sin la autorización expresa del creador.
En cuestión de pocos días, la justicia francesa ha emitidos dos sentencias interesantes sobre el tema de las copias privadas. La última ha dado la razón a un usuario y a una unión de consumidores tras una demanda presentada contra los editores de una película en DVD (Mulholland drive,de David Lynch) y que a causa de un sistema anticopia no pudo ser pasada por su comprador a una cinta VHS. La sentencia, que insta a los editores a eliminar el sistema anticopia, destaca que el duplicado que se intentaba realizar pertenece al ámbito de la copia privada, reconocida por muchas legislaciones europeas.
Está por ver la jurisprudencia o la incidencia que pueden tener decisiones como ésta, en la medida en que la mayoría de películas DVD están protegidos contra la copia. Y a la vista de que hace dos semanas, también en Francia, otro juicio impulsado por la misma unión de consumidores contra el sistema anticopia incluido en algunos discos por EMI, provocó una decisión salomónica de los jueces. Estos obligaron a la discográfica a indemnizar al usuario y a la asociación que lo apoyó, pero no se pronunciaron sobre el sistema anticopia. Hay que destacar que Francia es, junto con Alemania, el país europeo con más implantación del canon por copia privada.
El último gran juicio contra las redes P2P ha tenido lugar en Estados Unidos y es conocido como Metro Goldwyn Mayer contra Grokster. Ha sido promovido por Hollywood y la industria discográfica y no tendrá una resolución final hasta dentro de unos meses. La prensa norteamericana ha dicho que básicamente ha servido para revivir el celebre caso Beta, ocurrido hace más de 20 años. Entonces la industria del cine quiso declarar ilegales las copiadoras de vídeo doméstico en una lucha legal que duró años. Finalmente, la realidad impuso nuevos modelos de negocio y aparecieron las copias en vídeo de las películas, florecieron los videoclubs, los fabricantes vendieron tranquilamente sus aparatos y los usuarios los utilizaron sin ser criminalizados.
La aparición de internet y de una importante industria pirata, de la que el top manta es sólo la parte más visible, obligan a que la realidad actual deba ser analizada con cuidado, pero quedarse sólo en la penalización de la tecnología parece una pérdida de tiempo. El éxito de las ventas de canciones por internet de iTunes y de otras tiendas on-line indica que hay otros caminos. Y hace unos días Vinton Cerf, uno de los padres de internet, revelaba que varios productores de Hollywood le habían confirmado su interés en utilizar los sistemas de intercambio de archivos para distribuir filmes legalmente por la red.
"Lo que se pretende con esos juicios es proteger formas de negocio que ya han caducado. Las redes P2P no son un problema. Permiten un mayor acceso al conocimiento de la sociedad. La cuestión es si el interés general debe ceder para beneficiar el interés privado de un sector muy reducido que se niega a adaptar su modelo de negocio a los nuevos tiempos", explica David Bravo, abogado especialista en copyright.
El canon digital es otro motivo de disputa. En los soportes en los que ya se aplica -como los discos CD o DVD vírgenes- porque el usuario paga siempre el canon aunque el soporte se emplee para hacer una copia de seguridad de los archivos de ordenador o guardar el vídeo de las vacaciones familiares. Y en el caso de una extensión a otros soportes -conexión a internet, disco duro de los ordenadores, reproductores MP3, etcétera- porque se sigue considerando que es una medida supuestamente antipiratería, pero que equivoca el blanco. Diversas asociaciones de usuarios, técnicas y sindicales apoyan un manifiesto contra el canon .Y hace unas semanas el Partido Popular presentó una propuesta de ley en el Senado para eliminarlo al considerarlo "una tasa indiscriminada".
El manifiesto contra el canon
La campaña Todos contra el canon está apoyada por organizaciones como la Asociación de Internautas, la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (Astel), la Asociación Nacional de Empresas de Internet (ANEI), el sindicato Comisiones Obreras y la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec).
La presencia de esta última organización es especialmente relevante porque fue una de las que en su día participaron directamente en la implantación del canon. El documento conjunto señala que "el canon grava y penaliza de forma indiscriminada a todos los usuarios. Tampoco erradica el fenómeno de la piratería y fomenta el fraude". Recoge un "total respeto por los derechos de autor" y apunta: "Rechazamos el establecimiento de cualquier canon que grave los soportes, equipos, redes de comunicaciones o tecnologías, a la vez que defendemos la utilización de los sistemas digitales de control ya existentes para gestionar los derechos de autor". Y en su declaración final, dice: "Es necesario crear un ambiente de confianza entre los ciudadanos y no admitir que se equipare al usuario o al proveedor de tecnologías con aquellos que, al margen de la ley, se lucran ilegítimamente vendiendo contenidos de terceros". Según Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, "nadie se esperaba que la lucha anticanon adquiriera la dimensión social que ha adquirido".
En cuestión de pocos días, la justicia francesa ha emitidos dos sentencias interesantes sobre el tema de las copias privadas. La última ha dado la razón a un usuario y a una unión de consumidores tras una demanda presentada contra los editores de una película en DVD (Mulholland drive,de David Lynch) y que a causa de un sistema anticopia no pudo ser pasada por su comprador a una cinta VHS. La sentencia, que insta a los editores a eliminar el sistema anticopia, destaca que el duplicado que se intentaba realizar pertenece al ámbito de la copia privada, reconocida por muchas legislaciones europeas.
Está por ver la jurisprudencia o la incidencia que pueden tener decisiones como ésta, en la medida en que la mayoría de películas DVD están protegidos contra la copia. Y a la vista de que hace dos semanas, también en Francia, otro juicio impulsado por la misma unión de consumidores contra el sistema anticopia incluido en algunos discos por EMI, provocó una decisión salomónica de los jueces. Estos obligaron a la discográfica a indemnizar al usuario y a la asociación que lo apoyó, pero no se pronunciaron sobre el sistema anticopia. Hay que destacar que Francia es, junto con Alemania, el país europeo con más implantación del canon por copia privada.
El último gran juicio contra las redes P2P ha tenido lugar en Estados Unidos y es conocido como Metro Goldwyn Mayer contra Grokster. Ha sido promovido por Hollywood y la industria discográfica y no tendrá una resolución final hasta dentro de unos meses. La prensa norteamericana ha dicho que básicamente ha servido para revivir el celebre caso Beta, ocurrido hace más de 20 años. Entonces la industria del cine quiso declarar ilegales las copiadoras de vídeo doméstico en una lucha legal que duró años. Finalmente, la realidad impuso nuevos modelos de negocio y aparecieron las copias en vídeo de las películas, florecieron los videoclubs, los fabricantes vendieron tranquilamente sus aparatos y los usuarios los utilizaron sin ser criminalizados.
La aparición de internet y de una importante industria pirata, de la que el top manta es sólo la parte más visible, obligan a que la realidad actual deba ser analizada con cuidado, pero quedarse sólo en la penalización de la tecnología parece una pérdida de tiempo. El éxito de las ventas de canciones por internet de iTunes y de otras tiendas on-line indica que hay otros caminos. Y hace unos días Vinton Cerf, uno de los padres de internet, revelaba que varios productores de Hollywood le habían confirmado su interés en utilizar los sistemas de intercambio de archivos para distribuir filmes legalmente por la red.
"Lo que se pretende con esos juicios es proteger formas de negocio que ya han caducado. Las redes P2P no son un problema. Permiten un mayor acceso al conocimiento de la sociedad. La cuestión es si el interés general debe ceder para beneficiar el interés privado de un sector muy reducido que se niega a adaptar su modelo de negocio a los nuevos tiempos", explica David Bravo, abogado especialista en copyright.
El canon digital es otro motivo de disputa. En los soportes en los que ya se aplica -como los discos CD o DVD vírgenes- porque el usuario paga siempre el canon aunque el soporte se emplee para hacer una copia de seguridad de los archivos de ordenador o guardar el vídeo de las vacaciones familiares. Y en el caso de una extensión a otros soportes -conexión a internet, disco duro de los ordenadores, reproductores MP3, etcétera- porque se sigue considerando que es una medida supuestamente antipiratería, pero que equivoca el blanco. Diversas asociaciones de usuarios, técnicas y sindicales apoyan un manifiesto contra el canon .Y hace unas semanas el Partido Popular presentó una propuesta de ley en el Senado para eliminarlo al considerarlo "una tasa indiscriminada".
El manifiesto contra el canon
La campaña Todos contra el canon está apoyada por organizaciones como la Asociación de Internautas, la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (Astel), la Asociación Nacional de Empresas de Internet (ANEI), el sindicato Comisiones Obreras y la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec).
La presencia de esta última organización es especialmente relevante porque fue una de las que en su día participaron directamente en la implantación del canon. El documento conjunto señala que "el canon grava y penaliza de forma indiscriminada a todos los usuarios. Tampoco erradica el fenómeno de la piratería y fomenta el fraude". Recoge un "total respeto por los derechos de autor" y apunta: "Rechazamos el establecimiento de cualquier canon que grave los soportes, equipos, redes de comunicaciones o tecnologías, a la vez que defendemos la utilización de los sistemas digitales de control ya existentes para gestionar los derechos de autor". Y en su declaración final, dice: "Es necesario crear un ambiente de confianza entre los ciudadanos y no admitir que se equipare al usuario o al proveedor de tecnologías con aquellos que, al margen de la ley, se lucran ilegítimamente vendiendo contenidos de terceros". Según Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, "nadie se esperaba que la lucha anticanon adquiriera la dimensión social que ha adquirido".
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