EL ESTADO QUE HAY QUE HACER
Con profunda vergüenza asistimos al panorama político español. El gobierno socialista nos ha metido en un laberinto de reformas en las que se da la palabra a grupos separatistas minoritarios mientras se insulta e intenta silenciar a toda una gran mayoría que no quiere otra cosa que vivir en paz en una España unida y solidaria.
Si debemos construir un nuevo modelo de estado, debe ser bajo la premisa de la convivencia nacional y la unidad de todos en esa empresa común que llamamos España. Una España en la que relación entre las diversas lenguas, historias y culturas de las regiones de España no sea motivo de enfrentamiento político ni de arma de diferenciación, sino de enriquecimiento común. |
Los cientos de intervenciones, que desde el ejecutivo socialista se han lanzado, no contienen una sola idea clara. Quieren un estado nuevo, la España plural lo llaman, pero no nos dicen nada sobre la figura de ese estado nuevo que quieren hacer.
Se han comprometido con los separatistas a cosas fantásticas, sin haber pensado por un momento si se pueden realizar y lo que de ello opinamos el resto de españoles. Han buscado halagar a unos peligrosos compañeros de ruta y cuando por ello se les inculpa, responden con exabruptos.
El estado es una inmensa maquina que la colectividad nacional construye para el servicio del bien común, y en el proceso que se sigue para construir esa maquinaria, lo primero que se fija con claridad son las finalidades que se quieren obtener de ella, para adecuar luego las piezas a ese fin. La Constitución de 1978 pretendió crear esa maquinaria, que ahora se quiere sustituir desde el PSOE por no se sabe bien qué.
Por supuesto que el PSOE y los separatistas son muy libres de profesar la idea que quieran sobre el estado, incluso pueden creer que España no existe. Pero lo que nunca pueden hacer es hurtar ese debate a la opinión pública y pretender que no hablemos de ello.
Lo que aquí se está debatiendo hoy en día, no es simplemente la permanencia en el poder del Sr. Zapatero, sino la existencia misma de España como nación. Una nación de naciones no es más que el anuncio de futuro de varios países diferentes. El anunciado futuro del fallecimiento de España. ¿De verdad el pueblo español quiere eso?
Si debemos construir un nuevo modelo de estado, debe ser bajo la premisa de la convivencia nacional y la unidad de todos en esa empresa común que llamamos España. Una España en la que relación entre las diversas lenguas, historias y culturas de las regiones de España no sea motivo de enfrentamiento político ni de arma de diferenciación, sino de enriquecimiento común. No se puede hacer política viviendo de lo que nos separa, y si de un nuevo estado hemos de hablar, este deberá asentarse sobre unas ideas convergentes que acepten de una vez por todas lo único que nos une a todos los españoles, que no es otra cosa que vivimos y morimos en la misma patria, y después construyamos es estado como democráticamente deseemos todos los españoles.
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