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MARSEL & CO

EMIGRANTES ESPAÑOLES: LOS OLVIDADOS

Son los otros “inmigrantes”. Los nuestros, los que abandonaron España en busca de la fortuna y el progreso personal. Los que no entraron ilegalmente en ningún país y nunca tuvieron problemas para integrase en las sociedades que les acogían. Trabajadores españoles que han logrado prosperar con el sudor de su frente y que aún hoy en día siguen contribuyendo a la prosperidad de nuestra patria.

Según los datos del Banco Mundial, nuestros emigrantes en el extranjero, en 2004 repatriaron 6.900 millones de dólares. España es el sexto país del mundo que más dinero recibe de sus emigrantes en el extranjero, sólo precedido, en este orden, por India, China, México, Francia y Filipinas. Por el contrario, desde España los inmigrantes extranjeros reenviaron en 2004 aproximadamente 4.000 millones de dólares a sus países de origen.

No obstante, este análisis debe matizarse, según el Banco Mundial, teniendo en cuenta que las cifras oficiales no reflejan toda la realidad y que los emigrantes de países del tercer mundo emplean a menudo vías extraoficiales para mandar el dinero a sus próximos: hacerlo llevar en mano por medio de amigos o a través de operadores no registrados. Ese ha sido siempre un fenómeno corriente, pero que se ha visto intensificado en respuesta a los mayores controles establecidos tras los atentados del 11-S, según confirman encuestas directas en los hogares de los países de destino de las remesas.

En todo caso, la cuantía total de las remesas no expresa la importancia que los emigrantes tienen para sostener un determinado país tanto como puede hacerlo el saber qué porcentaje supone ese dinero en relación a su PIB. Evidentemente son los países del tercer mundo, como Marruecos, Haití, Pakistan, El Salvador, etc., junto a algunas repúblicas ex yugoslavas son quienes más dependen de estos ingresos. Las remesas de inmigrantes son fundamentales como fuente de divisas para estos países en desarrollo, hasta el punto de que, actualmente, les reporta tanto como lo captado por las inversiones foráneas y más del doble que la ayuda oficial al desarrollo.

El Banco Mundial calcula que el dinero proveniente de emigrantes ascendió en 2004 a 225.800 millones de dólares. De esa cifra, a los países en vías de desarrollo fueron a parar 160.000 millones, aunque los expertos del Banco Mundial creen que la cantidad real podría ser hasta un 50% superior, como consecuencia de los envíos de dinero por canales informales.

La enorme corriente de remesas que eso ha generado se ha convertido también en un negocio para bancos y empresas dedicadas a las transferencias de dinero (otra razón que explica el envío por medios extraoficiales). El Banco Mundial denuncia que las comisiones aplicadas a esas transferencias puede llegar hasta el 10% y el 15% de la cantidad transferida.

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