Blogia
MARSEL & CO

EL PROBLEMA ANTICLERICAL

Creíamos que España ya había superado los fantasmas del siglo XIX y que las supremacías civiles y nacionales no suponían entrar en pugna alguna con las fidelidades católicas. Iglesia y Estado desempeñaban en armonía sus papeles gracias a un concordato moderno y una constitución que reflejaba en su artículo 16 el especial papel que la religión católica desempeña en España.
“ El laicismo beligerante que trae este nuevo PSOE de Zapatero viene ataviado con pretensiones de cultura que llaman ideas avanzadas o progresistas, pero que no es más que una astuta reedición de todos los impulsos regresionistas latentes en una izquierda española que no ha asimilado ni la transición democrática ni la caída del muro, y se ha empeñado en marcarse como misión histórica hacernos volver a la
II República.
”


Pero hete aquí que desde las filas reaccionarias de la izquierda, nuevamente se resucita el problema anticlerical. Por su culpa se retoma de nuevo una política trasnochada que quiere quitar la voz a los católicos, una política que quiere poner en su sitio, es decir domar, a la Iglesia a base de tópicos zafios y enfrentamientos innecesarios, que se podían haber evitado con una dosis de ese famoso talante del que hace gala Zapatero, pero que solo reserva, en lo religioso para los islámicos, y en lo civil para los separatistas.

En España el odio liberal contra los curas dio paso al odio marxista por la religión, un odio que alcanzó su paroxismo durante la II República y que acabó con el exterminio de casi 10.000 religiosos en una matanza de cristianos como no se había visto desde los tiempos de la persecución en la Roma del déspota Nerón.

Pero el cariño por el despotismo de la II República del que hacen gala nuestros actuales gobernantes, que precisan de leyes para modificar la historia, nuevamente nos trae los rancios tufos masónicos y las cantinelas marxistas para lograr que los españoles sigan peleándose en torno a problemas fantasmales, sin realidad alguna, desentendiéndose de las autenticas claves que amenazan nuestro futuro como nación.

El laicismo beligerante que trae este nuevo PSOE de Zapatero viene ataviado con pretensiones de cultura que llaman ideas avanzadas o progresistas, pero que no es más que una astuta reedición de todos los impulsos regresionistas latentes en una izquierda española que no ha asimilado ni la transición democrática ni la caída del muro, y se ha empeñado en marcarse como misión histórica hacernos volver a la II República.

El estado laico que nos propone el PSOE es un estado confesional, en él, el poder público es el instrumento de un grupo de partidos que se empeñan en modelar el alma de los españoles en el ideario progresista. El estado confesional socialista es un estado sectario que no admite la religión como fenómeno social y que sobre la base del relativismo no desea más verdad que la verdad oficial.

0 comentarios