Sexo en el lugar de trabajo
Ciertamente el roce hace el cariño, y las horas y la intimidad que se comparten pueden ser caldo de cultivo para despertar el deseo. Además en las relaciones sociales, en general, procuramos mostrarnos educados, cordiales y atentos y se suele ofrecer una imagen más pulida que en la intimidad de nuestro hogar.
Además, al trabajo se suele ir presentablemente vestido, mostrando nuestra mejor apariencia. Con esto no queremos decir que en la intimidad no podamos ser igual de estupendos, pero en algún momento se baja la guardia y pueden aparecer las manías y los malos humores, nadie es perfecto.
Y por supuesto no estamos satelizados de problemas domésticos. Podemos mostrarnos encantadores, sin estar pendientes de los niños, o de que se ha vuelto a estropear el fregadero. No hay tareas domésticas que compartir, ni mando de la televisión que disputar. Somos cuerpos atractivos que aparecen insinuantes en el tedio de la rutina laboral.
Pero mucho cuidado, porque la imagen suele ser engañosa, y los riesgos pueden no compensar. Además, no olvidemos que la pareja que tenemos a nuestro lado, puede resultar un suculento plato en su círculo laboral. Por eso, muchas veces vale la pena cuidar lo que ya tenemos y descubrir la aventura en la proximidad, antes que explorar nuevos terrenos vírgenes, que al fin y al cabo siempre acaban por ser colonizados y convertirse en una rutina más.
Los problemas que se derivan de estos calentones laborales, pueden ser mayores que el placer de la conquista. La situación más incómoda viene cuando uno de los dos quiere romper. Considerando que se tiene que convivir todos los días y seguir interactuando con esa persona. Si la comunicación ya es difícil, mezclar cuestiones laborales y amorosas puede ser una bomba.
¿Has tenido experiencias amorosas en el ámbito laboral? ¿Te has sentido atraído o atraída por algún compañero de trabajo? ¿Has sucumbido a la tentación? ¿Has tenido problemas laborales por estas causas?
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