Hitler, un amante de la música judía y rusa
La colección muestra no sólo a sus autores favoritos como Richard Wagner o Ludwig van Beethoveen, sino también a otros judíos o rusos como Alexandre Borodin o Sergei Rachmaninoff.
Sin embargo, el 'tesoro' de este descubrimiento es una obra del ruso Peter Tchaikovsky, que incluía una pieza del violinista polaco de origen judío Bronislaw Huberman, quien debió abandonar Europa tras la invasión nazi a comienzos de la Segunda Guerra Mundial.
Los discos, que pertenecían a la colección que el Führer guardaba en el búnker donde pasó sus últimas horas, fueron descubiertos en una casa de veraneo cerca de Moscú.
Al parecer y, según informa el diario alemán 'Der Spiegel', tras la caída de Hitler y del nazismo en 1945 el capitán Lew Besymenski, de la unidad de inteligencia rusa, entró en el refugio del dictador y se llevó todos los vinilos.
Casi 50 años después, en 1991, la hija de Besymenski descubrió el pequeño 'tesoro' de su padre en el ático de la casa donde veraneaba su familia. La curiosidad la llevó a preguntarle a su padre por ellos, aunque los únicos que recibió fueron evasivas. El capitán Besymenski no quería que nadie conociera su secreto.
Sin embargo, la presión y la insistencia de su hija le obligaron a desvelar posiblemente su secreto más preciado y decidió escribir sus memorias, en las que explica su descubrimiento.
Besymenski, que falleció en junio a los 86 años, siempre tuvo pánico a que le consideraran un ladrón, de ahí que ocultara su secreto. Según su hija, sólo era un amante de la música.
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