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MARSEL & CO

Bruselas vuelve a alertar de que la productividad española está a la cola de la UE

Los malos datos económicos se suceden en este final de legislatura. Al aumento de la inflación y el paro, este miércoles se suma la desaceleración del crecimiento español y de la productividad. Bruselas ha alertado de que en 2006 la productividad en España se ha colocado a la cola de los países de la Unión sólo por delante de Portugal e Italia. La productividad española creció en 2006 sólo un 0,7 por ciento respecto al año anterior, menos de la mitad de la media comunitaria (1,5 por ciento). Más preocupante resulta que Bruselas no prevé una mejoría sustancial en los próximos años.

La Comisión Europea ha alertado de nuevo este miércoles de que en 2006, la productividad en España mejoró un 0,7 por ciento respecto al año anterior, menos de la mitad que la media comunitaria (1,5 por ciento). Esta cifra está además muy lejos de los resultados en otros grandes Estados miembros como Polonia (2,8 por ciento) Alemania (2,7 por ciento), Reino Unido (2 por ciento) o incluso Francia (1,2 por ciento).

Lo más preocupante es que el Ejecutivo comunitario no prevé una mejora sustancial en los próximos años, sino que considera que la productividad en España crecerá un 0,8 por ciento en 2007 y 2008 y sólo un 0,6 por ciento en 2009, según se recoge en el informe de balance de la economía de la UE en 2007 publicado este martes. Si se confirma esta cifra, la economía española se convertiría en el 'farolillo rojo' de la UE en este campo, ya que se vería superada tanto por Italia como por Portugal.

Por sectores, en España sólo mejoró de manera importante la productividad en 2006 en la industria (2,6 por ciento), pero este incremento se vio, sin embargo, contrarrestado por la caída en la construcción (-2,2 por ciento), y en el sector empresarial en general (-0,1 por ciento). La productividad en el comercio se mantuvo estable, mientras que en los servicios financieros se recuperó ligeramente (0,6 por ciento).

El Ejecutivo comunitario considera que uno de los factores que explica la baja productividad en España y también en Italia es la fuerte inmigración, que ha permitido la expansión de industrias intensivas en manos de obra, según explicaron fuentes comunitarias. Otros motivos son el escaso uso de las nuevas tecnologías, sobre todo las de la información y comunicación, y la poca productividad de las industrias de servicios.

El informe de Bruselas destaca que en los dos últimos años se ha producido una recuperación de productividad en la UE que ha permitido superar incluso a Estados Unidos por primera vez desde mediados de los años 90. Así, en 2006, la productividad mejoró un 0,9 por ciento al otro lado del Atlántico frente al 1,5 por ciento en la UE. No obstante, la Comisión estima que parte de estos progresos pueden deberse a la mejora del ciclo económico por lo que EEUU podría volver a adelantar los Veintisiete ya en 2008.

El diferencial de crecimiento estructural de productividad con los Estados Unidos se encuentra principalmente en los sectores de comercio, servicios financieros y servicios a las empresas, especialmente los inmobiliarios. La UE también está muy retrasada en algunos sectores industriales, especialmente en la fabricación de equipamientos eléctricos y ópticos. Y, en general, los norteamericanos superan ampliamente a los europeos en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación en todos los sectores, con su consiguiente aumento de productividad.

El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, señaló en un comunicado que hay margen para aumentar la productividad en la UE y que la receta para lograrlo consiste en que los Estados miembros "prosigan e incluso intensifiquen la puesta en marcha de sus estrategias de reforma y de la estrategia de Lisboa" de crecimiento y empleo.

En concreto, la Comisión reclama más inversión en investigación y desarrollo (I+D) con el apoyo de sistemas de financiación a los que contribuya más el sector privado. También pide impulsar el desarrollo de centros científicos y educativos de nivel internacional, introducir la competencia en aquellos sectores en los que no funciona correctamente y culminar el mercado único y mejorar la calidad de las finanzas públicas para liberar recursos que se puedan destinar a inversiones que estimulen el crecimiento.

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