ETA asesina de dos disparos a un empresario en Azpeitia
ETA ha asesinado de al menos dos disparos en la frente y en el pecho al empresario guipuzcoano Ignacio Uria Mendizabal, de 71 años y responsable de una de las compañías adjudicatarias del tren de alta velocidad vasco ('Y vasca').
Los hechos se han producido en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, a unos metros de la empresa de Uria. Según las primeras informaciones, dos desconocidos dispararon contra el empresario —que no llevaba escolta— alcanzándole en la frente y en el pecho, y después huyeron en un vehículo marca Alfa Romeo en dirección a Zumárraga. Los servicios de emergencias trataron de reanimar al empresario durante varios minutos.
Unas horas antes, los terroristas habían robado en la localidad de Deba el coche de huida, tras maniatar y abandonar a su dueño en Itziar, entre Deba y Azpeitia. La Ertzaintza ha localizado en el Alto de Itziar el Alfa Romeo utilizado en el asesinato. Los etarras habrían sustraído el vehículo para desplazarse a Azpeitia y habrían regresado al Alto, para continuar su huida en otro vehículo.
Uria, que presentaba al menos dos heridas de bala, era responsable de la empresa Altuna y Uria, una de las adjudicatarias del Tren de Alta Velocidad.
El tiroteo se produjo cerca del restaurante Kiruri, cercano a la Plaza Ignacio de Loyola, que se encuentra frente a la empresa donde trabajaba Uria y al que el empresario acudía diariamente. Sobre las 15:35, se ha procedido al levantamiento del cadáver del empresario, para su traslado a San Sebastián.
Tras conocerse el hecho, un empleado de la empresa afirmó que el fallecido era muy buena gente. "Nadie de la compañía hasta la fecha puede decir nada malo de Ignacio ni de la empresa. Nos pagaban muy bien y nos trataban muy bien".
La compañía fue saboteada ya el pasado 16 de marzo de 2007. Varios vehículos aparecieron con las ruedas pinchadas, pintadas y los tubos de escape tapados. Se da la circunstancia de que el alcalde de Azpetia es Iñaki Errazkin, de ANV, que gobierna con mayoría absoluta junto a EA.
"Del atentado se puede hacer una lectura de amedrentamiento hacia otros empresarios que pensaran apuntarse a la adjudicación de otros cuatro tramos del recorrido del TAV [Tren de Alta Velocidad] cuyo concurso se va a abrir pronto. Es como un aviso", dijo un alto ejecutivo de una empresa adjudicataria del TAV que conocía personalmente al fallecido.
La llamada 'Y vasca' es un proyecto ferroviario para unir las tres capitales de provincia vascas entre sí, con Madrid y Francia a través del tren de alta velocidad. Como ya ocurriera con la central nuclear de Lemóniz, el pantano de Itoiz o la autovía de Leizarán, la izquierda 'abertzale' ha hecho llamamientos frecuentes para que sus militantes luchen para frenar las obras porque "desestructura Euskal Herria" y "aumenta la dependencia económica con España". Ha sido objeto de múltiples ataques de violencia callejera y ahora por parte directa de ETA.
Cuarta víctima en 2008
Con la muerte de Uría ya son la cuatro las víctimas de ETA en 2008 y la primera que se produce tras la detención el pasado 17 de noviembre del considerado máximo dirigente de ETA, Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki'.
El pasado 7 de marzo, dos días antes de las elecciones generales, la banda asesinó al ex concejal socialista de Arrasate-Mondragón (Guipúzcoa) Isaías Carrasco, al que un terrorista tiroteó sobre las 13.30 horas cuando acababa de subirse a su coche para ir a trabajar en su puesto de cobrador de peaje de la autopista AP-1 en la vecina localidad de Bergara. La viuda y una de las hijas del ex edil de Mondragón se han desplazado a Azpeitia tras el asesinato de Uria.
Dos meses después, el 14 de mayo, ETA acabó con la vida del guardia civil Juan Manuel Piñuel con una furgoneta-bomba de gran potencia que situó junto al cuartel del instituto armado en Legutiano (Alava) y que hizo explosionar sin previo aviso.
La última víctima mortal de la banda hasta hoy se había producido el pasado 22 de septiembre, cuando la explosión de un coche-bomba en el edificio del Patronato Militar Virgen del Puerto en Santoña (Cantabria) causó la muerte del brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz.
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