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MARSEL & CO

El dramático panorama de la economía española

EL BANCO DE ESPAÑA volvió ayer a echar un nuevo jarro de agua helada sobre las previsiones del Gobierno, que, según insistió su vicepresidenta Fernández de la Vega, mantiene que la crisis tocará fondo este año y que la recuperación comenzará a inicios de 2010, en concordancia con lo manifestado por Zapatero en Londres tras la cumbre del G-20.

No es ésta la predicción del Banco de España, que enmienda la plana al cuadro de perspectivas macroeconómicas del Plan de Estabilidad, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 12 de enero y remitido a la Comisión Europea. Aquel cuadro ya suponía una revisión de las previsiones que acompañaban a los Presupuestos del Estado, que a su vez habían sido enmendados durante la tramitación parlamentaria.Como las muñecas rusas, cada previsión es más pequeña que la anterior.

El Banco de España estima ahora que la economía española sufrirá una caída del PIB del 3% este año, casi el doble de lo previsto por el Gobierno en el Plan de Estabilidad, lo que indica que la crisis no ha tocado fondo y que el segundo semestre va a ser todavía peor que el primero.

La institución que gobierna Miguel Angel Fernández Ordóñez no es tampoco optimista respecto a 2010. Predice que la economía seguirá cayendo un 1% frente a un crecimiento positivo estimado por el Gobierno del 1,2%. Ello permite deducir que la actividad no se recuperará, como muy pronto, hasta los primeros meses de 2011.

Pedro Solbes calificó ayer de «ajustadas» las previsiones del Banco de España, subrayando que «los datos existentes» no permiten apreciar «que se haya tocado fondo». Si esas proyecciones son ajustadas, quiere decir que las suyas de enero no lo eran y, mucho menos, las anteriores.

Todavía en mayo pasado, hace menos de un año, Solbes declaraba públicamente que no veía «inminente» la llegada de una crisis y que hablar de recesión era hacer «catastrofismo». Difícilmente se podía haber equivocado más.

Las nuevas previsiones del Banco de España son realmente para echarse a temblar porque estiman que el paro llegará el año que viene al 19,4%, lo que supondría rebasar la cota de los 4,5 millones de desempleados. A comienzos de febrero, Zapatero sostenía que antes de abril se empezarían a notar los efectos benéficos de su plan de inversiones municipales. La realidad es que el paro ha subido en más de 123.000 personas en marzo.

Igualmente inquietantes son las cifras relativas a la evolución del déficit del Estado. En su última revisión, Solbes apuntaba ya a un déficit del 5,8% para este ejercicio, pero ahora el Banco de España lo sitúa en un 8,3%, que sería el peor dato en los últimos 25 años.

El consumo privado caería también este año un 3,1% mientras que la exportación de bienes y servicios descendería casi un 9%.Ello describe una economía sumida en una profunda recesión, con una fuerte destrucción de empleo, consecuencia de una brutal contracción de la actividad.

Ante estas perspectivas, Zapatero puede seguir aferrándose a un optimismo que de forma sucesiva es desmentido por los hechos o coger el toro por los cuernos y afrontar las medidas de ajuste que requiere la crisis.

Todo sería más fácil si PSOE y PP se avinieran a firmar un pacto para sacar a España de la difícil situación en la que se encuentra.No deja de resultar paradójico que si los países del G-20 han sido capaces de limar sus diferencias en Londres, aquí los dos grandes partidos sigan tirándose los trastos a la cabeza.

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