Un gay en los altares de Iglesias
OR PRIMERA vez un homosexual tiene su sitio en la dirección del PSOE. Pedro Zerolo cuenta cómo se lo comunicó a su novio («mi futuro marido»), en la semana en la que también ha hecho apostasía
PACO REGO
EL TRIUNFO DE PZ. El que fuera líder de los gays en España, Pedro Zerolo, 44 años, forma ya parte de la nueva Ejecutiva del PSOE.Dicen que su inclusión en el órgano máximo del partido fue un empeño personal de ZP.JOSÉ AYMA
Fin de fiesta en la Casa de Campo. Cerca de un millón de personas, venidas de toda España, apuran la celebración del Día del Orgullo Gay, el sábado de la semana pasada. Coincidía con la víspera de la clausura del congreso que ratificaría el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y allí, en el corazón de la algarabía arcoiris, estaba Pedro Zerolo, como uno más, convencido de que la noche sería larga y divertida. Todos los nombres del cartel rosa daban juego. Desde Diabéticas Aceleradas, que harían de presentadoras, hasta la diva house Ultra Naté, Xperimental Shop, Alazán o la friki Carmen de Mairena. Expectación máxima.
Cuando sonó su teléfono móvil sería como la una de la madrugada [era la voz del secretario de Organización del PSOE, José Blanco].Fue una conversación breve.
-Jesús, tengo que irme. Si me acompañas, enseguida te lo explico todo.
De camino a casa, el concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid Pedro Zerolo anunciaba a su novio («mi futuro marido», dice él con toda naturalidad) que le había llegado la hora del poder. Tenía que descansar -de ahí su rápida retirada- porque en unas horas, antes de poner fin al 36 Congreso de los socialistas, la plana mayor del partido en el Gobierno (seducida incluso la vieja guardia) aclamaría su ascenso a los altares. El mismísimo ZP, reconociéndole su trayectoria como líder del movimiento gay, lo quería en la nueva Ejecutiva del PSOE. A un paso, murmuran algunos, del Consejo de Ministros. Y así fue. El miércoles día 7, y por primera vez en la historia de España, un homosexual declarado (fue presidente del principal colectivo de gays y lesbianas de Madrid hasta febrero de 2003) se estrenó con todas las bendiciones en el órgano máximo del centenario partido de Pablo Iglesias, que hoy roza el medio millón de afiliados.
EL SUEÑO REALIZADO
«Era para mí el escenario de un sueño, oyendo a Zapatero traer un discurso sobre los derechos civiles y la plena igualdad para los homosexuales y los transexuales, por la que hemos venido luchando, incluidos, por supuesto, los heterosexuales que nos han apoyado, algo que nunca se había hecho en nuestro país», piensa en voz alta Zerolo, aún emocionado, al revivir aquel momento.Él, que todavía se dice utópico y rebelde a sus 44 años -«curtido siempre al lado de los perdedores»-, anda estos días histérico.Acude a la entrevista con 20 minutos de retraso y se disculpa sin ocultar que está indignado y a la vez satisfecho. Viene del Obispado de Madrid de presentar un documento, firmado por 1.500 homosexuales y lesbianas, en el que renuncia a la fe católica.«No puedo seguir perteneciendo a una organización que todos los días me está machacando».
Apóstata, político, gay... Y eso que se adentró en la cosa pública de la mano de un sacerdote obrero, el cura Enrique de Castro, batallador incansable del marginal barrio madrileño de Entrevías.Tropezarse con los parias fue para él, niño bien de Canarias, una verdadera cura de humildad. Hijo de un pintor y ex alcalde de La Laguna, Zerolo fue un hijo breve de la emigración. El mayor de cuatro hermanos. Pero su periodo venezolano apenas duró seis meses. Toda su historia primera se escribe en Canarias. En la Universidad tinerfeña de La Laguna se licenció en Derecho el año de la primera llegada del PSOE al poder. Fue para él, también, una fecha que marcó su vida privada: tuvo su primera experiencia homosexual. Tenía 21 años.
Tres después, en 1985, ya está asentado en Madrid. Aún tarda en comenzar sus dos grandes militancias. A la política de partido llega en 1989, con un intento frustrado de alcanzar el Senado por la que se llamó Lista Antriprohibicionista sobre Drogas, un grupo respaldado por el Partido Radical Italiano de Enma Bonino y Marco Panella.
Cuando, años después, en 2000, se sacó el carné del PSOE, ya arrastraba una larga y exitosa carrera en el emergente movimiento gay. A partir de 1993 fue la cabeza visible del Colectivo de Madrid, y desde 1997, el abogado Zerolo presidió la pujante Federación Estatal de Lesbianas y Gays. Ni él sabe cuántos homosexuales hay en España. No existen datos. Por si a alguien le vale, hace una aproximación: «Si se extrapolasen los porcentajes de EEUU, un 10% de la población española sería homosexual».
-De corazón, ¿le han fichado por los votos que puede sumar o por sus capacidades?
-Creo que por ambas cosas.
-Mucha gente, sin embargo, incluso votantes socialistas, piensan lo contrario, que lo suyo ahora es poco menos que una operación de imagen.
-Lo sé. Aunque las personas más cercanas lo que me han transmitido siempre es que mis ideas son interesantes. Esa sociedad diversa, paritaria, donde a nadie se le estigmatice por su condición sexual es un discurso que se va abriendo paso. Pero también creo que hay otros elementos que pueden confluir en mí y que, por supuesto, han podido ser tenidos en cuenta. Es decir, he defendido otras causas: soy homosexual, canario, nací en Caracas, tengo el corazón partido, me siento latinoamericano, madrileño...». Y revolucionario.
Dice él que lo mamó en el hogar desde temprana edad. De su padre, el también socialista Pedro González -«no faltaba día que no trajera a casa a intelectuales y políticos»-, Zerolo confiesa que aprendió sobre todo a transmitir las ideas. Y de su madre -«como de todas las mujeres»-, a ponerlas en práctica. A saber de qué forma se conquista la libertad. Por eso, en su primera intervención del pasado miércoles ante la Ejecutiva del PSOE, el estrenado secretario de Movimientos Sociales del partido no dudó en zarandear la conciencia a sus compañeros. «Ser valientes, adelante, ser valientes», cuenta que fueron sus palabras más sentidas. Las mismas que un día escuchó de boca de su propio padre y que, recuerda, le han marcado la vida.
Incluso desde dentro del partido se ve al concejal madrileño como una llegada de aire fresco, el adiós definitivamente a la pana. Y la bienvenida de las zapatillas de marca, las camisetas, los vaqueros gastados, las pulseras y los collares. Pedro Zerolo, ¿el rostro moderno de la tan cacareada renovación de ZP? Sólo la casualidad ha hecho que sus iniciales coincidan con las del jefe, pero a la inversa: PZ.
MANO IZQUIERDA
De la capacidad negociadora del canario nacido en Venezuela ha quedado más que constancia la semana previa a su consagración.Aunque no es diputado, el concejal canario del Ayuntamiento de Madrid, portavoz del Area de Empleo y Servicios al Ciudadano, fue pieza clave para que todos los partidos políticos accedieran a debatir en el Congreso cinco proyectos para el reconocimiento del matrimonio homosexual en el Código Civil.
-¿Por qué esa necesidad de casarse?
-No, la nuestra no es una lucha por el matrimonio, sino por el reconocimiento de la dignidad. Es más, a los que se oponen a ello debemos recordarles que no hay constitución que valga -y eso lo dice cualquier experto- que no tenga su anclaje en el reconocimiento de cada individuo. Hay que recordarles, también, que todas las minorías, a lo largo de la Historia, han tenido vetado este derecho. Los esclavos, por ser esclavos, no podían contraer matrimonio; los negros tampoco se podía casar porque se lo negaban las leyes de los blancos; los comediantes, porque no eran considerados gente seria en los siglos XVI y XVII...
Zerolo habla con el corazón, desde la utopía, ese motor que, según él, alimenta las ideas de la izquierda. O al menos las suyas. Está convencido de que el poder no le va a cambiar. Por si acaso, ha hecho un pacto con su pareja: «Jesús, si ves que empiezo a decir gilipolleces, a perder el sentido de la realidad, dímelo al instante, que lo dejo todo».
Zerolo está convencido de que ha llegado el momento de dar el paso definitivo hacia la igualdad. Y va a por todas. Con ese aspecto de niño bueno, de verbo fácil y modales educados. De él dicen que es el hijo gay que a ninguna madre le molestaría tener.
En la puerta de su minúsculo despacho, donde apenas cabe él y una visita, una secretaria le espera para refrescarle la agenda del día. «Acuérdate de la familia de Alcorcón, que sigue con ratas en la casa».
El viaje de PZ acaba de empezar. El socialista, el apóstata...Un homosexual en los altares del viejo credo de Pablo Iglesias.
PACO REGO
EL TRIUNFO DE PZ. El que fuera líder de los gays en España, Pedro Zerolo, 44 años, forma ya parte de la nueva Ejecutiva del PSOE.Dicen que su inclusión en el órgano máximo del partido fue un empeño personal de ZP.JOSÉ AYMA
Fin de fiesta en la Casa de Campo. Cerca de un millón de personas, venidas de toda España, apuran la celebración del Día del Orgullo Gay, el sábado de la semana pasada. Coincidía con la víspera de la clausura del congreso que ratificaría el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y allí, en el corazón de la algarabía arcoiris, estaba Pedro Zerolo, como uno más, convencido de que la noche sería larga y divertida. Todos los nombres del cartel rosa daban juego. Desde Diabéticas Aceleradas, que harían de presentadoras, hasta la diva house Ultra Naté, Xperimental Shop, Alazán o la friki Carmen de Mairena. Expectación máxima.
Cuando sonó su teléfono móvil sería como la una de la madrugada [era la voz del secretario de Organización del PSOE, José Blanco].Fue una conversación breve.
-Jesús, tengo que irme. Si me acompañas, enseguida te lo explico todo.
De camino a casa, el concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid Pedro Zerolo anunciaba a su novio («mi futuro marido», dice él con toda naturalidad) que le había llegado la hora del poder. Tenía que descansar -de ahí su rápida retirada- porque en unas horas, antes de poner fin al 36 Congreso de los socialistas, la plana mayor del partido en el Gobierno (seducida incluso la vieja guardia) aclamaría su ascenso a los altares. El mismísimo ZP, reconociéndole su trayectoria como líder del movimiento gay, lo quería en la nueva Ejecutiva del PSOE. A un paso, murmuran algunos, del Consejo de Ministros. Y así fue. El miércoles día 7, y por primera vez en la historia de España, un homosexual declarado (fue presidente del principal colectivo de gays y lesbianas de Madrid hasta febrero de 2003) se estrenó con todas las bendiciones en el órgano máximo del centenario partido de Pablo Iglesias, que hoy roza el medio millón de afiliados.
EL SUEÑO REALIZADO
«Era para mí el escenario de un sueño, oyendo a Zapatero traer un discurso sobre los derechos civiles y la plena igualdad para los homosexuales y los transexuales, por la que hemos venido luchando, incluidos, por supuesto, los heterosexuales que nos han apoyado, algo que nunca se había hecho en nuestro país», piensa en voz alta Zerolo, aún emocionado, al revivir aquel momento.Él, que todavía se dice utópico y rebelde a sus 44 años -«curtido siempre al lado de los perdedores»-, anda estos días histérico.Acude a la entrevista con 20 minutos de retraso y se disculpa sin ocultar que está indignado y a la vez satisfecho. Viene del Obispado de Madrid de presentar un documento, firmado por 1.500 homosexuales y lesbianas, en el que renuncia a la fe católica.«No puedo seguir perteneciendo a una organización que todos los días me está machacando».
Apóstata, político, gay... Y eso que se adentró en la cosa pública de la mano de un sacerdote obrero, el cura Enrique de Castro, batallador incansable del marginal barrio madrileño de Entrevías.Tropezarse con los parias fue para él, niño bien de Canarias, una verdadera cura de humildad. Hijo de un pintor y ex alcalde de La Laguna, Zerolo fue un hijo breve de la emigración. El mayor de cuatro hermanos. Pero su periodo venezolano apenas duró seis meses. Toda su historia primera se escribe en Canarias. En la Universidad tinerfeña de La Laguna se licenció en Derecho el año de la primera llegada del PSOE al poder. Fue para él, también, una fecha que marcó su vida privada: tuvo su primera experiencia homosexual. Tenía 21 años.
Tres después, en 1985, ya está asentado en Madrid. Aún tarda en comenzar sus dos grandes militancias. A la política de partido llega en 1989, con un intento frustrado de alcanzar el Senado por la que se llamó Lista Antriprohibicionista sobre Drogas, un grupo respaldado por el Partido Radical Italiano de Enma Bonino y Marco Panella.
Cuando, años después, en 2000, se sacó el carné del PSOE, ya arrastraba una larga y exitosa carrera en el emergente movimiento gay. A partir de 1993 fue la cabeza visible del Colectivo de Madrid, y desde 1997, el abogado Zerolo presidió la pujante Federación Estatal de Lesbianas y Gays. Ni él sabe cuántos homosexuales hay en España. No existen datos. Por si a alguien le vale, hace una aproximación: «Si se extrapolasen los porcentajes de EEUU, un 10% de la población española sería homosexual».
-De corazón, ¿le han fichado por los votos que puede sumar o por sus capacidades?
-Creo que por ambas cosas.
-Mucha gente, sin embargo, incluso votantes socialistas, piensan lo contrario, que lo suyo ahora es poco menos que una operación de imagen.
-Lo sé. Aunque las personas más cercanas lo que me han transmitido siempre es que mis ideas son interesantes. Esa sociedad diversa, paritaria, donde a nadie se le estigmatice por su condición sexual es un discurso que se va abriendo paso. Pero también creo que hay otros elementos que pueden confluir en mí y que, por supuesto, han podido ser tenidos en cuenta. Es decir, he defendido otras causas: soy homosexual, canario, nací en Caracas, tengo el corazón partido, me siento latinoamericano, madrileño...». Y revolucionario.
Dice él que lo mamó en el hogar desde temprana edad. De su padre, el también socialista Pedro González -«no faltaba día que no trajera a casa a intelectuales y políticos»-, Zerolo confiesa que aprendió sobre todo a transmitir las ideas. Y de su madre -«como de todas las mujeres»-, a ponerlas en práctica. A saber de qué forma se conquista la libertad. Por eso, en su primera intervención del pasado miércoles ante la Ejecutiva del PSOE, el estrenado secretario de Movimientos Sociales del partido no dudó en zarandear la conciencia a sus compañeros. «Ser valientes, adelante, ser valientes», cuenta que fueron sus palabras más sentidas. Las mismas que un día escuchó de boca de su propio padre y que, recuerda, le han marcado la vida.
Incluso desde dentro del partido se ve al concejal madrileño como una llegada de aire fresco, el adiós definitivamente a la pana. Y la bienvenida de las zapatillas de marca, las camisetas, los vaqueros gastados, las pulseras y los collares. Pedro Zerolo, ¿el rostro moderno de la tan cacareada renovación de ZP? Sólo la casualidad ha hecho que sus iniciales coincidan con las del jefe, pero a la inversa: PZ.
MANO IZQUIERDA
De la capacidad negociadora del canario nacido en Venezuela ha quedado más que constancia la semana previa a su consagración.Aunque no es diputado, el concejal canario del Ayuntamiento de Madrid, portavoz del Area de Empleo y Servicios al Ciudadano, fue pieza clave para que todos los partidos políticos accedieran a debatir en el Congreso cinco proyectos para el reconocimiento del matrimonio homosexual en el Código Civil.
-¿Por qué esa necesidad de casarse?
-No, la nuestra no es una lucha por el matrimonio, sino por el reconocimiento de la dignidad. Es más, a los que se oponen a ello debemos recordarles que no hay constitución que valga -y eso lo dice cualquier experto- que no tenga su anclaje en el reconocimiento de cada individuo. Hay que recordarles, también, que todas las minorías, a lo largo de la Historia, han tenido vetado este derecho. Los esclavos, por ser esclavos, no podían contraer matrimonio; los negros tampoco se podía casar porque se lo negaban las leyes de los blancos; los comediantes, porque no eran considerados gente seria en los siglos XVI y XVII...
Zerolo habla con el corazón, desde la utopía, ese motor que, según él, alimenta las ideas de la izquierda. O al menos las suyas. Está convencido de que el poder no le va a cambiar. Por si acaso, ha hecho un pacto con su pareja: «Jesús, si ves que empiezo a decir gilipolleces, a perder el sentido de la realidad, dímelo al instante, que lo dejo todo».
Zerolo está convencido de que ha llegado el momento de dar el paso definitivo hacia la igualdad. Y va a por todas. Con ese aspecto de niño bueno, de verbo fácil y modales educados. De él dicen que es el hijo gay que a ninguna madre le molestaría tener.
En la puerta de su minúsculo despacho, donde apenas cabe él y una visita, una secretaria le espera para refrescarle la agenda del día. «Acuérdate de la familia de Alcorcón, que sigue con ratas en la casa».
El viaje de PZ acaba de empezar. El socialista, el apóstata...Un homosexual en los altares del viejo credo de Pablo Iglesias.
0 comentarios