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MARSEL & CO

No he visto un interés sincero por

No he visto un interés sincero por
el tabaquismo en ningún gobierno
Es difícil hacerle callar. El cardiólogo sevillano no deja de alzar la voz para denunciar la «atonía» de los políticos «cualquiera que sea su color» a la hora de abordar la lucha contra esta adicción. Su tono crítico le ha reportado algunos disgustos. Celia Villalobos se negó a recibirle en el Ministerio de Sanidad cuando era presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT). Cualquiera menos él. Pero sus compañeros se negaron a cruzar solos la puerta del despacho ministerial.

Pregunta.- ¿Cuántas veces ha franqueado las puertas oficiales?

Respuesta.- No las suficientes. En Sanidad nos decían, vengan ustedes más, porque por cada visita suya, se producen diez de los representantes del lobby de las tabaqueras. Prácticamente viven allí y hablan con uno y con otro.

P.- ¿Y se escucha más a otros que a los médicos?

R.- Nosotros no tenemos la fuerza de las tabaqueras. España ingresa 6.000 millones de euros por la venta de cigarrillos. Es un contrasentido tremendo, pero el tabaquismo se ve como un negocio, no como un problema de salud grave. Cuando creamos el comité pensamos que quizá en grupo tendríamos más éxito. Y sí, nos han reconocido como interlocutores, pero no tenemos capacidad ejecutiva. Es frustante ver cómo nos hacen caso omiso.

P.- Pero el número de fumadores se ha reducido...

R.- Si se avanza algo es gracias a que la sociedad es lista, no por que existan gestiones ni inversiones. Nunca he visto un interés sincero en ningún gobierno. Los políticos actuales quieren ser líderes en células madre, quieren salvar vidas, pero no mueven un solo dedo por los 60.000 muertos anuales que causa el tabaco.

P.- Sanidad ha anunciado que invertirá el próximo año seis millones de euros en programas antitabaco.

R.- Nos parece un insulto, cuando se gastan 1.500 en fármacos para la hipertensión y 700 en medicación anticolesterol. Es algo testimonial. No hace falta ser un lince para pensar que no interesa que la población deje de fumar.

P.- Un informe europeo acaba de darnos un suspenso en el cumplimiento de políticas para prevenir y tratar el hábito. España ocupamos el puesto 24 de un total de 28 países. Parece preocupante.

R.- No me sorprende. Estamos al mismo nivel que Lituania, incluso ellos están un poco mejor.

P.- El documento corrobora que las medidas más eficaces son subir el precio de las cajetillas y prohibir fumar en lugares públicos. Pero aquí el tabaco es más barato que una hamburguesa y se sigue fumando en los hospitales.

R.- Las subidas de precio han sido con cuentagotas, nunca en porcentajes disuasorios del 20% o del 30%. Y, además, se vende tabaco a poco más de un euro para enganchar a los más jóvenes.

P.- Ya que lo menciona. Las quinceañeras españolas son las segundas europeas más precoces a la hora de iniciarse en el hábito. El 32% ya fuma, al menos, un día a la semana.

R.- Registramos el ascenso más alto de toda la UE. Es una completa barbaridad. Habría que invertir grandes sumas en políticas de precio y en educación sanitaria para modificar la tendencia.

P.- California se propone prohibir fumar en los coches en los que viajen niños. ¿Hace falta llegar a eso?

R.- Sí, es necesario. Los fumadores pasivos tienen un 50% más de riesgo de infarto que los que no se exponen al humo ajeno.

P.- Uno de cada tres españoles es fumador pasivo...

R.- Estoy convencido de que la solución vendrá de su mano, cuando exijan que se cumplan sus derechos y se preserve su salud. Hace 15 años eran tantos los que fumaban como los que no y aquí entraba el tema de los votos. El problema del tabaquismo no era político. Ahora, en cambio, lo hace uno de cada tres y los dos no fumadores piden medidas. El tercio restante tampoco desea que sus hijos se habitúen y demanda prevención. El tabaco pasará a ser un tema político y estoy seguro de que los programas que apoyen combatirlo generarán adhesiones y votos.

P.- ¿Como la demanda de la Junta de Andalucía a las tabaqueras?

R.- Es una espina clavada. Sigue en los tribunales. La verdad es que a las sociedades científicas nos han defraudado porque pensábamos que la iniciativa de la comunidad autónoma formaba parte de un proyecto más ambicioso, pero sólo eran fuegos de artificio, una campaña de imagen, y no lo creíamos así.

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