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MARSEL & CO

La subida de impuestos

La subida de impuestos «moderada y temporal» anunciada hace semanas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y temida por casi todos los ciudadanos, se hizo ayer finalmente realidad. El Ejecutivo ha decidido elevar en un punto el IVA reducido y en dos puntos el general, suprimir la deducción de 400 euros en el IRPF e incrementar la tributación de los instrumentos del ahorro al 19% y al 21%.
Éstas son las principales medidas fiscales incluidas en el proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado, aprobado ayer por el Consejo de Ministros, y por ellas el Estado espera ingresar 10.950 millones de euros en dos años -en lugar de los 15.000 previstos inicialmente-, de los que 6.500 se obtendrán el año que viene y el resto en 2011.
Así, con efecto desde el 1 de julio de 2010, mes en el que el Gabinete espera que haya comenzado la recuperación económica, el IVA reducido subirá un punto, hasta el 8%, mientras que el general lo hará en dos, hasta el 18%, lo que supondrá una recaudación adicional de 5.150 millones de euros.
El IVA reducido grava la compra de todos los alimentos -excepto los básicos incluidos en el superreducido-, las viviendas, el transporte, la hostelería, la asistencia social o sanitaria o los servicios culturales y de espectáculos. La tasa general se aplica a aquellas operaciones para las que no está previsto otro tipo impositivo.
El Gobierno ha mantenido en el 4% el tipo del IVA superreducido, que se aplica al consumo de alimentos básicos como el pan, la fruta o los huevos, así como a los libros, el material escolar, los medicamentos o las viviendas de protección oficial.
En cuanto a la supresión de la deducción de los 400 euros en el IRPF, aportará a las arcas del Estado, previsiblemente, 5.700 millones.
Además, el aumento de la tributación de las rentas del ahorro -del 19% para los primeros 6.000 euros y del 21% para el resto- permitirán recaudar 800 millones más, según los cálculos del Ejecutivo. Esta tasa grava todos los instrumentos de ahorro existentes, desde los incrementos patrimoniales a los depósitos bancarios, libretas de ahorro, seguros y dividendos.
Según explicó en una rueda de prensa la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, la modificación de este impuesto para quienes declaren hasta 6.000 euros, unos 11,5 millones de contribuyentes, supondrá a éstos un esfuerzo de unos seis euros de media más al año.
Por lo que atañe a las rentas superiores a 60.000 euros, que declaran unos 100.000 ciudadanos, ahora tributarán al 21%, lo que les supondrá un incremento de unos 5.000 euros al año de media. Las rentas que superan un millón de euros desembolsarán de más una media de 30.000 euros al año, según puntualizó Salgado.
La vicepresidenta señaló que actualmente hay 45.000 contribuyentes que declaran rentas superiores a 90.000 euros y ahora aportarán 430 millones más.
Según destacó la responsable económica del Ejecutivo, los ingresos adicionales que proporcionarán estas modificaciones fiscales permitirán reducir en tres décimas el objetivo de estabilidad aprobado el pasado junio, con lo que los números rojos del Estado para 2010 se calculan ahora en el 5,1% del PIB, lo cual hará que la del conjunto de las Administraciones Públicas se sitúe en el 8,1% del PIB.
También las administraciones territoriales incrementarán sus recaudación impositiva, lo que, sostuvo Salgado, debería reflejarse en una reducción equivalente de su déficit público.
A las declaraciones de la ministra se sumaron la de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que aseguró que los Presupuestos para 2010 son «realistas, rigurosos, equitativos» y han sido elaborados «pensando en los más perjudicados» por la crisis económica.
De la Vega aseguró que el anteproyecto ha sido redactado bajo el criterio de la «austeridad» y mantiene la inversión productiva, en infraestructuras y en investigación. La dirigente socialista opinó que la «necesaria reforma fiscal» que contemplan estas cuentas «es equitativa y solidaria», al tiempo que aseguró que la presión impositiva «seguirá por debajo de la media europea».    

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