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MARSEL & CO

El Gobierno quita dinero al alzheimer

El Gobierno quita dinero al alzheimerTras el estupor creado a lo largo de esta semana por el recorte presupuestario para 2010 en Ciencia e Innovación, ahora toca hacer cuentas en los laboratorios. Y con una media de reducción de las arcas de los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) del 30%, los números no salen.

Los Centros de Investigación Biomédica se encuentran ahora “reajustando” su presupuesto para “intentar prescindir del menor número de investigadores” en sus laboratorios durante los próximos años. Sin embargo, desde el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa señalan que el tijeretazo en Ciencia tendrá repercusiones mucho más graves. Y es que muchos de los proyectos que ahora están en marcha tendrán que ser paralizados por el recorte presupuestario. En concreto, los más perjudicados serán los Centros de Investigación Biomédica en Red (Ciber), dependientes del Instituto de Salud Carlos III, en donde temen que muchas de las investigaciones sobre enfermedades neurodegenerativas, tales como el alzheimer, el parkinson o la esclerosis múltiple, tengan que suspenderse.

Marcar prioridades

Uno de sus investigadores, Francisco Wandosell, firmante además de la carta emitida por la Confederación de Sociedades Científicas Española contra los presupuestos del ministerio, se queja de que ahora tienen que ser los mismos científicos los que se vean forzados a rifar los proyectos que saldrán adelante y los que se quedarán por el camino. “Habrá que echarlo a cara o cruz. El problema es que tenemos que acertar”, afirma. Los Ciber verán mermados sus recursos en un 25% de media. Por eso, muchos de sus proyectos destinados a la investigación sanitaria tendrán que ser “guardados en el cajón”. “Tendremos que marcar prioridades y dejar en el cajón los planes que quizá puedan esperar”, apunta Wandosell.

El director del Severo Ochoa, Manuel Fresno, lamenta la difícil situación en la que se encontrarán los investigadores de este centro. “Si quieren mantener los contratos, tendrán que reducir las operaciones y los proyectos”, recalca, destacando que en temas de investigación de enfermedades es “difícil” marcar prioridades.

Desde la Asociación para las Familias con Alzheimer la indignación es absoluta. Señalan que estos enfermos, más de 450.000 en España,  serán los principales perjudicados en última instancia por los recortes en investigación sanitaria. Relatan que esta enfermedad degenerativa no sólo se vale de las ayudas destinadas a la Ley de Dependencia, sino también de las conquistas alcanzadas por sus investigadores. Sobre todo, teniendo en cuenta que el alzheimer tiene un coste valorado en más de 30.000 euros por enfermos y año.

Parón de convocatorias

Sin embargo, el enfado no sólo es palpable en el sector sanitario. El mundo tecnológico probablemente haya sido el más castigado por los llamados presupuestos de la crisis. En concreto, el Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit) verá recortada su financiación pública de los 17 millones con los que contaba este año a los 6 con los que tendrá que salir adelante el próximo curso. Este descenso afectará sin duda a los proyectos futuros de la federación, tal y como advierte el director de Gestión de Conocimiento del Entorno de la Fedit, Aureo Díaz. “No saldrá ninguna convocatoria nueva para sacar adelante más proyectos”, indica.

Ante la falta de recursos, Díaz indica que el Gobierno les ha instado a que pidan subvenciones a las comunidades autónomas. Y esto supone, tal y como informa, que se propicie la falta de cohesión en materia de investigación a nivel nacional. “Regiones como País Vasco, Valencia o Cataluña sí apuestan por nosotros, pero en otras comunidades no estamos entre sus prioridades”, indica.

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, defendió que los recortes que experimentará en 2010 su cartera “no tendrán ningún impacto en su capacidad científica”, ya que las entidades “disponen de otras fuentes de ingresos”. La ministra empuja así a la comunidad científica a hacer uso de préstamos financieros de entidades privadas. Sin embargo, los investigadores destacan que precisamente ahora no es el momento más adecuado para pedir préstamos a los bancos ni “solidaridad” a las empresas.

El presidente de la Real Academia de Ingeniería, Aníbal Figueiras, doctor ingeniero de Telecomunicación y catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, también insiste en que los encadenamientos de proyectos en una dirección, “que son los procesos que marcan realmente los avances científicos y tecnológicos”, se romperán con el recorte. Por ello, recalca que no invertir en I+D repercutirá en toda la sociedad. Reducción de productividad y competitividad, inestabilidades económicas y laborales, fuga de cerebros y dificultad para asentar una sociedad del bienestar, serán sólo algunas de las consecuencias.

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